Rusia abrió una investigación por «piratería» contra militantes de Greenpeace, que serán procesados «independientemente de su nacionalidad» por su acción contra una plataforma del gigante energético ruso de Gazprom en el mar Ártico.
Entre ellos, los argentinos Camila Speziale, de 21 años, que vive en el barrio porteño de Caballito y es voluntaria de la entidad desde hace 4 años y Hernán Pérez Orsi, de 40, miembro de Greenpeace internacional.
«Se ha abierto una investigación criminal correspondiente al artículo 227 punto 3 del código penal (piratería en grupo organizado)», indicó la Comisión de investigación en un comunicado. Precisó además que las personas implicadas serán enjuiciadas «independientemente de su nacionalidad». Este crimen es pasible en Rusia de hasta 15 años de prisión.
El anuncio se produce el mismo día en que el barco de Greenpeace tomado por asalto el jueves en el Ártico por fuerzas de seguridad rusas llegó remolcado a Murmansk (noroeste).
«El ‘Arctic Sunrise’ llega a Murmansk», escribe Greenpeace en Twitter, donde se muestra una foto del barco de los guardacostas rusos remolcando al de la ONG ecologista con sus tripulantes a bordo.
Los militantes podrían ser juzgados por piratería en grupo organizado, un crimen que en Rusia puede acarrear hasta 15 años de prisión.
El rompehielos de Greenpeace había sido enviado a la zona para protestar contra un proyecto de explotación de Gazprom. Fue tomado por asalto por las fuerzas rusas, en el mar de Pechora, en el Ártico.
La tripulación del ‘Arctic Sunrise’, un buque de bandera holandesa, está integrada por 30 militantes de 16 nacionalidades, entre ellos cuatro rusos, precisó una portavoz de Greenpeace, Maria Favorskaia, citada por la agencia Ria Novosti.
Dos militantes de Greenpeace, un suizo y un finlandés, fueron detenidos durante algunas horas en el barco guardacostas ruso, tras haber intentado escalar la plataforma petrolera Prirazlomnaia.
Dos investigadores rusos han sido enviados a Murmansk para «interrogar a todos los participantes» y «detener a los más activos», indicó la Comisión de investigación, sin otras precisiones.
Este órgano, encargado de investigaciones criminales en Rusia, acusa a los militantes de Greenpeace no solamente de poner en riesgo a las personas que trabajaban en la plataforma sino también al medio ambiente.
«Es difícil creer que estos supuestos militantes ignoran que (la plataforma) era un objeto de alto riesgo y que cualquier acción no autorizada podría causar un accidente que habría puesto en riesgo no solamente para las personas que ahí se encontraban sino también para la ecología», dijo la Comisión en su comunicado.
Desde que el barco de Greenpeace fuera abordado, numerosas manifestaciones fueron organizadas ante las embajadas de Rusia en todo el mundo.
Además, unas 50 ONG ecologistas y cerca de 400.000 personas firmaron peticiones en favor de la puesta en libertad de los militantes, indicó Greenpeace.
Esta ONG denuncia un abordaje «ilegal» de su barco que, según asegura, se produjo fuera de las aguas territoriales rusas.
El ministerio ruso de Exteriores convocó el jueves al embajador de Holanda para protestar contra las acciones «agresivas» de los ecologistas.
Rusia considera prioritario el desarrollo del Ártico, una inmensa zona rica en hidrocarburos que por el momento no ha sido explotada.
https://twitter.com/Greenpeace/status/382451200190189568