La disparada del dólar de éstas dos semanas generó un fuerte impacto en el precio de los inmuebles y se hace cada vez más difícil llegar a la casa propia. Desde la Cámara de Empresas Inmobiliarias (Cadeiros) aseguraron que, luego de las Paso, las operaciones se paralizaron casi por completo. El desplome de ventas al “contado” se sumó al parate que ya se daba con los créditos hipotecarios. “Hay mucha incertidumbre en el mercado. Tenemos que esperar para ver cómo sigue la economía y las finanzas del país, y así saber cuál es el piso y el techo de esta crisis”, dijo a El Ciudadano José Ellena, titular de la entidad.
En ese marco, el referente de Cadeiros aseguró que “acceder a la casa propia se hizo muy difícil”. “Los créditos están paralizados y no hay gente con posibilidades de sacar uno. Está todo muy quieto”, añadió.
Ellena no quiere apresurarse a “tirar” un diagnóstico sobre lo que puede venir, pero advirtió que “se está sobre arenas movedizas y que cualquier movimiento del dólar tiene un impacto directo en el precio de los inmuebles”, que en Rosario cotizan al ritmo de la moneda estadounidense.
Para arriba
Según estimaron desde otra entidad del sector, el Observatorio Inmobiliario de Rosario, antes de las elecciones primarias para acceder a un crédito hipotecario había que tener –como base- un ingreso de unos 40 mil pesos. Hoy se necesitaría mucho más.
“Por eso ya no hay crédito. Eso quedó en la historia. Está todo paralizado”, dijo Carlos Rovitti, titular de la organización.
“Hace varios meses que la gente no consulta por créditos. Entre la inflación y el poder adquisitivo que viene cayendo estrepitosamente pagar una cuota de un crédito para acceder a la casa propia se hace muy difícil”, agregó.
Rovitti insistió en que las operaciones inmobiliarias hace tiempo vienen siendo escasas. “Estamos ante un momento de calma y sumergidos en una situación política. Habrá que ver qué pasa con la economía del país en los próximos días y no adelantarse a dar un panorama”, explicó, en línea con Ellena.
Todo es difícil
En el mismo sentido se expresó Marcelo Gustafsson, titular de la inmobiliaria que lleva su apellido. “Cuando se mueve el dólar de manera brusca se hace sentir en el rubro inmobiliario. De todas formas, siempre hay un mercado que no mira estas variables y cambia de ladrillo por ladrillo”, señaló.
En referencia a los jóvenes que buscan llegar a la casa propia, el corredor aseguró que ahora “todo se les dificultó”.
“Se forma una tensión en los precios que se va separando del incremento de los ingresos promedio de la población. Es decir, se requiere una mayor cantidad de sueldos para comprar una casa”, explicó.
Gustafsson aseguró que desde el año pasado las ventas vienen bajando entre un 15 y un 20 por ciento. “No todo el mercado se comporta de la misma manera. Es muy pronto aventurarse a sacar una conclusión después de la corrida cambiaria. Pero hay poco movimiento”, insistió.
Dolarizados
El empresario dijo que las transacciones inmobiliarias toman como referencia al valor del dólar, ya que por la alta inflación –casi un 60 por ciento anual– cotizar en pesos implicaría “corregir constantemente el precio de los inmuebles”.
“El país está viviendo un momento de transición, con una indefinición política que se fue trasladando a las variables económicas. Y no sólo en el mercado inmobiliario”, lamentó el referente.
Y concluyó: “Ante esta situación las variables que entran en juego son muchas, como el nivel de actividad económica, la situación del país y las expectativas. Cuando haya un nivel de certidumbre en la arena política habrá mayor calidad en el resto de la economía, y entre ellos, el mercado inmobiliario”.
Panorama nacional
Con precios en dólares por las nubes, en los últimos meses las operaciones inmobiliarias se redujeron a la mínima expresión en todo el país. Según un reciente artículo publicado por el diario porteño La Nación, los inversores salieron del mapa y solo quedaron los consumidores finales que no pueden posponer la decisión de compra de una propiedad y cuentan con el dinero para hacerlo sin financiamiento.
Algunos las llaman las «ventas del Registro Civil». Es decir, aquellas que se concretan por nacimientos, casamientos, divorcios y defunciones (sucesiones).
Pero también hay consultas de personas que quieren vender para radicarse en el exterior o para contar con dólares ante oportunidades que podrían darse en un futuro, por ejemplo, si el valor del metro cuadrado empieza a caer con más fuerza, como en el 2001.
Para Santiago Magnin, titular de la inmobiliaria homónima, hay un número invariante de operaciones que se hace sí o sí en la ciudad de Buenos Aires, sin importar cuál sea el contexto económico-político. «Estamos hablando de entre 1500 y 2000 ventas al mes», calcula y dice que tiene varias propiedades en cartera por «cambios de estado civil», principalmente parejas que están esperando un hijo.
En tanto, Alejandra Covello, presidente de Covello Propiedades, afirma que tiene casos de personas que se quieren ir a vivir a Miami, Estados Unidos, o a Barcelona, en España, por miedo a que en un próximo gobierno haya cambios en la propiedad privada.
«Nosotros les explicamos que esto no va a suceder y que esos procesos tampoco son inmediatos, pero la gente nos comenta eso. Estos casos se dan en dos extremos etarios: personas de 65-70 años que, ya vivieron otras crisis y no quieren quedarse, y los sectores más jóvenes que dejan alquileres o venden pequeñas unidades para fondearse e iniciar viajes al exterior», explicó.
Otro martillero que está recibiendo más consultas de gente con rumbo a Ezeiza es Marcelo Di Mitrio, titular de la firma que lleva su apellido.
«Si bien siempre las hay, en este contexto las hay más de lo habitual, mucho más sin ser un boom o algo parecido. Ahora bien cuando hablamos de este contexto, no hablamos del escenario post Paso ni mucho menos, sino del que venimos viviendo desde el año pasado», señaló.
En los últimos 30 días, por caso, firmaron una escritura de una señora que vendió una propiedad en el país para comprarse otra en España porque la renta que recibía por el alquiler aquí «se le escurrió entre las manos» con las devaluaciones del 2018. También están comercializando un departamento de una pareja que vende para radicarse en el exterior.
«Y en los últimos dos meses recibimos algunas solicitudes de tasaciones donde el objeto de la venta era el mismo: vender aquí para irse del país y ese dinero llevarlo consigo para comprar un inmueble o no en el destino», agregó.
Por su parte, el fundador de Reporte Inmobiliario, José Rozados, menciona a operadores que están recibiendo llamados de clientes para reajustar los precios hacia la baja para salir de la inversión. «Es lógico. En este panorama aún más que antes liquidez mata ladrillo», acotó.