El fin de semana en Rosario arrancó con un nuevo crimen, esta vez en la zona noroeste y con un joven de 25 años como víctima fatal. Los padres del muchacho lo llevaron hasta el hospital de emergencias Heca en un auto, pero los médicos no pudieron salvarlo y falleció una hora después de que cinco balazos impactaran en su cuerpo.
De acuerdo a informaciones preliminares, el asesinato fue perpetrado alrededor de las 3.45 en Nazca y Acevedo, a la altura de Génova al 8600, unos 200 metros antes del cauce del arroyo Ludueña. Los primeros testimonios, de allegados a la víctima, señalaron que Matías Oroño, de 25 años, estaba en el ingreso de uno de los pasillos de la zona cuando dos personas irrumpieron en una moto y le dispararon. Cinco proyectiles impactaron en su cuerpo: dos en el brazo izquierdo, en zona lumbar izquierda, en la ingle y en la pierna derecha.
La madre de Matías relató a los investigadores que estaba en su domicilio –cerca del lugar del crimen, en calle Maradona al 1000 bis– cuando llamaron a la puerta para avisarle que su hijo estaba tirado en un pasillo con heridas de bala. Junto al padre del joven, que vive también en la zona –Génova al 8600–, se llegó hasta el lugar del ataque y trasladaron al muchacho hasta el hospital de emergencias. Los médicos comunicaron su fallecimiento a las 4.42.
Con base en las primeras averiguaciones, los investigadores determinaron que los agresores fueron dos, y que se movían en una moto tipo enduro blanca.
En un primer momento, intervino la comisaría 17ma, con jurisdicción en la zona. La investigación quedó a cargo de la fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos Georgina Pairola, quien ordenó la presencia del Gabinete Criminalístico para relevamiento de la escena, levantamiento de rastros y toma de testimonios a familiares de la víctima y vecinos. En la zona no hay cámaras de videovigilancia.
Por la mañana, aparecieron posteos en las redes sociales que despidieron a Matías y lamentaron su temprana muerte.
“Me recorre una tristeza inmensa en todo el cuerpo, en mi corazón. ¿Por qué está todo tan podrido, por qué, Dios mío? No merecías esto. No eras un pibe malo. A pesar de todos tus mambos, nunca fuiste un pibe mal educado. Siempre humilde, siempre brindado todo a todos tus amigos, conocidos. Más de una vez te hablé por tu bien. Sólo Dios y vos saben lo que cargabas adentro tuyo. Me quedo con todo lo bueno”, escribió Male.
Dante, otro amigo, posteó: “Descansa en paz, Mati querido, gracias por tu amistad, loco de la guerra. Me quedo con los mejores recuerdos, fuiste un gran amigo”.
“Siempre buena gente y brindando lo mejor a todos. Siempre que estaba mal, me escuchabas, y me hablabas de la mejor manera. En tu peor momento no me dejaste ayudarte”, lamentó Caro.