Apenas llegó la pandemia de coronavirus a la Argentina y empezaron las primeras medidas de aislamiento, el teletrabajo puso en evidencia como nunca antes la distribución desigual del tiempo entre varones, mujeres y otras identidades sexuales. Mientras a nivel nacional avanzaba una ley para regularlo, en Rosario las sindicalistas que conforman la Intersindical de Mujeres decidieron lanzar una encuesta para conocer cuál era la situación a nivel local. El cuestionario fue contestado por 500 personas, en su mayoría mujeres cis, y los resultados muestran que la pandemia llegó con peores condiciones para ellas. El 85% tuvo que usar recursos y equipamiento propios para trabajar desde casa, el 76% lo superpone con las tareas de cuidado y domésticas y el 60% está teniendo menos ingresos que antes de la pandemia, lo que muestra el grado de precarización y trabajo informal que hay entre mujeres e identidades feminizadas. En el documento que difundieron esta semana con los resultados, las gremialistas se pronunciaron en contra del tratamiento de adhesión a la ley de ART por parte de la Legislatura de Santa Fe.
Las sindicalistas empezaron a organizarse a partir del primer Ni Una Menos del 3 de junio de 2015. Desde entonces trabajan en conjunto de manera transversal para instalar la agenda de género y diversidad adentro y afuera de los gremios. Participan de las distintas movilizaciones que se hacen todos los años como el 8 de marzo, el 3 de junio, el 25 de noviembre y otras fechas que forman el calendario feminista argentino. Además, comparten espacios de discusión para atender a los problemas de mujeres y disidencias sexuales en los ámbitos laborales, llevan adelante los protocolos de violencia de género y buscar abrir lugar en el sindicalismo, un ámbito tradicionalmente dominado por varones. Ante las divisiones de las centrales obreras, la Intersindical de Mujeres de Rosario siguió trabajando en conjunto a pesar de las diferencias. “Es un espacio para fortalecernos, comparar y darnos herramientas entre nosotras. Saber qué hizo cada una en su lugar y compartir”, explicó a El Ciudadano Alejandrina Perren, de La Bancaria.
Apenas empezó la pendemia, las sindicalistas empezaron a tener reuniones virtuales en las que exponen los problemas que está teniendo cada gremio y comparten experiencias. En esos intercambios surgió la idea de hacer la encuesta que respondieron 500 personas: 452 mujeres cis, 44 varones cis, tres no binaries y una mujer trans. Fue hecha durante la primera quincena de julio y el objetivo de las gremialistas era conocer la situación del trabajo y de las tareas de cuidado en el contexto de la pandemia. Perren explicó que los resultados servirán para que cada integrante de la Intersindical pueda trabajar dentro de los gremios con datos y argumentos.
La sindicalista dijo que la idea es seguir haciendo la encuesta en el tiempo para ver cómo evoluciona y contó que desde el espacio celebraron la sanción de la ley de teletrabajo. Además, agregó que quienes lo practican vieron incrementada la jornada laboral por distintos motivos: “Están las tareas de cuidado que crecieron mucho pero también el recibir mail, mensajes y consultas fuera de horario, no tener los recursos idóneos en el hogar, usar elementos propios o compartir ambientes”.
Teletrabajo sin condiciones
Casi el 70% de las personas que contestaron la encuesta tenía entre treinta y cincuenta años y vivían en Rosario. Respecto de la situación habitacional: en un 93,6% corresponde a viviendas urbanas, más del 60% de los casos se ubica en el centro de la ciudad y casi en un 30% en el barrio Abasto. Hubo casi un 5% en asentamientos o barrios populares y menos de 2% en contexto rural. El 88,8 de los hogares está compuesto por hasta cuatro integrantes.
El 44% de las personas que respondieron está en situación de teletrabajo, tanto formal como informal, mientras que el 38% continuó con trabajo presencial. Un 12 por ciento dijo estar de licencia.
En relación a las tareas de cuidados la encuesta relevó que todas se incrementaron, en especial las de limpieza e higiene. También hubo mayor dedicación de tiempo a hacer compras, preparar la comida, cuidar a hijos e hijas y ayudar en tareas escolares.
La mayoría contestó que trabaja entre 30 y 45 horas semanales y más de un 60% dijo que los ingresos del hogar se vieron disminuidos desde que se inició la pandemia. Según la Insersindical de Mujeres esto puede responder a: la suba en los costos de vida ya que, según los datos oficiales del Indec. una familia tipo necesitó en julio 44.079 pesos para no caer en la línea de pobreza; el cierre de las paritarias (en el caso del empleo formal); despidos, reducción de horas y de salarios en el caso de privados.
Otro dato a destacar es que la mayoría contestó que se vieron alteradas las condiciones de salud física, emocional y psíquica.
En el caso del teletrabajo, el 63,7% de las personas que respondieron dijo que destina más tiempo que el habitual al trabajo pago, y el 76% que estas tareas laborales se superponen con las domésticas y de cuidado.
Otro dato interesante de cara a la aplicación de ley de teletrabajo aprobada por el Congreso Nacional es que un 85% tuvo que proporcionarse los elementos y recursos para trabajar y no fueron provistos por la patronal. La normativa que se empezará a aplicar después de la pandemia prevé que los empleadores se hagan cargo de esa parte. Además, el 82,5% contestó que no cuenta con un espacio exclusivo para trabajar. Un 17% no tiene lugar adecuado para trabajar en la casa y el 50% comparte ambientes y recursos. Un dato a destacar es que sólo un 9% pidió la licencia por cuidados que dispuso el gobierno nacional, aunque sólo rige para empleo público.
En el caso del trabajo presencial casi el 60% dijo que contaba con todos los elementos de protección sanitaria, 33% con algunos y el 8% con ninguno.
“De estos datos es posible advertir que el trabajo remoto llega con el desdibujamiento de la jornada laboral, a partir de una disponibilidad full time de 24 horas. La alteración del espacio y tiempo encubre e invisibiliza la sobrecarga y la extensión de la jornada laboral”, dijeron en un comunicado y agregaron: “El trabajo remoto aumenta la carga laboral y no se compatibiliza con las tareas de cuidados, que en su gran mayoría se superponen y se han visto incrementadas. Además, que impacta en la salud de lxs trabajadorxs de forma negativa, recayendo el costo de esta modalidad sobre ellxs mismxs”.
“A partir de la experiencia de muchas compañeras, destacamos también la precarización del trabajo en el sector privado, en el que se refieren disminuciones salariales (incluso casos en que no se ha cobrado el salario desde el comienzo de la pandemia), trabajadorxs no registradxs o el cierre mismo de muchas empresas que ha dejado cientos de trabajadorxs sin sustento. A esta grave situación se suma en muchos casos el no respeto a los convenios colectivos de trabajo y la persecución a delegadxs”.
Rechazo a la ley de ART
En el documento a través del cual difundieron los resultados de la encuesta, la Intersindical de Mujeres hizo un pronunciamiento en contra del tratamiento de la adhesión a la Ley de ART a nivel provincial que anunció la Legislatura. “La ley de ART busca aniquilar viejas conquistas del sector de lxs trabajadorxs y situarlos en un plano de ‘libertad individual’ y de mayor vulnerabilidad. En la audiencia pública realizada el 18 de septiembre de 2019 en la Legislatura provincial, donde casi la totalidad de los gremios santafesinos rechazamos la propuesta, se demostró la inconstitucionalidad flagrante de la norma; el retroceso en términos de derechos laborales que implica; la nula mejora en términos de prevención de riesgos; la falsedad sobre los argumentos de aumentos de alícuotas o costo laboral; y el claro intento por parte de las ART de eliminación de la figura de enfermedad laboral. A todo esto se suma lo completamente inoportuno de discutir esta adhesión en una coyuntura como la que se está atravesando este año donde sin lugar a dudas las prioridades de lxs trabajadorxs pasan por otro lado”, dijeron.