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“Rosario hoy se encuentra peleando el promedio”

El edil Roy López Molina utilizó una parábola futbolística para juzgar la situación de la ciudad.

El concejal del PRO Roy López Molina dialogó un largo rato con El Ciudadano sobre varios asuntos que hacen a la vida de la ciudad. El joven dirigente criticó la gestión municipal al señalar que “cuando termine” su mandato Mónica Fein “no va a tener para mostrar ninguna obra estructural ni fundante”. En tanto, en torno al fenómeno del narcotráfico y su permanente vinculación con Rosario, valoró el hecho de que en los últimos dos años se haya comenzado a “discutir el origen” de determinadas inversiones.

El concejal también abrió la puerta de cara a las elecciones del año próximo “a dirigentes que no se sienten representados por las actuales estructuras de los partidos tradicionales”. “También hay que poner a los que saben en cada área. Por ejemplo, hablando de transporte, el concejal Osvaldo Miatello es un tipo que conoce y con quien podríamos llegar a estar vinculados”, remató.

—¿Que balance general hace usted de la gestión de Fein pasado ya más de medio mandato?

—Fein ha mantenido la misma lógica de gestión de la administración de Binner y Lifschitz. Pero creo que ha llegado un punto de inflexión importante. Así como el socialismo fue protagonista de buenos pasos hace algunos años hoy lamentablemente es protagonista de la crisis más grave que tiene Rosario. Eso está atravesado por la crisis de seguridad, que no es exclusiva de Rosario pero que aquí se ha sentido con una mayor profundidad. Y eso también tiene correlato con una situación económica del municipio que es compleja. Todos esos componentes impactan en el rosarino porque estamos atravesando una crisis de identidad. Escuchamos por los medios nacionales que Rosario es una ciudad narco, pero nosotros sabemos que no somos una ciudad narco. Además, y ya en términos de gestión, creo que Fein no va a tener para mostrar ninguna obra estructural ni fundante. No va a ser la de Fein una gestión que marque a Rosario de acá para el futuro. Pero esto y la crisis de identidad que mencionaba antes son problemas que tienen solución. Rosario con un nuevo impulso y mejor gestión de los recursos públicos puede volver a jugar en primera. Hoy está peleando el promedio.

—En torno a la cuestión del narcotráfico, ¿cuándo cree que se da ese quiebre en la ciudad?

—Yo hago una comparativa de lo que fue mi primera experiencia pública como candidato, en 2011. Durante toda la campaña recorrimos decenas de barrios y te encontrabas con reclamos relativos a obra pública, limpieza y demás. El tema de la inseguridad estaba presente pero era un dato más, no era prioritario. Bastó volver a recorrer los barrios en 2013 y 2014 para encontrar que la realidad ya era distinta. Y que ya no es la que te cuentan los medios, sino la que viven los rosarinos de a pie. En muchos sectores hay una sensación de abandono y de no sentirse protegido por el Estado. Se ve la ausencia, se siente con mayor crudeza la inseguridad. Ese es el tema que monopoliza el 100 por ciento de las conversaciones que uno tiene con los vecinos. Incluso también en el centro. Y después está el tema del intento de hacer pie en la ciudad de las redes de narcotráfico. En la discusión de la instalación de algunas grandes inversiones. Hace dos años no se discutía el origen de esas inversiones. Y hoy podemos decir que hubo varios negocios para lavar plata.

—¿La referencia más concreta es el caso Esperanto, no?

—Allí se dio un tema muy particular. La persona que era el verdadero inversor de esa confitería bailable no aparecía en ningún papel de los que se tramitaban en la Municipalidad de Rosario. Había datos que, si bien uno no lo puede afirmar con certeza, hacían dudar sobre el origen de esas inversiones. Por ejemplo, diferencias entre el capital social de la empresa y las inversiones que proyectaba. Dos años después, cuando Luis Mediana cae muerto en una zona cercana a la Circunvalación, es ratificado por gente de su entorno y dicho públicamente que era él el verdadero inversor de esa obra. Esa persona estaba sindicada como vinculada al narcotráfico. Estas son situaciones donde la ciudad se tiene que poner en alerta. Allí interviene el paladar negro del narcotráfico, como abogados, contadores, escribanos e inmobiliarias. Rosario es una plaza atractiva para el lavado.

—La ordenanza que busca crear un sistema de control financiero para grandes inversiones que usted ingresó, ¿a qué tipo de empresas apunta?

—Apunta a locales bailables, casinos y concesionarias de autos, entres otros. Esos rubros son los más permeables para la filtración de inversiones narcos. Uno cuando viene a lavar plata va a intentar plantearlo en estos emprendimientos. Cuando se den esos dos requisitos, rubro y gran caudal de inversión, la Municipalidad lo que tiene que hacer es pedir más información. La misma tiene que ser tendiente a conocer con certeza el origen de esos fondos. No pedirle lo mismo al que va habilitar un bar que al que abre, por ejemplo, un gran boliche o un casino.

La política

La charla con López Molina giró sobre el final en torno a las elecciones del año próximo. Si bien aún falta más de un año, los ojos ya están puestos en esos comicios.

—¿Ya se va perfilando el candidato del PRO para la intendencia del año próximo?

—Nosotros creemos que no sólo hay que convocar a cuadros políticos, hay que invitar a todos los que saben a participar de un futuro gobierno de la ciudad. Pensamos que se ha llegado a un punto en que si hay un espacio en Rosario que hoy puede disputar con serias chances la intendencia al Frente Progresista ese espacio es Unión PRO. En ese camino nosotros para Rosario vamos a tener una propuesta concreta y los nombres pueden ser muchos…

—¿Y con qué otras fuerzas políticas están dispuestas a dialogar?

—El espacio Unión-PRO nació frentista. En Santa Fe, cuando nace la alianza Unión PRO Federal, se hizo de manera abierta con dirigentes jóvenes y nuevos y otros que venían del peronismo. En 2013 eso se amplió sumando a figuras conocidas como Carlos Cardozo y Anita Martínez. También hemos abierto el espacio a otros dirigentes como el concejal Giuliano. Si bien nombres no hay seguramente este proyecto va a ser más amplio de lo que es hoy. La idea es convocar a independientes, radicales y peronistas que no se sientan representados por el peronismo K. Hay muchos dirigentes que no se sienten representados por las actuales estructuras de los partidos tradicionales. Finalmente, también hay que poner a los que saben en cada área. Por ejemplo, hablando de transporte, el concejal Osvaldo Miatello es un tipo que conoce y con quien podríamos llegar a estar vinculados.

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