La Academia de Cine de Rusia reflejó este lunes la tensión que el país euroasiático sostiene con Estados Unidos cuando resolvió no presentar ninguna producción para participar oficialmente en la categoría a mejor película internacional de la próxima edición de los premios Oscar, lo que provocó la renuncia del presidente y varios miembros del comité que anualmente se encarga de seleccionar el título que los representará frente a la Academia de Hollywood.
Según informó el sitio especializado Variety, Pavel Tchoukhraï, quien lidera el mencionado comité, dio a conocer una carta tras difundirse la determinación, en la que culpó a la Academia de Cine de Rusia por tomar «una decisión unilateral» que calificó como «injusta e ilegal».
Junto a Tchoukhraï, otros miembros del órgano de gestión y selección dieron un paso al costado de sus funciones, como los cineastas y productores Nikolaï Dostal, Sergey Selyanov, Vladimir Kott y Andrey Zvyagintsev, entre más.
La jugada fue interpretada por sus detractores y otros especialistas de la industria como un boicot por parte de Rusia hacia los premios estadounidenses, producto del creciente clima de tensión que existe históricamente entre ambos estados, que durante los últimos meses se profundizó debido al conflicto bélico protagonizado por el gobierno de Vladimir Putin en territorio ucraniano desde febrero último.
En ese marco, Rusia acusó recientemente a la administración de los Estados Unidos de tener un rol directo en la escalada de la guerra, y amenazó con cortar los lazos diplomáticos con el gigante norteamericano de no dar un paso al costado.
Esa postura y sus consecuencias en el plano de la industria del cine fue respaldada por el realizador Nikita Mikhalkov, director de la Unión de Cineastas de la Federación, quien aseguró en declaraciones a la prensa que «no tenía sentido» seleccionar una película local para enviarla al certamen de un país que, en realidad, «niega la existencia» de Rusia.
Por su parte, la directora y guionista Karen Shakhnazarov, una de las integrantes del comité de selección, también compartió esa perspectiva y comparó al país presidido por Joe Biden con la Alemania nazi. «Mandar un film a Estados Unidos sería como mandar uno a Alemania durante la Segunda Guerra Mundial para obtener el premio del Tercer Reich», lanzó la cineasta en diálogo con un medio ruso.
Quien también reafirmó su posición en la misma línea fue el productor Evgeniy Gindilis, exmiembro del equipo de selección para el Oscar, quien renunció a su cargo cuando comenzó la contienda en febrero: «No podemos hacer como si nada cuando estamos en guerra. Dejé el comité luego de que Rusia invadiera Ucrania. Si bien está mal que festivales de cine o ceremonias de premios boicoteen las películas rusas, no siento que esté bien participar y promocionar films rusos en este momento».
Será la primera vez que Rusia no proponga una producción propia para la Academia en décadas, y luego de alcanzar cierto reconocimiento en ese circuito de Hollywood desde que Loveless, de Andrey Zvyagintsev, que venía de obtener el Premio del Jurado en Cannes, fuera nominada en 2017.