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Rosario se vistió de verde y sumó miles y miles en la marcha

El paro internacional de mujeres cerró con una masiva movilización que reiteró pedido por la ley de interrupción del embarazo

Plaza San Martín, bulevar Oroño, Mendoza, San Martín, San Luis, Buenos Aires, Córdoba y el Parque Nacional de la Bandera. Esos fueron los caminos del centro rosarino por las que miles y miles de personas (desde la organización calcularon 80 mil) marcharon para cerrar el paro internacional de mujeres 8M de 2019. La hoja de ruta fue distinta de la de 2018. La organización definió pasar por la puerta de la Iglesia Universal Del Reino de Dios conocida por su lema: Pare de Sufrir. También decidió rozar la esquina de la Catedral antes terminar en el festival frente al Monumento a la Bandera. La pared lateral de la iglesia terminó con pintadas y reeditó los grafitis del Encuentro Nacional de Mujeres de 2016 en la ciudad. En ese momento, los cálculos del municipio fueron de 5 mil metros cuadrados de superficie vandalizados entre más de 300 fachadas y un gasto de 120 pesos por cada metro cuadrado para volverlos a su estado anterior. Tal como publicó El Ciudadano, en 2017 la Municipalidad destinaba 108 pesos por metro cuadrado cada mes para cubrir las pintadas de los hinchas de Newell’s Old Boys y Rosario Central: sólo en cubrir tachos de basura, luces y paradas de colectivos. No incluía el daño a los frentistas. Cuentas matemáticas aparte, la marcha del 8M en Rosario dejó claros mensajes contra los principales opositores al proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). “Olé olé, olé olá, aborto libre y legal ya. Y que los curas se vayan a laburar”, subía desde la marcha cada vez que pasaba por una iglesia. Fue el eje primordial, al que se sumó el repudio y el pedido de justicia ante la ola de violencia machista que azota al país, en especial en su expresión máxima, el femicidio.

El día

Mientras las columnas de organizaciones sociales, políticas y gremiales ocupaban las calles, la noticia entraba por los teléfonos celulares: la beba de la niña de 11 años violada en Tucumán a la que el Estado la obligó a continuar el embarazo había muerto. Según señalaron desde la organización de la movilización en Rosario, en la Argentina hay tres mil partos por año de menores de 14 años. Por eso, cuando leyeron el documento del acto (ver página 2) pidieron la aplicación del protocolo de Interrupción Legal del Embarazo (ILE), que se usa en casos de violación. Sólo 14 de las 21 provincias lo tiene en funcionamiento.

Caminos y colores

También diferente del año anterior, la marcha no encontró banderas con mensajes contra el aborto legal, seguro y gratuito plantadas en balcones de casas abandonadas para provocar el enojo. Tal vez los sectores a favor “de las dos vidas” no necesitaron hacerlo después de que la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Carolina Stanley, firmó en diciembre un convenio para apoyar con 1,3 millón de pesos a una red nacional de asistencia a mujeres con “embarazos vulnerables”. Con esa plata planean poner en funcionamiento un 0-800 y centros de salud para hacer un acompañamiento. La idea no es nueva. En octubre las salas de espera de tres hospitales –la Maternidad Martin, el Cemar y el Roque Saenz Peña– amanecieron con calcomanías pegadas donde se promocionaba un servicio similar. Tal como denunció el grupo de Mujeres Autoconvocadas del Cordón Industrial, la supuesta atención consistía en intentar convencer a las mujeres de no abortar. La maniobra fue denunciada como parte de las estrategias de grupos antiderechos, que desde este año sumaron apoyo del gobierno nacional.

El avance de la cabecera de la marcha no tuvo cruces con representantes de los grupos antiderechos, desde donde también resisten la implementación de la ley Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas. En Santa Fe aún no existe una normativa provincial al respecto, pero el gobierno lo promueve y ya tiene resultados: En 2018 el Ministerio de Educación recibió 422 denuncias de abusos infantiles: surgieron después de las clases donde se aplicó ESI, donde entre otras cosas, se alerta sobre qué significa un abuso.

Incluir

La marcha sumó entre las primeras organizaciones en encolumnarse a la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito a representantes del Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir. Las mujeres contaron que si bien su dinámica en las comunidades de Pueblos Originarios es distinta del mundo de “los blancos” algo es igual: la toma de decisiones es mayoritariamente de hombres. Hace años que se sumaron para intentar revertirlo.

El colectivo LGTBI y las trabajadoras sexuales también caminaron y pidieron por políticas públicas. Exigieron luchar contra la reciente baja de la expectativa de vida trans –antes de 40 y ahora de 32 años, según dijo María Belén Correa, a cargo del Archivo de Memoria Trans–; y por la no criminalización del trabajo sexual. Ambos pedidos encuentran puntos en común en el proyecto de ley provincial presentado en diciembre por el diputado Carlos del Frade y la titular de Ammar, Georgina Orellano. La idea es crear una pensión a las víctimas de violencia institucional por su condición de género o trabajo sexual.

Ni siquiera Central y Newell’s quedaron fuera de la marcha. Las agrupaciones de mujeres de ambos clubes se intercalaron con columnas de los partidos políticos tradicionales, una nutrida presencia de sindicatos nucleados en todas las centrales y organizaciones sociales como Barrios de Pie y la Corriente Clasista Combativa (CCC). Incluso marcharon las mujeres de la agrupación HIJOS, que acondicionaron la tradicional bandera de la organización de derechos humanos para que dijera “Hijas”. El cierre fue multitudinario, con pañuelazo y festival musical. Detras, el camino recorrido dejó mensajes claros, entre los que predominó el color verde.

Reclamo

La organización de mujeres Pan y Rosas que integra el Frente de Izquierda hizo un corte de calles por la mañana frente al Arzobispado rosarino. Fueron varias las jóvenes que se acercaron a la esquina de Córdoba y España.

La referente del espacio, Irene Gamboa, criticó a la Iglesia. “En Rosario somos miles en las calles una vez más. Vamos a hacer temblar la Tierra. La Iglesia sigue decidiendo sobre las políticas de estado que impiden la Educación Sexual Integral en Santa Fe con figuras como Capitani a la cabeza y nos seguimos muriendo por aborto clandestino”, señaló.

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