Este viernes el Gran Salón de la Plataforma Lavardén recibirá a uno de los guitarristas más emblemáticos del rock nacional. Claudio Gabis, miembro fundador del trío Manal, repasará su carrera junto a Frans Banfield (La Cofradía del Blues), y los músicos locales Lucas Russo, Pachi Castaño y Pupe Barberis. El show íntimo se realizará en el marco de una gira nacional que lo tendrá recorriendo el país en 35 fechas.
Hace ya nueve años que Gabis vuelve de gira al país. “Llevo 28 años viviendo en España. En 2007 hice un concierto en la Casa Rosada y eso me devolvió las ganas de tocar acá. Desde 2008 retomé la costumbre de las giras, primero con pocos shows y ahora con 35 fechas armadas gracias a un esfuerzo de la autogestión”, contó Gabis.
En los conciertos, en los que se presenta acompañado por músicos de cada lugar, Gabis va repasando su historia y, por tanto, la del rock argentino. “Hay ciertas cosas que quiero transmitir especialmente sobre lo que vamos tocando. La idea es trasmitir no solamente la música sino también algún tipo de contenido”, adelantó.
Platea renovada
“Algo que noté este año”, señaló Gabis con sorpresa y dando su parece, “es un aumento cuantitativo de la gente joven que va a los shows”.
“Me había acostumbrado a shows donde prevalecía una franja generacional cercana a la mía, pero felizmente hay un aumento de la gente joven”, dijo y arriesgó la razón: “La cultura son ciclos; yo vengo de una época en que la cultura estuvo de moda de una manera muy curiosa. Tomaron notoriedad figuras talentosas e informadas como Luis Alberto Spinetta, por ejemplo; un tipo que no era sólo un buen músico y un buen letrista sino que tenía una formación cultural muy amplia. Ahora creo que mucha gente joven está precisando y queriendo que se le transmita cultura”.
Lo que pasa para Gabis es que “el mercado se ha vuelto muy mediocre”, un fenómeno para él mundial. “Entonces, cada tanto, las generaciones jóvenes vuelven a descubrir que hubo y que potencialmente hay una tradición brillante de cultura y quieren recuperarla. Creo que, de alguna manera, encuentran en esta música que se llama rock argentino algunas claves que necesitan recuperar, para volver a darle, a lo que se hace culturalmente en este país, un nivel de calidad y de trascendencia que por momentos parece que se pierde”, postuló.
A Gabis no le gusta hablar de mainstream; define como mercado lo que llega a los grandes medios de comunicación y las discográficas más importantes. “El mercado en general no apuesta por las cosas de calidad”, aseguró, y rememoró la época en la que ellos ocuparon esos espacios: “La sorpresa que el mercado vivió durante parte de la década del 60, que es de la que puedo hablar con propiedad, fue que de repente el gusto popular aceptaba y pedía cosas que normalmente estaban por encima de esa media. De repente el Di Tella se puso de moda, plásticos como Marta Minujin o Le Parc se pusieron de moda. Cortázar, Borges, Sábato, un montón de cosas empezaron a aflorar. Y en la música también. Sin ir más lejos estaban Piazzolla o Mercedes Sosa. En ese momento el mercado tuvo que aceptarlo y, así como vende pescado podrido, tuvo que vender algo con calidad mayor. Creo que hoy los chicos jóvenes, que son los que tienen razón porque el futuro es de ellos, se están dando cuenta que no solamente ellos pueden generar cosas de calidad sino que tienen que pelear para que el mercado y la sociedad en general acepte que el arte es cultura y que hay que prestigiar eso”.
“Se ha producido una brecha inmensa entre el gran mercado, el masivo, de cifras enormes y el mundo de la producción independiente, los grupos que se autogestionan, internet, etcétera. Entonces hay muchas cosas que son muy valiosas pero que están en esa línea mas baja, que se hacen conocer pero no hay mercado medio, algo que sí había en otras épocas. Ahí una banda podía no tener un éxito masivo impresionante pero era conocida, tenía difusión y podía sobrevivir con eso. Se agudizó esa brecha. Con la excusa de la facilidad de la autogestión, lo que hay es un vacío muy difícil de llenar, una distancia intergaláctica entre lo que es ese subsuelo de generación enorme y lo que es la gran difusión”.
Desencanto y urgencia
¿Ese acercamiento a la cultura tiene estrecha relación con las crisis políticas y sociales? Para Gabis es una posibilidad. “Hay una crisis generalizada”, dijo. “Viviendo en el extranjero puedo asegurar que no es solamente una crisis Argentina. El desencanto político y la alarma social existe en todas partes, y eso hace que parte de la gente se despierte, y se dé cuenta que las cosas tienen que cambiar”, opinó sobre una crisis que genera “urgencia”. “De expresarse y de usar las armas que uno tiene para cambiar las cosas, en nuestro caso, la cultura. Las cosas no están bien y son los jóvenes los que se dan cuenta que dentro de 15 o 20 años este país va a ser de ellos; entonces son los que tienen esa urgencia de manifestarse”.
“En los shows intento transmitir la preocupación que teníamos en aquella época por saber y conocer; por transmitir a través de las letras y de la música un contenido que eleve el nivel de la gente”, reconoció y concluyó con un mensaje a los jóvenes: “Háganlo con pasión y luchen, no esperen que nadie los descubra. Ni un milagro. Hay que crear espacios porque el arte siempre tuvo que hacerlo. Es una vocación fácil pero una profesión difícil, de mucho trabajo”.
Alma y Vida de pioneros
Pionera del jazz rock en la Argentina, la banda Alma y Vida se formó con músicos provenientes del jazz que en esos años encontraron, en la fusión con el rock y la llamada música progresiva, un lenguaje sonoro al que sumaron textos que expresaban el clima social y político de la época. El grupo debutó en 1970, en un ciclo en el teatro Ópera y del que participaron Manal, Arco Iris y Vox Dei, entre otros.
Después de una consagratoria actuación en los míticos festivales B.A. Rock, el sexteto grabó su primer disco, titulado Alma y Vida. En los años siguientes, su personal estilo, que reunía canciones de singular lirismo con un sonido e instrumentaciones emparentadas con el jazz, le acercaron sectores de público no estrictamente rockero.
En 1977 el grupo se disolvió, dejando un repertorio de seis discos. En 2000 se reagruparon para realizar algunas presentaciones y resolvieron continuar actuando en todo el país después de un largo camino de maduración de todos sus integrantes.
La formación hoy está integrada por los originales Carlos Mellino, en voz y teclado; Bernardo Baraj en saxos y flauta; Mario Salvador en trompeta; Juan Barrueco en guitarra; Carlos Villalba en bajo, y la incorporación más reciente, Marcelo Baraj, a cargo de la batería.
Nueve décadas
Las actividades previstas por los festejos de los 90 años del emblemático edificio de Sarmiento y Mendoza, que comenzaron con la iluminación de su fachada, se extenderán a lo largo de todo el año. En los próximos meses, habrá un homenaje a los años 70, para abordar luego los 80 y la Trova Rosarina, con un desembarco, en noviembre, en el presente, y una escala especial en agosto por el cumpleaños de la renovada Plataforma.
Plataforma Lavardén (Sarmiento y Mendoza). Este viernes, a partir de las 22, en el Gran Salón