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Rosario incorporó otro paseo público, junto al futuro Acuario

Una multitud asistió a la apertura del parque que rodea al centro de investigación ictícola en construcción.

En medio de un clima festivo, teñido de colores y música, quedó inaugurado ayer a la tarde el Parque del Acuario, ubicado en calle Cordiviola y el río. Así, ante unas dos mil personas el gobierno provincial habilitó la primera etapa de una de las obras más significativas en materia de investigación ictícola de la ciudad: la reapertura, puesta en función y resignificación del Centro Científico, Tecnológico y Educativo Acuario del Río Paraná, el cual prevén que esté finalizado en menos de un año.

“Más allá de la importancia de esta obra para el estudio y conservación de las especies del río, se debe destacar al lugar como espacio interactivo para los niños, jóvenes y para las familias en general”, expresó el gobernador Antonio Bonfatti quien, tras dar un breve discurso de apertura, se mezcló junto con otros funcionarios entre la multitud, como si fuera uno más para disfrutar del espectáculo que brindaron los integrantes de la murga La Cotorra, caracterizada por combinar la música y el humor para reflejar o contestar a la realidad política y social actual.

Sin disimular su entusiasmo por la envergadura del proyecto cuya primera etapa fue puesta en marcha ayer, el mandatario provincial explicó que la parte correspondiente al acuario –que permitirá la exhibición de especies– estará lista en aproximadamente seis meses, ya que es el tiempo que tardará la construcción de los vidrios de las peceras sobre los cuales señaló que tienen unos quince centímetros de espesor, los necesarios para contener la presión del agua.

También contó que el interior “estará lleno de pantallas en las que se va a transmitir todo lo concerniente al río: desde su formación a la población de especies de flora y fauna íctica”.

Trabajo conjunto

El Centro Científico, Tecnológico y Educativo Acuario del Río Paraná, que transita por su última etapa de construcción, es un trabajo que lleva adelante la Secretaría de Estado de Ciencia, Tecnología e Innovación de la provincia junto a la Universidad Nacional de Rosario y biólogos especializados. Del proyecto también participan incluso cooperativas de pescadores.

“Se trata de un espacio clave para la protección y conservación  de la fauna y del propio río Paraná. Este laboratorio científico, que es de biotecnología y genética de peces, tiene como fin, justamente, estudiar y apoyar a las distintas especies de manera de poder sembrarlas en el río en los casos en que hiciera falta hacerlo”, destacó David Asteggiano, responsable de la Secretaría de Estado de Ciencia, Tecnología e Innovación.

El funcionario también explicó que cuando esté listo el acuario no será el tradicional espacio de exposición de peces. “Será al revés, es decir, un criadero de especies creadas especialmente para ser estudiadas”, agregó.

De ese modo, Asteggiano explicó que tanto investigadores como biólogos podrán analizar cuáles son las variaciones genéticas de los peces para así saber cuáles es necesario sembrar o proteger en el río para fortalecerlos, ya que “en el ecosistema, las especies que tienen mayor capacidad de supervivencia son aquellas que poseen un sistema genético más diverso”.

Otros rumbos

El trabajo del centro científico también asistirá al desarrollo de emprendimientos relacionados con la obtención del producto ictícola, aunque no de la manera extractiva que actualmente se lleva adelante en el Paraná.

“Este proyecto permitirá producir peces de siembra que harán que coexistan en el río diversas especies que actualmente no están, lo que a su vez hará diversificar la alimentación para mucha gente”, sostuvo Asteggiano.

Otro de los puntos que destacó el funcionario es que, a nivel mundial, los acuarios se constituyen como foco de atracción turística importante, lo que en el caso del espacio local favorecerá el desarrollo del trabajo de otras áreas en la ciudad.

“No es casualidad que toda esta gente esté hoy acá –dijo Asteggiano mientras señalaba a la multitud que se reunió frente a la imponente construcción de cemento ubicada sobre Cordiviola, de cara al río–. El acuario es parte del patrimonio y de la historia de los rosarinos”, concluyó.

Un laboratorio para cuidar el recurso natural

Además de la biblioteca especializada, en la planta baja del Acuario funciona el laboratorio de biotecnología acuática. Tal como publicó este medio, desde 2012 allí se estudian los “perfiles moleculares” de especies autóctonas para su conservación y también cultivo. Mediante un proceso de selección de especímenes de pacú, boga, sábalo y pejerrey se busca como resultado lograr peces con fines productivos y ecológicos, por un lado para los criadores y por otro para contrarrestar la sobrepesca de las especies más extraídas.

Los resultados de las investigaciones efectuadas sirven asimismo para reproducir peces autóctonos que tengan determinadas cualidades: alto crecimiento, buena carne, tolerancia al frío e inmunidad a ciertas enfermedades, entre otras. Tras analizar la información genética –el genoma del pez– se pueden seleccionar individuos reproductores, así como en el campo se eligen toros y vacas.

Este proyecto cuenta con financiamiento privado público de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica con el aporte de la Secretaría de Estado de Ciencia, Tecnología e Innovación de la provincia de Santa Fe. El antiguo laboratorio del acuario funcionaba como espacio de mantenimiento de especies rescatadas pero no había proyectos de investigación. Durante la construcción de la estructura actual el laboratorio continuó su tarea.

Otra de las tareas de investigación ligada a estos perfiles moleculares es obtener datos acerca de la presión pesquera sobre algunas especies en el Paraná.

Como adelantaron desde el Acuario, esto se hace a través de un relevamiento y muestreo en distintos puntos del río: al analizar los marcadores genéticos se puede conocer cuál es el estado del recurso natural. Cuando existe una sobrepesca se disminuye la variabilidad, bajan la cantidad de individuos, y se tiene un linaje menos variado. En algunos casos este debilitamiento puede, con un cambio en el medio ambiente, ser letal.

Nostalgias de la vieja “piscicultura”

El Acuario de la ciudad abrió sus puertas en 1940, tiempo en que su nombre era “Estación Hidrobiológica de Rosario” y dependía de la Dirección de Piscicultura, Pesca y Caza Marítima del Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación.

Con el correr de los años el Acuario se convirtió en un lugar de esparcimiento que convocaba a contingentes de estudiantes y también a visitantes de la misma ciudad y de otros puntos del país.

Ayer, muchas de las familias que asistieron a la apertura del Parque del Acuario celebraron la inauguración de la primera etapa de la obra y recordaron con nostalgia las épocas de esplendor que supo tener el lugar.

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