Rodolfo Di Pollina es el nuevo presidente de Rosario Central. Así lo quisieron la mayoría de los socios que este domingo fueron a votar al Gigante. Foro Canallas Unidos se impuso por amplia mayoría en las elecciones que resultaron históricas por la cantidad de votantes que hubo.
Un acto democrático ejemplar desde todo punto de vista. Y en el cual los socios ratificaron la confianza hacia el oficialismo. Comunidad Canalla, que llevó como candidato a presidente a Hernán Marty, culminó en el segundo lugar; mientras que Fuerza Ariazul, que postulaba a Mario Moretti terminó tercera.
Di Pollina, de 44 años, será el dirigente más importante del club hasta 2022. Y este domingo se convirtió en el candidato más votado de la historia (8.130 sufragios) superando a Norberto Speciale (7.277).
Con un total de 11.724 votantes las elecciones de este domingo superaron a las de 2010 donde hubo 11.508. Y fue récord en Central.
Desde el preciso momento donde se abrieron las urnas pasadas las 18 se pudo ver que el oficialismo iba a arrasar. Y así fue. En cada mesa se podía constatar que había una gran diferencia entre las pilas de votos de cada agrupación que las autoridades separaban para poder contar. Los votos del oficialismo sobresalían de manera contundente.
Tal fue así que mucho antes de terminar el escrutinio, el oficialismo comenzó a festejar y los candidatos de las otras dos listas reconocieron la derrota.
A las 20.05 se oficializaron los números. Vicente Romano, presidente de la Junta Electoral, dio a conocer la victoria de Foro Canallas Unidos. Y el 69 por ciento que obtuvo la lista encabezada por Rodolfo Di Pollina no admitía discusiones. Triunfo contundente del oficialismo que ratifica así cuatro años más de gobierno.
Comunidad Canalla, como primera minoría, tendrá representación en la Comisión Revisora de Cuentas, nuevo órgano del club que entre otras funciones tiene la facultad de controlar a la comisión directiva.
Todo se dio en buenos términos. No hubo nada fuera de lugar. Los ganadores trasladaron el festejo al playón de estacionamiento y después al búnker que estaba por Avellaneda, a un par de cuadras del Gigante. Y a los que les tocó perder se retiraron con tranquilidad, para cerrar una jornada democrática que fue aplaudida por todos.