Del tamaño de un puño cerrado, por duplicado y a la altura de la espalda baja, los órganos encargados de filtrar litros de sangre por minuto hoy tienen su día: el del riñón. La ocasión es propicia no sólo para recordar la importancia de estos esforzados separadores de desechos sino porque es a través de ellos que se puede identificar enfermedades ligadas con el motor humano, el corazón, que para el Ministerio de Salud nacional constituyeron la principal causa de muerte en 2013. En los últimos tres años el gobierno local lleva adelante un relevamiento pionero en el país: cada vez que un paciente de entre 50 y 75 años acude a la red de atención municipal y se hace un análisis de sangre –por ejemplo, para ver los niveles de azúcar– se incluye un estudio de creatinina. El propósito es conocer cómo funcionan los riñones. Si el rendimiento del filtro es menor al 60 por ciento de su capacidad la Secretaría de Salud municipal emite una alerta. Esto deriva en un seguimiento y tratamiento del paciente que, como explicó el coordinador local de enfermedades no transmisibles, Claudio Alonso, no sabía que sufría de problemas renales. Un 8 por ciento de la población relevada por la salud pública de Rosario –44.330 individuos en total– fue notificada y derivada a especialistas. Si bien el índice es nuevo para el país, los valores son similares a otros puntos del planeta donde la estimación es que una de cada diez personas padece de alguna enfermedad renal y millones mueren en forma prematura por complicaciones relacionadas con ellas.
Según explicaron desde la secretaría se trata de aprovechar instancias para analizar y atacar posibles enfermedades que sintomáticamente no se manifiestan en la población de riesgo. “Cuanto antes se registra el problema, mejor la calidad de vida del paciente, que hasta puede evitar llegar a tener que hacer diálisis, una instancia traumática no sólo para la persona sino para toda la familia”, explicó Alonso. Y más: conocer la enfermedad renal significa también prender una alarma por posibles enfermedades cardiovasculares, lo que deriva a una batería de controles.
Detrás, y lejos en importancia, la detección temprana también significa menor gasto público en cuanto a pacientes graves que llegarán a instancias más complejas y costosas de la salud local. Por ejemplo, desde el gobierno estimaron que en Santa Fe alrededor de 2 mil pacientes reciben diálisis en forma semanal, con lo que ello implica para el presupuesto de salud.
Aun así el relevamiento –que en América latina sólo conoce una experiencia similar en Uruguay– constituye una forma de prevención secundaria.
Lo ideal, siempre desde lo teórico, es evitar los principales daños a los riñones: enfermedades como la diabetes y la hipertensión arterial, como también problemas urológicos, congénitos e inmunológicos que pueden ser en algunos casos causantes de disfunción renal, conocida como Enfermedad Renal Crónica (ERC).
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