El psiquiatra español Enrique Rojas organiza en No te rindas, a modo de almanaque, una serie de temas que giran en torno al amor, la familia, el trabajo, la amistad y la cultura, que le sirven para afirmar que “la felicidad es una forma de mirar la realidad”.
“Quiero que el libro sea una enseñanza, como un calendario, donde cada mes del año se detenga en un tema”, señala a la agencia Télam el autor, de visita en Buenos Aires.
Y explica: “Como psiquiatra trabajo con muchos pacientes a lo largo del día. Llego a ver alrededor de 20 personas en ocho horas, que son pocas pero son muchas porque me tengo que dedicar a cada una de ellas por igual”.
“Quiero que la gente tenga ideas concretas –destaca Rojas–. Por eso empiezo con el tema del amor, luego con la amistad, luego con el arte de madurar, la educación de los hijos, la cultura y, por último, los grandes males de este tiempo: el desamor, la ansiedad y la depresión”.
Para el autor, el libro publicado por Planeta “es muy sencillo de leer y aporta sugerencias interesantes para mejorar tu día a día”.
“En este momento las tres epidemias mundiales más importantes son la depresión, el estrés y, más reciente, el desamor –enumera Rojas–. La ruptura es una constante: hoy en un colegio de Buenos Aires de clase media el 40 por ciento de los niños son de padres separados y en Estados Unidos, el 60 por ciento. En el libro me adentro en la interpretación de estas cosas”.
Según el autor, “muchas separaciones son inevitables porque una parte o toda la pareja no está preparada para convivir. La convivencia es un arte”. “Hay un principio que sale en el libro: para estar bien con alguien tengo que estar bien conmigo mismo. Entonces, para compartir la vida con alguien hay que tener un cierto equilibrio personal”, sostiene.
“El mundo se ha vuelto muy rápido, todo es inmediato, sobre la marcha. Es fácil enamorarse y es laborioso mantenerse enamorado. Es un trabajo artesanal. Como todo va rápido, en muchas parejas aparecen problemas relativamente normales y la mejor manera que encuentran para solucionarlo es separándose”, explica el psiquiatra.
Y destaca: “Hoy vemos una gran cantidad de hombres con inmadurez afectiva. Hombres que no saben manejar los sentimientos. La mujer sabe mucho más de sentimientos en Occidente. Se crea entonces esta situación donde tenemos como meta a la felicidad y al mismo tiempo está la infelicidad a la vuelta de la esquina”.
Porque, según Rojas, “la mujer busca una relación estable que le dé serenidad y sosiego. Es la que hace el hogar. Entonces, una chica de 20 años tiene una madurez afectiva de un chico de 26, porque el chico de 20 está pendiente del fútbol y de algunas cosas más. La mujer tiene una visión mucho más comprometida del amor”.
“Generalmente la que toma la iniciativa en la elección afectiva es la mujer –prosigue–, y esas parejas suelen funcionar mejor. Hay muchas estadísticas sobre el tema. El hombre se enamora por la vista y la mujer por el oído, es decir, el hombre se enamora de la belleza externa y la mujer de la interior”.
—¿Cómo se explica la infidelidad para conservar el estatus de una pareja?
—Según las estadísticas, el 90 por ciento de las personas le otorgan un gran valor a la fidelidad. Lo que pasa es que en el mundo moderno se ha colado una idea de relativismo que tiene como positivo que se le puede quitar importancia a las cosas, pero también hay algo enfermizo que es esa idea de que todo es absolutamente relativo, que todo es bueno y todo es malo, que todo da lo mismo. Eso es muy negativo y hace que el hombre este perdido, porque hay unos valores absolutos: la amistad, el orden, la justicia, la democracia. Pero, como sucede, hasta la democracia puede venderse mal. Por eso hay que revisar. Lo mismo pasa con el amor. El amor te da riqueza y te hace pobre, te hace libre y te captura.
—¿Se puede encontrar la felicidad o sólo buscarla?
—Hay tres tipos de felicidad: una colectiva, que es la aspiración del pueblo a ser feliz; luego hay una puntual que está recogida en el lenguaje coloquial; y después está la felicidad estructural, que significa una exploración de la vida personal. Los cuatro grandes argumentos de la felicidad son amor, trabajo, cultura y amistad, y hay otro que aparece en la edad madura que es la salud. La felicidad no puede ser un destino definitivo, porque la vida es larga y siempre nos ofrece problemas. La felicidad es una forma de mirar la realidad.