El precandidato a diputado nacional Martín Rosúa cree que la competencia interna en Santa Fe le va a aportar “volumen político” a la propuesta de Juntos por el Cambio, ya que consideró que en este momento “no se puede prescindir de nadie” en el objetivo de que Mauricio Macri obtenga su reelección presidencial.
Si bien el dirigente radical banca el “proceso de transformación” del gobierno nacional, cuestionó que el “dedo desde Buenos Aires” haya intentado imponer una lista única encabezada por el dirigente del PRO Federico Angelini. Y en ese sentido, destacó el fallo judicial que le permitirá a la nómina que encabeza Rosúa dirimir la interna en “igualdad de condiciones”, al permitir que ambos espacios lleven pegada la boleta presidencial de Macri.
Rosúa, que lidera una nómina 100% radical para pelearle al armado entre el PRO y el grupo Universidad de José Corral, consideró ante El Ciudadano que Cambiemos estabilizó las variables macroeconómicas del país, que más temprano que tarde ese equilibrio redundará en crecimiento pero que restan dos transformaciones cruciales para apuntalarlo: las reformas laboral y tributaria.
—Lograron que no sea solo la lista de Angelini la que lleve la boleta, ¿qué significa eso para ustedes?
—Es un fallo que viene a resolver un acto de inequidad e injusticia absoluta. Nosotros que formamos parte desde el inicio de Cambiemos, que defendemos la gestión del presidente Macri, nos parecía irrazonable que se arme una lista a dedo desde Buenos Aires prescindiendo de la representación política y territorial de la provincia de Santa Fe. Creíamos que era un error en términos electorales, que le restaba volumen político a la posibilidad de reelección del presidente y que se dejaba de lado a mucha gente valiosa. Sobre todo en un escenario donde no se puede prescindir de nadie y tenemos que estar todos juntos.
—¿Cómo imaginas las Paso? ¿Ves al gobierno nacional bajando funcionarios para apoyar a Angelini o que no se va a involucrar tanto?
—Siempre tiendo a pensar bien, eso significa que compitamos en igualdad de condiciones. Así como entre las dos listas tenemos muchos puntos en común, también tenemos matices que nos diferencian. Y el momento preciso y el instrumento adecuado para expresarlas son las primarias. Tal vez el PRO, por una conformación más vertical, ven con cierta hostilidad los procesos internos democráticos. Nosotros viniendo de la UCR estamos mucho más acostumbrados y lo vemos con absoluta naturalidad. Es un proceso que si lo llevamos adelante con respeto y con un debate de ideas, le termina sumando a Juntos por el Cambio.
—¿Cómo está el diálogo interno con Angelini?
—Siempre tuve una relación excelente con Federico, lo conozco de chico, me parece un buen dirigente. A partir de eso, no me gustó la actitud que adoptaron de intentar proscribir a la otra lista. A lo largo de la campaña vamos a aclararle a la gente la importancia de que Argentina no vuelva atrás, marcar la necesidad de continuar con el proceso de transformación del gobierno nacional y aportar a los proyectos legislativos para las transformaciones que este país necesita para completar el proceso de transformación. Nunca nos van a escuchar lanzar críticas o improperios contra la otra lista.
—Más que las otras listas, ¿el principal rival de Cambiemos es el presente de crisis?
—Estamos convencidos que si bien el camino que estamos llevando adelante como gobierno nacional es complejo y sobre todo está siendo lento, es el camino correcto. Por primera vez en 70 años en Argentina se están resolviendo problemas estructurales que nos impedían crecer de manera sostenida. Y el crecimiento sostenido es lo único que puede sacar a la gente de la pobreza. Se están resolviendo las variables macroeconómicas, dejando atrás el déficit fiscal, teniendo una balanza comercial positiva, estamos llegando al superávit energético, el Banco Central dejó de financiar al Tesoro. Estamos saneando la economía aun a un costo altísimo, toda la población lo ha sufrido en el bolsillo. Pero se está revirtiendo, la inflación está iniciando una curva de descenso que va a impactar en un rebrote de la economía. Y ese crecimiento, a diferencia de épocas anteriores, va a ser sostenido sobre bases sólidas
—Cuando hablás de las transformaciones que faltan, ¿a cuáles te referís?
—Las dos medidas que tenemos que tomar como país porque son necesarias, y a partir del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea son urgentes, son una profunda reforma laboral que adapte la legislación vetusta que tenemos al nuevo mundo del trabajo y una reforma tributaria que le saque el pie de encima al sector privado y lo haga más competitivo. Se nos presenta una oportunidad enorme de comerciar con consumidores que tienen un alto poder adquisitivo y solamente lo vamos a poder aprovechar si somos competitivos, sobre todo comparados con Brasil.
—Cuando se menciona la reforma laboral, inmediatamente uno piensa van por el recorte de derechos laborales…
—Para discutir una reforma laboral hay que romper mitos. Hoy hay nuevas relaciones de trabajo, de relacionarse comercialmente en el mundo, que no están contempladas por una legislación laboral que es bastante antigua. Hace que mucha gente que está desempleada no pueda incorporarse al mundo del trabajo y que muchas empresas que quisieran tomar empleados no puedan hacerlo por la dificultad que le presenta la legislación actual. En segundo término hay que desprenderse de los prejuicios ideológicos y sentarse a discutir el tema. Tenemos dos criterios concretos, primero proteger los derechos de los trabajadores que están dentro del sistema, ni un derecho menos para los trabajadores; pero queremos una legislación moderna que les permita el ingreso a trabajadores que están fuera del sistema. Hay empresas como Mercado Libre, que valen más que las empresas tradicionales, que generan una cantidad de empleo enorme y donde las leyes laborales no están adaptadas porque regulaban una realidad distinta a la que el mercado presenta hoy.