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Rosario por 17: el fuego intencional ya arrasó 300 mil hectáreas de islas en el Delta

Ambientalistas locales afirman que el ecocidio serial acabó con “toda” la vegetación nativa y con innumerable especies animales. El Paraná No Se Toca y Mundo Aparte mensuraron el desastre: por el que hasta ahora hay 18 imputados y ningún detenido. Apagar focos cuesta $20.000.000 por día al Estado

Unas 300 mil hectáreas fueron arrasadas por los incendios en las islas del Delta del río Paraná, y además de causar graves daños a la biodiversidad del humedal, las quemas devastaron a innumerables especies autóctonas de flora y fauna, incluidos peces, al arrastrarse cenizas y restos carbonizados hacia las pocas fuentes de agua que permanecen en medio de una bajante extraordinaria y una larga sequía.

Los daños ambientales producidos por las quemas en las islas “son difíciles de cuantificar, pero la situación tardará años en recuperarse”, dijeron abogados y miembros de organizaciones ambientalistas. Y todos coinciden en apuntar que las quemas son intencionales y por meros propósitos económicos particulares: “Hay datos sorprendentes de quiénes son los que queman, y esas personas son las dueñas de las tierras”, apuntó el propio ministro de Ambiente de la Nación, Juan Cabandié.

El funcionario viene espoleando a la Justicia federal de Paraná para que actúe con mayor aplomo antes de que no quede nada: “El 95% de los fuegos son con intencionalidad por distintos motivos: por especulación inmobiliaria, por uso y costumbre del sector agropecuario; y eso hace que la situación sea compleja porque no hay precipitaciones y porque hay mucho material combustible acumulado en distintas provincias”, sostuvo.

La región del delta del río Paraná abarca una superficie aproximada de 17.500 kilómetros cuadrados, es una zona de gran interés ecológico, donde predominan ecosistemas de humedal.

Las quemas en las islas es una problemática interjurisdiccional que involucra a tres provincias, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires; a dos ministerios nacionales (Seguridad y Ambiente), y afecta desde Reconquista, en el norte santafesino, hasta Campana, en territorio bonaerense.

La agencia de noticias Télam trazó un resumen de este año, el peor en toda la historia de la “práctica tradicional” de “quema de pastizales”, al decir del intendente de Victoria, Domingo Maiocco, también productor rural.

La Justicia de Entre Ríos tiene jurisdicción sobre las islas. Mas de una docena de causas penales se abrieron en la Justicia federal de Paraná y 18 personas fueron imputadas por los incendios, pero ninguna de ellas se encuentra detenida.

Los focos no han cesado y desde febrero a la fecha: “Unas 300 mil hectáreas de territorio en el Delta fueron arrasadas por el fuego”, mensuró Jorge Bártoli, referente de la organización ecologista El Paraná No se Toca

“El daño ambiental es incalculable, recorrer las islas es un cementerio de animales carbonizados. El suelo del Humedal ha quedado reducido a cenizas y esto afectará incluso hasta la potabilidad del agua que consume Rosario”, advirtió.

Bártoli explicó que en un contexto de bajante pronunciada como la que está atravesando el Paraná, “el Humedal no cumple con su famosa función de esponja, que purifica y filtra el agua, precisamente porque no hay agua que lo cubra”.

Foto: Facebook Pablo LosAliadoS

Con similar descripción el titular de la reserva Mundo Aparte, Ivo Peruggino, marcó que desde febrero hasta ahora “el daño ambiental es inmensurable».

“El fuego arrasó con especies nativas de flora y fauna. Se ha provocado un grave daño a los humedales que son ecosistemas biodiversos para el buen desarrollo de la vida”, lamentó.

“Los humedales tienen múltiples funciones: retienen nutrientes y contaminantes, almacenan carbono (desaceleran el cambio climático), son reserva de agua dulce, filtran el agua y el aire, retienen las crecidas y evitan inundaciones”, detalló.

Para el ambientalista, las quemas en las islas “tienen relación con los paquetes tecnológicos introducidos a mediados de los 90, que incluían semillas transgénicas, agrotóxicos, y un modelo de producción basado en el monocultivo”. La soja transgénica fue liberada en 1996 para su cultivo, cuando el secretario de Agricultura era el hoy canciller Felipe Solá.

Según Peruggino, el objetivo “es desplazar la frontera ganadera, pampeanizar las islas y por eso se producen quemas, pero también, por algunos posibles negocios o especulaciones inmobiliarias”.

“Pero la ganadería y todo el modelo agroproductivo que se viene realizando en las islas desde hace más de 20 años, nos llevó a este colapso social, medioambiental, climático, energético y ecológico en el que hoy nos encontramos”, sostuvo.

La situación de los incendios podría agravarse en los meses venideros, ya que según proyecciones hidrológicas del Instituto Nacional del Agua, el Paraná continuará en bajante por varios meses. “Los registros y proyecciones de mediano plazo hablan de una importante escasez de lluvias. Estas condiciones van a propiciar más incendios en las islas”, coincidieron los ambientalistas.

Así las cosas, la respuesta parece estar en manos de la Justicia. Y el ministro Cabandié cuestionó en varias ocasiones la “inacción” del titular del Juzgado Federal 2 de Paraná, Daniel Alonso, por “no haber emitido un fallo todavía y no haber investigado”.

“Los focos de incendio llevan seis meses y la verdad es que todavía la Justicia no ha procesado ni detenido a ninguno y es insólito que eso pase”, marcó Cabandié, en la Casa Rosada, la semana pasada.

“Lo he dicho con vehemencia pero también con responsabilidad, ante la inacción de la Justicia; hay una connivencia entre sectores empresariales y la Justicia”, disparó el funcionario.

“Apagar un incendio en el Delta del Paraná cuesta 20 millones de pesos por día. Nos encantaría saber quiénes son los responsables de los incendios, pero eso le corresponde a la Justicia”, insistió Cabandié.

“La Justicia tiene que determinar quiénes son los dueños, realizar imputaciones, indagatorias, procesamientos, detenciones en caso de tener todos los elementos para resolver de esa manera, y esto no sucede”, concluyó.

Foto: Facebook Pablo LosAliadoS
Sólo muerte: pocos arrasan con todo

“Los humedales están siendo víctimas de ecocidios», sostuvo Peruggino, quien al detallar los daños en el Alto Delta sostuvo que en el caso de la flora nativa, directamente “se quemó toda”

“Se han quemado arboles muy añejos, la flora nativa tiene una capacidad de resiliencia bastante grande pero para poder resurgir, necesitamos que no se haya quemado el banco de semillas que está bajo la tierra”, explicó.

“Todo ecosistema como los humedales, bosques y montes –destacó el titular de Mundo Aparte– tiene un banco de semillas debajo de la tierra, que si no se quemó podrá resurgir, pero eso llevará tiempo y necesitamos que el ser humano deje de meter mano”.

Y reveló además que en cuanto a la fauna autóctona el panorama es igual o más gravemente desolador. “La mortandad de reptiles, yacarés y tortugas es casi total en el Delta, porque el fuego ocurrió cuando los animales estaban hibernando”.

“Hay zonas afectadas por el fuego que parecen cementerios de serpientes carbonizadas. Son 29 las especies de reptiles que habitan el Humedal, 470 las especies de vertebrados, 200 especies de aves, 36 especies de mamíferos, 22 de anfibios y 185 especies de peces”.

Y marcó que algunos mamíferos que tienen movilidad más rápida pudieron escapar, como zorros y gatos monteses, “aunque no así sus crías”.

De igual modo les pasó a las aves, que “pudieron remontar vuelo” y escapar, aunque perdieron sus nidos y su sustento. “Incluso, muchas especies se las ha visto en la costa de Rosario buscando refugio en los árboles de la ciudad”, concluyó.

Foto: Facebook Pablo LosAliadoS
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