En el marco de la celebración del 171 aniversario de la declaración de Rosario como ciudad, el municipio publicó el primero de los cuatro censos locales que se realizaron en 1900, 1906, 1910 y 1926. Este material, de gran valor histórico, puede consultarse en el portal de datos, datos.rosario.gob.ar, y en los próximos meses se avanzará con la publicación de los tres restantes.
La Dirección General de Estadística, de la Secretaría de Modernización y Cercanía, encontró este material en la biblioteca de la Facultad de Ciencias Económicas y Estadística de la Universidad Nacional de Rosario, e inició el proceso de digitalización para ponerlo a disposición de la ciudadanía.
“Sabíamos que existían censos municipales, pero no solo no los teníamos digitalizados, sino que no contábamos con el material impreso acá en la Dirección de Estadística”, contó la directora municipal de Estadística, Nora Ventroni. Entonces, en el marco de una pasantía de un estudiante de la carrera de Estadística, se consiguió acceder a estos libros: “Vimos que era un material valiosísimo, entonces eso nos estimuló a seguir adelante. Y teniendo el portal de datos disponible y estando en un año postcensal, sin resultados todavía para la ciudad, nos resultó muy pintoresco ver los trabajos que se hacían a principios del siglo XX, cuando las herramientas eran muy limitadas”, explicó la titular del área.
En 1887 se realizó el Primer Censo de la Provincia de Santa Fe, que tuvo a Gabriel Carrasco como su principal responsable y fue el encargado de difundirlo en París durante la Exposición Universal de 1889. La repercusión de ese primer censo y las tareas iniciadas para el Segundo Censo Nacional de 1895, entre otros, estimularon la creación de una Mesa (1890) y luego una Oficina (1895) de Estadística Municipal en Rosario. Esta repartición fijaría las bases para la realización de los censos municipales de comienzos del siglo XX.
Entre 1900 y 1910, se realizaron tres censos municipales que posibilitaron la construcción de la imagen de la ciudad para poder promocionarla en el extranjero, mostrándola como un territorio propicio para la inmigración y los negocios, capaz de atraer y potenciar los deseos de nuevos pobladores e inversiones. En 1926 se realizó un nuevo censo municipal, pero fue considerado inaceptable por el amplio margen de error que presentaban sus cifras.
El primer censo municipal se realizó el 19 de octubre de 1900. Ese mismo día, a las 10 de la noche, toda la ciudadanía se reunió en la plaza 25 de Mayo para conocer los resultados: Rosario contaba con 112.461 habitantes, 58% eran personas argentinas y un 42% extranjeras, principalmente italianas y españolas.
Para este recuento estadístico, la ciudad se dividió en las 6 secciones definidas por el Registro Civil de aquel entonces y además se contabilizó a la población fluvial (aquellas personas que permanecían en los buques anclados en la costa). “Nos resultó divertido ver cómo se mencionaban los límites de la ciudad, por ejemplo, una delimitación es el alambrado de los campos de Taboada. O sea, un alambre, empieza el campo de tal familia y ahí termina la ciudad. Y después otra parte habla del camino a Funes”, cuenta Romina Piazza del equipo de Estadística municipal.
“La publicación que se digitalizó tiene más de 600 páginas, porque no solo publica los datos del censo, sino que da un contexto de la ciudad. Se encuentra información muy curiosa, cuestiones económicas, sociales, como la cantidad de teatros que había, describiéndolos, otros lugares para el ocio, comercio, hospitales, describe mucho el río, cómo se comportaba la ciudad, el municipio, los concejales, hace una narración de la ciudad y también contiene fotos”, explica Ventroni.
“Aparte, la forma de escribir es muy pintoresca, o sea, si bien es un material estadístico, donde lo que se destaca son los números, es bellísimo el texto. Y también pudimos notar que hay tramos escritos por distintas personas, donde hay por ejemplo jefe con G, o concejal con S, y después en otro lado está bien escrito. Te das cuenta a veces que el tema siguiente lo hizo otra persona, tiene un modo de escribir totalmente distinto”, destaca Piazza.
Desde la Dirección de Estadística explican que en el censo del 1900 solo se consultó a las personas por el sexo, edad, estado civil, profesión, nacionalidad y si sabía leer o escribir. Y a partir de allí se hacían gran cantidad de desagregaciones donde la nacionalidad era un factor muy estudiado. Entonces se pueden encontrar datos de edad, profesión, alfabetización y posesión de bienes por nacionalidad.
Otro dato para resaltar es que este censo no fue anónimo, sino que al relevar los datos, los censistas tomaron también nombre y apellido de cada habitante de la ciudad.
La posibilidad de contar con este material de acceso público abre una nueva puerta para estudiantes, historiadores, investigadores e incluso para quienes disfrutan de conocer la ciudad. “Por un lado, es un material tipo reliquia, es como la frutillita del portal de datos en cuanto a información, porque es información histórica, entonces quizás no sea para trabajos tan estadísticos, sino más de análisis histórico de los cambios que tuvo la ciudad”, destaca Ventroni y agrega: “Esto es lo valioso de disponibilizar esta información para que cualquiera pueda acceder y no tener que ir a una biblioteca a buscarlo, y se pueden hacer comparaciones con todo lo más actualizado si está disponible de manera digital”.
Por su parte, Piazza señala: “A quien le gusta la historia es un material histórico bellísimo. Y para quien gusta de los números, los datos, está mucho más accesible, ahí se puede ver cómo se trabajaba en el 1900. Y finalmente, a quien le gusta la ciudad de Rosario, está la historia de cómo se pensó la ciudad, por qué se la veía próspera, por qué se la consideraba una ciudad importante, con mucho auge y con un porvenir superbueno. Entonces, al que le gusta la ciudad, está bueno leer que en el 1900 alguien la vio y la pensó como una ciudad importante”.
Datos curiosos
No solo en su relevamiento, sino también en su interpretación, el libro del censo trae consigo algunos datos llamativos.
El material nombra a los argentinos nativos como “hijos del país” en tanto a los inmigrantes como “elemento extranjero” y a los niños de 0 a 5 años las define como “quienes consumen sin producir”.
Del libro también se puede extraer que la edad de escolaridad comenzaba a los 7 años y que parte de la población sentía dudas sobre los establecimientos educativos y optaba por la educación hogareña por parte de los padres o de un tutor. En 1900 se pudieron relevar 28 escuelas públicas con una matrícula total de 6.678 estudiantes, en tanto que las 121 escuelas privadas daba clases a 6.396 niños y niñas.
En tanto, la edad habilitada para el matrimonio era 14 años para los hombres y 12 para las mujeres. Respecto a la clasificación para las edades, se contemplaba: infancia (0 a 15), edad escolar (6 a 14), pubertad (15 a 17), edad de la Guardia Nacional y se subdivide en activa (18 a 30), reserva (31 a 35) y territorial (36 a 40; edad de servicio militar posible (41 a 50). A partir de los 51 años era considerada como edad madura, ancianos de 61 a 70, septuagenarios a partir de los 71 y finalmente a partir de los 81 años se menciona como última edad.
El tema de la propiedad, de viviendas o terrenos, es destacado en el relevamiento y analizado a través de multiplicidad de categorías como nacionalidad, edad, profesión, género.
En cuanto al clima, es de destacar que el promedio de temperatura rondaba los 20.1°, siendo por estaciones: primavera 22,8; verano 26,0; otoño 17,8 e invierno 15,8. Durante el verano “pocas veces” excedía los 34 grados y en invierno el termómetro no bajaba a menos de 4,5.
El libro del censo de 1900 está dividido en cuatro partes. La primera contiene presentación y caracterización de la ciudad, además de los datos demográficos de la población y con todas sus desagregaciones por categorías.
La segunda parte contempla el comercio y la industria con una exhaustiva descripción de las actividades principales y sus establecimientos.
La administración del Estado y sus poderes están contemplados en la tercera parte, junto con instituciones de servicios.
Finalmente, el cuarto capítulo está destinado a espacios de beneficencia, religiones, empresas particulares e instituciones culturales y deportivas. También hay un relevamiento de plazas y espacios públicos.
Portal de Datos
Los censos históricos serán alojados en el Portal de Datos que el municipio relanzó en septiembre de 2021, con el objetivo de organizar, interpretar y utilizar la enorme cantidad de datos que el Estado municipal produce día a día como base para la definición de políticas públicas basadas en datos y evidencias unificando informes, indicadores, historias de la ciudad y el gobierno.
Esta herramienta dispone de informes periódicos, rigurosos y metodológicos que sirven de insumo para la gestión pública, la ciudadanía, las empresas y los diferentes actores sociales, como el Indicador mensual de facturación, o los informes de Precios de materiales de la construcción y de Permisos de edificación otorgados.
Vale recordar que el portal de datos abiertos fue lanzado en noviembre de 2016 como una iniciativa de Gobierno Abierto para contribuir a la transparencia e impulsar el desarrollo independiente de nuevos servicios digitales que beneficien a la ciudadanía.