Cero a cero. Si bien el resultado en los amistosos no importa tanto, el marcador en tablas reflejó a la perfección lo que se vio en el Gigante de Arroyito. Central y Unión compartieron todo: orden atrás e incapacidad ofensiva. Y así el cero a cero le quedó bárbaro al partido.
El amistoso fue chato. Con escasas jugadas de peligro. Si bien la más clara fue de Unión, Central trato siempre de ser prolijo de mitad de cancha hacia atrás y tuvo mucho orden táctico. Pero el mayor problema del equipo de Diego Cocca fue la falta de juego, un inconveniente que se evidenció en la última temporada y a quince días para que arranque la próxima no se ven soluciones aún. Tal es así que las aproximaciones que tuvo al arco rival fueron por pelotazos de Caruzzo, los cuales algunos de ellos tuvieron como destinatarios a Lovera y a Rius.
Ni Gil ni Lovera generaron por afuera. Rius fue el que tuvo más intenciones por su sector. Zabala como ante Olimpia jugó más como interno que como mediocampista por izquierda y en la primera parte no terminó cumpliendo ninguna de las dos funciones. De mitad de cancha hacia arriba lo del Canalla fue flojísimo, el hecho de no haber sociedades hizo que la generación de fútbol no se haga presente casi en ningún momento.
Lo más interesante que produjo Central en el campo rival fue cuando el DT introdujo a Marinelli (ingresó por Lovera) y ya con Ribas en cancha mandó al recién ingresado a la derecha, Rius fue a la izquierda y Zabala al medio, como mediapunta. Allí el ex Unión tuvo más contacto con la pelota y buscó siempre asociarse con el ex Lanús, qué más allá de que no le quedó ninguna para llevar peligro al arco tatengue tuvo buenos movimientos como pivote.
La más clara del partido fue para el equipo de Madelón, un centro rasante de Martínez encontró a Troyanski en inmejorable posición para marcar pero Ledesma se quedó con la pelota, mostrando una vez más que está en un gran momento. La ocasión del conjunto santafesino fue generada por un error en la salida de Parot.
Central demostró solidez defensiva y orden de mitad de cancha hacia atrás y dio un paso hacia adelante con respecto a lo que se vio en Paraguay. Pero en lo que continúa apagado es en la faz de la generación de fútbol. Y es precisamente allí donde el entrenador tendrá más trabajo en las dos semanas que quedan para que arranque la Superliga.