El arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Eliseo Martín, único argentino en recibir ayer el palio arzobispal en el Vaticano de parte del papa Francisco, aseguró que vivió ese momento «con profunda fe y alegría serena».
«Lo viví con profunda fe y alegría serena. Lo viví también con súplica para que con gracia suya pueda corresponder a esta confianza de haberme dado responsabilidad», aseguró desde el Vaticano el religioso tras la ceremonia de imposición.
El palio es una estola de lana blanca decorada con cruces negras que simboliza la oveja sobre los hombros del Buen Pastor y que usan el Papa y los arzobispos metropolitanos como signo de la comunión con Roma.
Oficialmente Martín comenzará a utilizar esta prenda cuando haya regresado a la ciudad, luego de un acto al que asistirá el nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig.
Este año, por primera vez, Francisco cambió las modalidades de entrega del palio al hacerlo durante la celebración eucarística en la basílica de San Pedro por la solemnidad de San Pedro y San Pablo, en el Día del Pontífice.
Desde Roma, Martín destacó que el Papa pidió a los arzobispos que sean “hombres de fe, de oración” y que den “testimonio de esa creencia con la misma vida”.
Martín fue el único argentino entre los 46 arzobispos nombrados este año a quienes Bergoglio le impuso ayer el palio. Otros prelados de América que lo recibieron fueron de México (dos), Estados Unidos (dos), Brasil, Haití, Martinica, Paraguay y Perú.
De los demás arzobispos a los que Francisco les impuso el distintivo dieciocho eran de Europa, seis de Asia, ocho de África y uno de Australia (Oceanía).
Otros arzobispos americanos que no estuvieron ayer en Roma y recibirán el palio en sus respectivas sedes son uno de Bolivia, otro de Canadá y el último de la República Dominicana.