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Rusia y Ucrania libran combates con armas pero también con palabras

El presidente Vladimir Putin advirtió que las sanciones de terceros son “una declaración de guerra”, cuando la ofensiva de su país ya desmanteló la infraestructura militar contendiente. Pero su par Volodimir Zelenski lo negó y habló de 10.000 jóvenes soldados atacantes abatidos

La advertencia del presidente Vladimir Putin acerca de que las sanciones contra Rusia son una virtual “declaración de guerra”, el fracaso en el intento de evacuar civiles y de abrir corredores seguros para entregar alimentos y medicinas y el anuncio de que este lunes habrá una nueva ronda de conversaciones marcaron el décimo día de la guerra con Ucrania.

Las sanciones “son como una declaración de guerra”, afirmó Putin, que insistió en que cualquier país que imponga una zona de exclusión aérea –como viene pidiendo a la Otán y ahora a Europa el presidente ucraniano Volodimir Zelenski “será considerado parte de conflicto”.

“Estamos al tanto de las declaraciones de que es necesario crear una zona de exclusión aérea sobre Ucrania. Cualquier paso en esta dirección será considerado por nosotros como participación en el conflicto armado de un país desde cuyo territorio se crearán amenazas para nuestros militares”, manifestó.

Para Putin, es “absurda” la postura de Occidente sobre Ucrania. “Un delirio, teatro de lo absurdo, llaman negro lo que es blanco, y lo que es blanco, negro”, dijo el mandatario en una reunión con mujeres tripulantes de vuelos de aerolíneas rusas, según la agencia Sputnik.

El tema sanciones sobrevoló una conversación telefónica que mantuvieron el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, y su par chino, Wang Yi, en la que el jefe de la diplomacia estadounidense buscó presionar a Pekín para que se sume a la campaña contra Moscú.

En tanto, el líder ruso recibió este sábado en el Kremlin al primer ministro de Israel, Naftali Bennett, la primera autoridad extranjera de peso con la que se entrevista desde el inicio de la invasión a la Ucrania, el 24 de febrero.

Únicamente se informó que hablaron de la cuestión bélica, en la que Israel se había ofrecido la semana pasada como mediador. Tras el cónclave, Bennett viajó a Berlín.

El jefe del Kremlin indicó que “está casi finalizada” la destrucción de la infraestructura militar en Ucrania, e insistió en que la operación “se desarrolla según lo previsto” por Moscú.

“Lo primero que hicimos fue destruir toda la infraestructura militar. Bueno, no toda, de forma parcial, principalmente almacenes de armas, municiones, aviación, sistemas de defensa aérea”, dijo el presidente de Rusia.

Según el líder ruso, en las operaciones militares en Ucrania sólo participan soldados y oficiales profesionales. El Kremlin no prevé llamar al contingente de reservistas, indicó.

Así lo establece la ley Marcial, que por otra parte, Putin dijo que no tiene previsto decretar en Rusia, desmintiendo rumores que apuntaban en ese sentido. “La ley Marcial se aplica en caso de agresión especialmente en las regiones donde tuvieron lugar combates. No tenemos una situación de ese tipo, y espero que no ocurra”, dijo Putin, al ser consultado por empleadas de Aeroflot, la empresa aérea más importante de Rusia, que anunció que suspenderá sus vuelos internacionales ante las sanciones impuestas por las potencias occidentales.

Con todo, esta semana habrá una nueva ronda de negociaciones entre representaciones de las dos partes, según anunció un legislador ucraniano que integra la delegación de Kiev, aunque se desconocía aún el lugar y cualquier otro detalle del encuentro.

Muertos y heridos: las cifras parecen otra batalla más

El presidente Zelenski, aseguró este sábado que ya son más de 10.000 los militares rusos que fallecieron desde el inicio de la invasión a su país, cifras mucho más altas que las que comunica el Kremlin. Las fuerzas ucranianas causaron a los rusos derrotas “que no han visto en sus peores sueños”, aseguró el mandatario de Ucrania. “El Ejército ruso no llegó a las fronteras previstas, pero llegó a casi 10.000 soldados muertos. Son chicos de 18 a 20 años, muy jóvenes, casi niños”, lamentó.

Mientras tanto, las informaciones daban cuenta de que tropas rusas seguían próximas Kiev, pero encontraban una feroz resistencia en la capita, según la agencia francesa AFP. El mismo cable informativo daba cuenta de que Rusia atacó con bombas barrios de los suburbios del oeste de Kiev, así como a la ciudad de Chernígov, al norte de la capital, cerca de la frontera con Bielorrusia.

En tanto, en Jarkov, la segunda ciudad del país, las fuerzas ucranianas lanzaron un contraataque, dice una información brindada por el ministro ucraniano de Defensa, Oleksiy Reznikov, quien afirmó que Rusia debió cambiar su táctica por la dura resistencia local, que en parte frustró el aparente plan de conquistar rápidamente las grandes ciudades y derrocar al gobierno de Zelenski.

En diez días de ofensiva, Rusia consiguió tomar dos ciudades importantes, Berdiansk y Jersón, en la costa del mar Negro, aparentemente las únicas.

Sobre víctimas civiles, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos publicó un informe que ubicó en 351 los muertos y en 707 los heridos en los primeros ocho días de ataques en Ucrania.

“Desde las 4 de la mañana del 24 de febrero hasta las 00.00 del 4 de marzo, el Alto Comisionado ha registrado 1.058 bajas civiles en Ucrania: 351 muertos y 707 heridos”, indicó el documento.

En paralelo, varias ciudades de Europa, entre ellas Londres, París, Roma y Zúrich, fueron escenario de multitudinarias concentraciones para pedir el fin de la guerra.

Y el FMI advirtió que los impactos económicos globales de los sucesos en Ucrania serían «aún más devastadores» si el conflicto se intensifica.

Rusia difundió el miércoles pasado el único balance de militares caídos, en el que reconoció la muerte de 498 de sus soldados y otros 1.597 heridos.

En ese parte, el Kremlin cifró en 2.870 los “militares y nacionalistas” ucranianos muertos y en unas 3.700 las personas heridas en el marco del conflicto.

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