Desde su inicio el tango estuvo marcado por rispideces entre lo tradicional y lo nuevo. Para los conservadores, cada novedad siempre fue una amenaza que predecía la extinción del tango. Y a quienes promueven la ruptura con lo viejo se les complica instalar sus ideas y propuestas. De hecho, todavía hoy hay quienes discuten a Piazzolla. Esas tensiones aflorarán este sábado y domingo en el Primer Encuentro Nacional Feminista de Tango. El título le queda chico porque además de agrupaciones de todo el país participarán mujeres de Italia y Uruguay que trabajan sobre la problemática de género en el ámbito del 2×4. Las chicas de Subleva Tango, un grupo de bailarinas de la ciudad, oficiarán de anfitrionas. Junto a la Red Milongueras Feministas gestionaron la movida sin apoyo económico estatal ni privado. Las actividades, abiertas al público en general y gratuitas, serán en el salón Le Bal (Tucumán 2342). Habrá charlas, talleres, conversatorios, clases y una milonga. Para el cierre está previsto un almuerzo comunitario y una asamblea con debate.
Ritmo actual
En las pistas de baile, que en las últimas décadas volvieron a llevar el 2×4 a cada rincón del mundo, pasa algo similar que va más allá del cruce generacional. Las viejas costumbres de los salones de baile se propagan hoy como rituales sociales sin mucha discusión, como si romper esas reglas enraizadas en la figura pintoresca del compadrito pusiera en juego la existencia de las milongas o le sacase magia al asunto. Es el hombre el que invita a bailar con solo un cabeceo, el que dibuja los pasos y el que aprende a llevar. Ese protagonismo masculino confronta con una mujer que ya no quiere ser sumisa. Que quiere elegir cómo, cuándo y con quién.
Yésica von Knobloch, una joven misionera radicada en Rosario hace dos años, es una de las integrantes del movimiento Subleva Tango y organizadora de este encuentro que se desarrollará este sábado y domingo. En la charla con El Ciudadano se presenta como una re milonguera y asegura que quiere generar algún cambio en la escena actual. Según Yesica, el encuentro surgió de una iniciativa de la Red de Milongueras Feministas, que apareció por una necesidad a nivel social, del empoderamiento de las mujeres y de deconstruir ciertas prácticas patriarcales. “Esto está en la línea de acción de Ni Una Menos, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito y otras movilizaciones”, cuenta la organizadora.
Para ella hoy hay nuevas formas de concebir el tango, la danza y la música. También de habitar los espacios característicos para aggiornar las prácticas y relaciones entre las personas. “Queremos un ambiente más equitativo y libre de violencias hacia las mujeres y las disidencias sexo-genéricas”, agrega von Knobloch.
Manos a la obra
Para lograr los objetivos en el encuentro abordarán varios ejes: el tango en su dimensión política y social; las vivencias de las mujeres y disidencias en las milongas (experiencias y problemáticas); los roles activos de baile y la construcción de los cuerpos en el tango-danza; los cuerpos disidentes en el ambiente del tango; y la creatividad e improvisación como una práctica equitativa.
Por qué Rosario
Según Yésica, eligieron la ciudad porque los colectivos feministas de La Plata, Buenos Aires y Córdoba coincidieron en que es un lugar estratégico geográficamente para darle voz a las agrupaciones y descentralizar un poco el mundo del tango, ya que la mayoría de las actividades culturales se hacen en Capital Federal. Participarán las chicas de Tango sin abuso (La Plata), el Colectivo Pibote (Córdoba), Guerrilla Cultural Tanguera (Roma, Italia) conducida por Samanta Di Paolo y Natalia Mass, de Montevideo, Uruguay.
Sin chamuyo
También durante el encuentro darán a conocer un trabajo realizado por las chicas de Subleva Tango a partir de una serie de entrevistas sobre los malestares que viven las mujeres en las milongas de Rosario. Según adelantaron a El Ciudadano, a nivel general, lo que más les molesta es el chamuyo. Y enumeraron ejemplos: “Que te chamuyen y te quieran levantar cuando estás bailando. Que te enseñen o corrijan en la pista de baile. Que vean mal que las mujeres saquen a bailar. Que le pidan permiso a otro para invitarte a bailar”.
Von Knobloch cuenta que hicieron las encuestas porque les interesaba saber qué sucede más allá de sus propias concepciones y cuáles son las perspectivas de otras mujeres en los espacios milongueros. La mayoría opinó que entre las actitudes machistas más recurrentes en una milonga es que el hombre no acepte el “no” al momento de sacarlas a bailar. “Parece que tenés que estar al lado de un hombre para poder generar un proyecto, pero estamos rompiendo con esa pauta. Me pasa que en la milonga siento que las mujeres no tenemos herramientas para ser más activas. Algo ligado a esto de quedarte sentada esperando que te saquen”, reflexiona la organizadora.
“Atrévete a cambiar vos y atrévete a hacer las cosa de otra manera. Te da ese empoderamiento. Cuando te modificás vos, algo cambia, algo se transforma. Los espacios y los contextos son muy importantes porque es lo que te habilita o no. Nos juntamos para eso. Es una cuestión política también: lo individual y lo social todo el tiempo actuando juntos”, explica von Knobloch.
La organizadora dice que los hombres están medio perdidos en relación a estos cambios. “Es una incógnita, pero la mayor resistencia es de las mujeres. Nos cuesta mucho. Son años y años de tener un lugar de mucha más sumisión y acatamiento. Me pone muy feliz que se realice por primera vez un encuentro de estas características con chicas de afuera de Buenos Aires, tangueras y feministas”, confiesa von Knobloch.
https://www.elciudadanoweb.com/el-feminismo-baila-en-las-pistas-de-tango-de-rosario/