La Confederación Argentina de Mediana Empresa (Came) difundió un estudio que posiciona a Rosario como la ciudad con menos permeabilidad al comercio de mercadería ilegal. Desde el organismo insistieron con la necesidad de ser “implacables” a la hora de combatir esta actividad que moviliza anualmente unos 3.500 millones de pesos, los que obviamente se mueven lejos del fisco. Desde el municipio reconocieron que la erradicación de las calles de vendedores ambulantes sin autorización, que en muchos casos actúan como una pantalla de redes de distribución que se apropian ilegalmente de estos artículos o que los producen en condiciones de trabajo esclavo, es uno de los principales ejes de trabajo del área de control.
El informe presentado por la Came señala que, a marzo pasado, sobre 493 localidades relevadas, Rosario fue “la ciudad con menos penetración de la ilegalidad”, con un puesto de venta por cada 6.726 habitantes. “Lo que importa destacar es que esto crece geométricamente, con tal dinamismo que la ventas superan los 3.500 millones de pesos y, por lo tanto, la evasión impositiva resulta tan importante que dificulta el desarrollo de un plan de inversiones. Lo dramático no es solamente la venta sino que las personas que administran este negocio tienen la impunidad de decirlo públicamente”, sentenció el vicepresidente de Came, Elías Soso, en clara referencia a las declaraciones de Jorge Omar Castillo, máximo accionista de La Salada (emblema de la venta de mercadería ilegal en Buenos Aires), quien se justificó argumentando que no pagar impuestos es algo común en todas las empresas.
Este posicionamiento de la ciudad como uno de los lugares con menos permeabilidad del país para el comercio ilegal se debe a una mayor presencia por parte del Estado, sobre todo en el centro, paseos comerciales a cielo abierto y ferias barriales.
Para el histórico ex titular de la Asociación Empresaria de Rosario, estas redes de comercio tienen hasta un impacto social y cultural. “Uno de mis nietos pidió que le compraran una Play Station 4 de un modelo específico que puede leer juegos pirateados.
Estamos acostumbrando a las futuras generaciones a las cosas truchas. Para ellos puede ser algo normal pero es totalmente dramático”, confió Elías Soso, al tiempo que reveló la situación de muchos comerciantes que son tentados por estos vendedores ilegales para hacer circular su mercadería.
El combate de esta problemática es para la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana uno de los ejes de trabajo. “Control Urbano y la Guardia Urbana Municipal (GUM) son las áreas que más trabajan con este tema. Basta ver cómo queda la peatonal cuando hay un paro de municipales”, graficó el titular de la repartición, Pablo Seghezzo.
“La gente se solidariza con los vendedores cuando les incautamos la mercadería, pero no ven que detrás hay una red de distribución ilegal sustentada en el contrabando y el trabajo esclavo. Debemos tomar conciencia”, cerró.