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Rousseff ajusta el plebiscito

El gobierno avanzó en su idea de realizar una consulta popular para cambiar el sistema político y poner fin, entre otras cosas, a los financiamientos empresariales de los partidos. Mientras tanto, hubo más protestas en Fortaleza.

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La presidenta brasileña Dilma Rousseff consiguió el apoyo de líderes de la coalición de gobierno para un plebiscito que reformaría el cuestionado sistema político brasileño y propondrá poner fin al financiamiento de las campañas con aportes empresarios. A la vez, Policía y manifestantes se enfrentaron en Fortaleza durante la semifinal España-Italia por la Copa Confederaciones.

En Brasilia, Rousseff se reunió con presidentes de partidos de la coalición de gobierno, con quienes hubo “gran convergencia” sobre la realización de un plebiscito que establezca nuevas reglas para la financiación de campañas electorales y revea el sistema de votación, actualmente proporcional, dijo a la prensa el ministro de Educación, Aloizio Mercadante.

“Diría que hubo una gran convergencia”, precisó el ministro, aunque aclaró que “la última palabra la tendrá el Congreso”, el único autorizado a convocar la consulta.

Rousseff tiene previsto reunirse hoy con la oposición para discutir el tema.

Las manifestaciones continúan en varias ciudades del país, pero con mucha menor intensidad que el jueves pasado, cuando más de un millón de personas salieron a las calles.

Las protestas se iniciaron hace más de dos semanas contra el aumento del precio del transporte, pero rápidamente sumaron otras reivindicaciones, como penas más duras contra políticos corruptos y denuncias contra el millonario gasto público para el Mundial 2014, en vez de salud, educación y transporte.

En tanto, unos 5.000 manifestantes, según la Policía, marchaban pacíficamente hacia el estadio Castelao de Fortaleza cuando algunos comenzaron a lanzar piedras contra la Policía –varios utilizaban incluso hondas– e intentaron derribar las barreras metálicas que les bloqueaban el paso. La Policía los dispersó con gases lacrimógenos.

Varios manifestantes también prendieron fuego neumáticos en las calles. La Policía detuvo a 72 personas, según la secretaría de Seguridad del estado de Ceará. Al menos un manifestante y tres policías resultaron heridos, según el sitio web G1 de Globo.

Por su parte, la ministra de Derechos Humanos, Maria do Rosario, fustigó ayer a la Policía por la forma en que reprimió las  protestas, lo que potenció los reclamos, y cuestionó especialmente a la Policía de Río de Janeiro, a la que advirtió que “no puede salir a matar”.

Lo hizo al evaluar sobre todo una operación de la tropa de elite de la policía carioca en la favela Nova Holanda, en el complejo de Maré, zona norte de Río de Janeiro, donde murieron 10 personas, al menos tres de ellas ajenas a un supuesto tiroteo con narcotraficantes.

“La Policía en Brasil necesita ser menos violenta y trabajar  más con una perspectiva de inteligencia, identificando al crimen y desbaratando sus organizaciones, pero no entrando en una actitud meramente represiva contra cualquier persona que se cruce a su paso”, dijo la ministra Nunes, citada por Ansa.

La operación en Río de Janeiro también provocó la muerte de un sargento de la tropa de elite y estuvo motivada en que supuestos habitantes de la favela Nova Holanda habían protagonizado un asalto masivo en la Avenida Brasil, uno de los principales accesos a la  ciudad, luego de una manifestación de protesta contra la clase política.