Marcelo Daniel Rudaeff es humorista, escritor y comediante; es Rudy. Coautor del chiste de tapa del diario Página/12, director del suplemento Sátira/12 desde 1987 y columnista de los periódicos Acción y El Monitor. Además es coautor y protagonista de los shows Oi oi hoy, Oi oi oi hoy 2 y Rudy for vicepresident. Fue guionista del programa de Tato Bores y de Kanal K. Es autor de libros de humor sobre historia argentina y mundial, sobre psicoanálisis, y de antologías de humor popular. Este año editó el libro Pobreza CEO, un material en el que “intenta con humor, no exento de espíritu crítico, la pintura de una época que se podría resumir parafraseando a Groucho Marx: «He pasado cuatro años maravillosos. No fueron estos»”.
En el material el humorista grafíca una etapa que, según el resumen del libro, está terminando y que comenzó en 2015 con la promesa de “pobreza cero”. Para él, el humor no tiene respuestas sino que “su verdadera finalidad es generar preguntas”.
“El humor no tiene respuestas. En los años electorales todo se encrespa, y los chistes también, aunque la verdadera finalidad del humor es generar preguntas, no respuestas, producir metáforas y no certezas, ya que los humoristas respuestas y certezas, decididamente, no tenemos”, explicó.
Para él los humoristas tienen “intuiciones, memoria y una antena para percibir absurdos y para no creer en lo que se da por obvio”. “Salimos del sentido común. Y en tanto que la política forme parte de la actualidad, el humor intentará reflejar esa actualidad desde el absurdo y la tendrá como protagonista”, explicó Rudy en una entrevista con la agencia de noticias Télam.
Este humorista y psicoanalista, precursor de los cuadros de humor de las tapas del diario Página/12 desde su fundación (hace 32 años), acaba de publicar Pobreza CEO (Ediciones Colihue), donde intenta explicar “una pintura de época”.
“En tanto la política forme parte de la actualidad, el humor que intente reflejarla desde el absurdo la va tener como protagonista”, dijo aclarando que él no habla de humor político: “Me gusta más hablar de humor de actualidad, que incluye lo político y lo articula con lo económico, lo cultural, lo mediático y, por qué no, con las angustias personales, laborales y vinculares pensando que todo esto se conecta y se modifica entre sí”.
Para Rudy el humor político puede, en algunas ocasiones, confundirse con propaganda partidaria pero “no debería porque el humor pregunta, cuestiona, pone en duda, pero no afirma”. “La propaganda suele afirmar. Hay quien puede ver en el cuestionamiento a una idea, o a un candidato, el apoyo a otro. Pero eso no es lo que hace el humor. Los humoristas podemos tener ideología o pertenencia partidaria, pero nuestro trabajo consiste en ver el absurdo y enunciarlo de modo que provoque la duda. Y eso, para mí, no es propaganda. El humor cuestiona. La propaganda afirma. A veces se puede usar el cuestionar a un candidato, con humor, con la idea de afirmar a otro, pero ahí ya nos corrimos del humor a la propaganda. Salimos de la ética del humor y nos metemos en la de la propaganda”, reflexionó.
El poder de la observación
Para escribir sus guiones Rudy observa las contradicciones de los candidatos: “Mis años de paciente psicoanalítico me dan una especial percepción y sensibilidad a lo que quieren decir, cuando dicen o cuando no dicen”.
Para él “no hay temas tabúes, sino maneras de enfocar los temas”. Es que opina que el humor no tiene límites, los humoristas sí. “No hay humor si hay abuso, si el poderoso se ríe del débil, si se denigra una raza, color, etnia, género o creencia. Nada de esto lo considero humor, aunque mucha gente se ría de eso. Eso no es humor, es agresión”, afirmó.