«Tenemos serias dudas de que el auténtico objetivo de las investigaciones holandesas fuera establecer las verdaderas razones de la catástrofe», dijo hoy la portavoz de la cancillería rusa, María Zajarova, quien señaló que el objetivo de la pesquisa fue «más bien apoyar las acusaciones hechas anteriormente».
Paralelamente, el vicepresidente de Rosaviatsia, la Agencia Federal de Transporte Aéreo, Oleg Storchevoi, dijo en rueda de prensa que el informe holandés «tiene muchas deficiencias», antes de tacharlo de «insatisfactorio» y asegurar que ese organismo «rechaza categóricamente» sus conclusiones.
«Solicitaremos la reapertura de la investigación (técnica)», dijo Storchevoi, quien ante una consulta periodística admitió que las normas internacionales permiten excluir a Rusia de la investigación, ya que el avión no fue derribado en su territorio ni tampoco había ciudadanos rusos a bordo.
Luego, agregó que Rusia ofreció todo tipo de información, incluso clasificada, que no fue tomada en cuenta por los investigadores, según informó la agencia de noticias EFE.
María Zajarova, portavoz de la cancillería rusa «Por lo visto, tenían la tarea de ajustar sus conclusiones a una versión ya preestablecida», dijo Storchevoi -en línea con la interpretación de Zajarova-, y criticó duramente la metodología empleada por la Junta de Seguridad de Holanda (DSB), organismo técnico que entiende en cuestiones de seguridad aérea.
Storchevoi indicó que la parte holandesa hizo sus cálculos a partir del lugar desde donde presuntamente fue lanzado el misil, cuando debieron hacer al contrario: desde el momento en que fue derribado el avión y desde ahí establecer la trayectoria y el origen del cohete.
El informe holandés hecho público ayer, señala que el Boeing malasio fue alcanzado por un misil Buk de fabricación rusa desde una zona del este de Ucrania, sin distinguir si salió de áreas bajo control de Kiev o de los rebeldes de Lugansk y Donetsk.
La DSB, pese a interpretaciones originadas en Occidente y Ucrania, no solo no asigna el punto de disparo a un área ocupada por los rebeldes sino que se niega a hacer ese análisis debido a que, aclara, se trata de una tarea «forense» ajena a su competencia.
Para el alto cargo, «a día de hoy no tenemos datos concluyentes que confirmen que fue un misil Buk. Nosotros continuaremos las investigaciones», dijo Storchevoi, tras señalar que la parte holandesa presentó como prueba un elemento de metralla con forma de mariposa, característica de la carga de los Buk, que -dijo- «supuestamente» fue hallado en los restos del avión.
Según el número dos de Rosaviatsia, todas las peticiones rusas de información sobre cómo, cuando y dónde fue hallada la supuesta prueba han quedado sin respuesta.
Storchevoi reiteró la tesis de Moscú, apoyada entonces por la Organización Internacional de la Aviación Civil (OACI), de que la causa principal del derribo del vuelo MH17, que le costó la vida a sus 298 ocupantes, fue la decisión de Ucrania de no cerrar su espacio aéreo en una zona de conflicto armado.
Pero el informe de la DSB también la hace propia, de una forma más moderada, al indicar que ninguna de las partes involucradas tomó ese tipo de precauciones, por lo que recomienda modificar las normas internacionales vigentes en esta cuestión.
Los resultados de la investigación de 15 meses sobre la caída del Boeing 777 -vuelo MH17- de Malaysia Airlines el 17 de julio de 2014, podrían exacerbar las tensiones entre Occidente, que culpa a Rusia de lo ocurrido, y Moscú, que niega su implicación.