La preocupación es una realidad en el seno del seleccionado mayor de Rosario. La razón, una sola: la pobre actuación que tuvo el Ñandú el pasado sábado ante Santa Fe (derrota 24-14), en el primer partido amistoso del año y en el marco de la preparación para el Argentino de uniones.
Ante el combinado de la capital provincial, el representativo dela URRno tuvo posesión de la pelota, con lo cual no pudo crear juego; mostró deficiencias en el scrum, formación que es clave si un seleccionado quiere llegar a buen puerto en el Argentino.
El Hincha dialogó con Gastón Conde, quien junto a Agustín Pérez Bustamante son los entrenadores del combinado, y el coach realizó un balance del primer amistoso jugado por su equipo: “Obviamente que el balance es negativo, primero por el resultado, porque a nadie le gusta perder y porque pudimos hacer pocas cosas, en defensa se vio de lo que entrenamos, fallamos en tackles individuales y en el juego colectivo buscamos dos o tres cosas que nos permitan seguir creciendo que son nuevas, que hay que estudiarlas y ponerlas en práctica y no lo pudimos hacer, sumado que es el primer partido más algunos problemas en las formaciones fijas, hace que el partido no nos deje muchas cosas positivas pero nos deja que falta mucho y que tenemos que mejorar, vamos a entrenar para eso”.
Después de la derrota, la semana posterior tiene cambios en los entrenamientos. Sobre este tema Conde expresó: “Hay una realidad, entrenar se está entrenando bien. Creo que individualmente los jugadores van a poner más de lo que estaban dando, no creo que sea una cuestión de actitud. En los entrenamientos van a estar más preocupados como lo estamos todos pero sabiendo que hay material. Hay jugadores y vamos a tratar de poner lo mejor de sí para llegar al debut de la mejor manera, que es ganándole a Mar del Plata”.
“Obviamente en el scrum tuvimos problemas y quedaron demostrados, en el line out no me preocupa, es circunstancial, una cuestión de entrenar; el lanzamiento de juego fue muy malo, pues tuvimos muy poca penetración con continuidad de juego, casi nada y eso hace que no aparezcan espacios y al no aparecer uno le da movimiento a la pelota y Rosario si no mueve la pelota nos va a costar ganarle a cualquiera porque físicamente somos menos en tamaño; podemos ganar corriendo y con Santa Fe no lo pudimos hacer, esperemos que más adelante nos salga”, dijo el entrenador de Duendes.
Para finalizar, el entrenador del Ñandú se refirió a los dos amistosos de nivel ante Córdoba y luego frente a Pampas: “Uno tiene la idea de lo que quiere, y hay que ver si con los jugadores que tenemos y lo que tienen los contrarios podemos poner en práctica el juego que queremos. El tema es que el proceso es muy corto y las oportunidades que tienen los jugadores son pocas, para algunos fueron el sábado y para otros será el sábado y después no hay más tiempo, hay que armar un equipo y después el Argentino es un torneo corto, esto no es el club que tenés todo el año, entonces uno confía en los jugadores que están acá, en algunos teníamos dudas de si podían estar o no y vamos a tratar de poner lo mejor posible, el tema es por los jugadores que en poco tiempo te tienen que demostrar que están y después los ves a mitad de año y decís porqué no jugó así pero ahora está mal, la realidad que ahora tienen que aprovechar el momento más que los entrenadores que estamos de paso, es el momento de los jugadores, pero creo que hemos elegido bien, vamos a darles lo mejor que podamos, haremos algunos cambios, vendrán jugadores del Junior, hasta que encontremos los 25 o 28 jugadores que estemos convencidos que tienen que ser con los que vamos a jugar el Argentino”.
La única tranquilidad en el staff técnico es que aún hay tiempo para revertir la imagen dejada el pasado sábado. Las caras largas en el atardecer en Las Delicias lo decían todo, la historia reciente dice que Rosario siempre ha sufrido golpes fuertes que lo hicieron despertar para poder levantarse y llegar lejos. Rosario cuenta con todos los recursos (jugadores, técnicos y dirigentes) para poder lograr cosas importantes, la familia del rugby espera con ansias poder festejar algo grande con el Ñandú.