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Balance 2013 en Rosarina: campeones y violentos

Por Franco Scala.- La temporada se vistió de fiestas en algunas ocasiones y estuvo llena de incidentes en otras.

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Culmina el año y es tiempo de balance en la Rosarina. Con la pelota de vacaciones El Hincha repasa lo mejor y lo peor de una temporada más en la liga local.

Sin dudas que Pablo VI fue uno de los protagonistas máximos en 2013. El conjunto papal se quedó en forma justificada con el Molinas un par de fechas antes del final del campeonato.

El Canario demostró que con  humildad y sacrificio se puede llegar a la gloria. Pablo VI tuvo su base en el equipo que consiguió el ascenso 2012 y aprovechó la irregularidad de los grandes, Newell’s y Central, para coronarse por segunda vez en su historia en el Molinas.

A medida que fueron pasando los partidos Pablo VI fue vistiéndose de candidato al título y tuvo una racha de once partidos invicto entre la 13ª fecha y la 25ª, en donde edificó la campaña que derivó en la obtención del título.

Nicolás Cedro, Matías Almirón, Claudio Escobar, Leandro Ahumada, Facundo Barrios y Alberto Rolón fueron los puntos altos de los dirigidos por Silvio Lingiardi durante el año.

Si hay que elegir un partido en donde Pablo VI se sintió campeón sin dudas fue el de la 24ª fecha ante Newell’s, como local, en donde el Canario ganó 1-0 sobre la hora y estiró la ventaja con la Lepra en la pelea por el título.

La coronación final llegó en el partido con Central, en la 28ª  jornada, cuando en Seguí y Garzón, el Canario venció al Canalla por 5-1.

La contracara del campeón fueron Central Córdoba y Renato Cesarini, que por primera vez en su historia jugarán en 2014 los torneos de ascenso al sufrir el descenso de categoría.

El Charrúa había arrancado el año con mucha ilusión de pelear el torneo, incluso en las primeras fechas fue gran animador, pero en la segunda parte se desinfló por completo. Mucho tuvo que ver que varios jugadores pasaron a ser parte del plantel profesional y eso repercutió en el andar del equipo de Claudio D’Alberti.

En tanto, Renato, además de realizar una pobre campaña en las treinta fechas perdió seis puntos en los escritorios de la liga, pero por un descuido propio.

Un jugador, Matías Lerda, disputó un partido estando suspendido, en el cual Renato le ganó 2-0 a Tiro Federal, pero lo más grave fue el informe vertido por la dirigencia hacia el Tribunal de Disciplina, motivo principal de la pérdida de puntos.

El Unificado debutó en la Liga

Para esta temporada la Rosarina puso en práctica un nuevo formato de disputa para los certámenes de ascenso y se creó así el Torneo Unificado.

Este campeonato juntó a las dos categorías de ascenso (“B” y “C”) disputando un torneo de 27 fechas, todos contra todos a una sola rueda, pero con la particularidad que cada equipo sumaba puntos en la tabla correspondiente a la divisional.

De esta manera hubo dos campeones, Central “B” por la copa Pinasco y Juan XXIII por la Mariano Reina, pero con el atenuante que el Canalla no pudo ascender al Molinas.

Por consecuencia, los ascendidos fueron Arijón y Provincial, que terminaron segundo y tercero, respectivamente.

De todas maneras el torneo ganó en emotividad, ya que recién en la última fecha Central logró el título y Arijón y Provincial los ascensos.

El Canalla arrancó bárbaro, logrando nueve triunfos consecutivos, pero luego se desinfló en la mitad del torneo para tener un final a pura victoria y coronarse con el título.

En cuanto a los ascensos, Arijón y Provincial realizaron una gran campaña. El conjunto de barrio Saladillo demostró su habitual estilo de juego y logró el ascenso tras superar 7-1 al debutante 14 de junio. Por su parte, Provin, con Ariel Santoro como técnico, supo hacerse fuerte en los partidos claves y consiguió el salto de calidad que estuvo buscando en años anteriores.

Por otro lado, el título y el ascenso de Juan XXIII fueron mucho más sencillos. El elenco papal mostró mucha diferencia en la C con respecto a los otros equipos y obtuvo el objetivo varias fechas antes del final del torneo.

En cuanto al único descenso, de la B a la C, Banco hizo una campaña paupérrima y de esa manera bajó dos categorías en la misma cantidad de temporadas.

Para la próxima temporada no habrá cambios en lo que respecta al formato de los torneos que se oragnizaron en 2013.

Los hombres de negro la pasaron mal al final del año

La violencia a flor de piel. Así se puede resumir el final de temporada en la Rosarina. Dos hechos gravísimos se sucedieron durante la disputa del torneo Ivancich 2013 y ambos se dieron en el Gabino Sosa con un denominador común: la agresión física a dos árbitros.

El primer incidente se dio por los octavos de final que jugaron Central Córdoba y 7 de Septiembre, el domingo 24 de noviembre,  que finalmente quedó en manos del Charrúa tras ganar  por 4-2.

Pero el partido no pudo terminar. Algunos jugadores de 7 de Septiembre, molestos por el arbitraje de Cristian Ferreyra decidieron hacer justicia por mano propia agrediendo al árbitro y a sus asistentes a tres minutos del final del partido. Además, hinchas del Siete también ingresaron al campo de juego con la clara intención de agredir a cualquier persona que se le cruzase en su camino. Fueron minutos de locura, en donde la policía brilló por su ausencia.

El resultado fue una durísima multa económica contra 7 de Septiembre que deberá abonar 17.500 pesos y varios jugadores que recibieron cinco y dos años de suspensión.

El otro incidente fue mucho más reciente. El martes 17 de diciembre se jugó la final del Ivancich entre Central y Alianza y todo terminó en un caos total.

Ganaba Alianza 1-0 y pasado 30 segundos del descuento marcado por el árbitro David Luzzi el Canalla logró el empate. De esa manera fueron a los penales y Central terminó siendo campeón desde los doce pasos.

Fue ahí cuando parte del cuerpo técnico y algunos jugadores del Aurinegro, ofuscados por la última jugada del partido, agredieron en varias oportunidades a Luzzi, que fue rescatado por gente de Alianza y por tres policías, que reaccionaron tarde.

En cuanto a las sanciones, tanto deportiva como económica, será cuestión de esperar el próximo año, pero seguramente serán muy similares a las impuestas a 7 de Septiembre.

Estos dos hechos se suman a otros que se produjeron en inferiores, que muchas ocasiones fueron verdaderas batallas campales entre jugadores, que motivaron a suspender a las respectivas categorías involucradas.

La violencia fue un tema recurrente de la temporada. Por eso es cuestión de sentarse, dirigentes, técnicos y hasta los propios jugadores para repasar los hechos y proponer rápidamente soluciones concretas a corto plazo para tener una liga sin incidentes, dentro y fuera de una cancha.

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