Los habitantes del edificio de Presidente Roca casi esquina Rioja vivieron momentos de angustia este jueves a las 15 cuando un asaltante entró a un local de ropa de la planta baja y amenazó a dos empleadas y dos clientas con un arma para que le entregaran la recaudación junto a sus pertenencias. Cuando estaba por irse, llegó la Policía, entonces usó la puerta del local que da a un patio interno para fugarse. Las vecinas estiman que el ladrón pensó que era una salida para ganar la calle, pero cuando se vio atrapado, trepó por una cornisa, alcanzó una ventana y entró a uno de los departamentos del primer piso. Otras versiones hablaron de que esa puerta franquea el ingreso al palier y que de ahí, el intruso logró acceder al primer piso y tras golpear puertas, entró en el departamento de la mujer. Así las cosas, el ladrón igual sorprendió a la dueña de casa y le dijo que se quedara tranquila. En un audio, una vecina contó que el hombre incluso usó ropas de su rehén para intentar camuflarse, luego la tomó del brazo y salió por la puerta principal del edificio ante la mirada de los policías, quienes ya habían acordonado la zona.
“Recién salimos. Estábamos comiendo, nos acostamos a dormir una siesta. Vi todo el lío, pero ni siquiera nos acercamos, ni nada. Golpeó (la puerta) la Policía y dijimos que estábamos ocupados, porque ella estaba durmiendo y nada”, hizo una descripción el camuflado ladrón, quien también simuló ser el nieto de la mujer cuando –ya en la calle y con la rehén del brazo–, siguió contestando preguntas de los medios de prensa.
Con respecto al accionar de los uniformados, contó que no entraron. “Abrimos la puerta y vieron que estábamos bien”, describió y ante la inquietud sobre si había tenido miedo agregó que no: “Ni siquiera sabíamos lo que había pasado”.
“Vimos mucha requisa en el edificio”, siguió y hasta se animó a especular sobre la cantidad de departamentos y pisos de la edificación junto con la rehén, quien por los nervios no atinaba a mencionar el número preciso.
Tras franquear a la prensa y con paso ligero, siguió con la víctima del brazo por Roca, cruzó Rioja y cuando estaba a mitad de cuadra, casi llegando a San Luis, lo atraparon y le sacaron la mochila con toda la plata y las billeteras que había robado, dijo una de las vecinas en diálogo con El Ciudadano.
“Se ve que los policías vieron algo raro en él o capaz que por la cara de la mujer se dieron cuenta, porque lo dejaron contestar, y después lo siguieron y lo agarraron. Al principio tuvimos mucho miedo porque decían que eran dos. Nos enteramos a las tres de la tarde porque mi hija bajó y se encontró a los policías armados en el palier que le dijeron que se meta. Desde ese momento, hasta pasadas las cuatro tuvimos el sillón contra la puerta. Un miedo terrible”, describió la mujer, quien ya enterada de la detención se alivió y logró reírse de la situación, que quedará como una digna anécdota para contar en las reuniones.