“Arrancamos a cinco puntos del descenso”, la frase de Miguel Ángel Russo se repitió en las últimas semanas en cada conferencia de prensa o mano a mano con periodistas que tuvo el entrenador de Central. Comenzó cuando el Canalla empezó a ver de cerca la zona de clasificación a las copas internacionales, se profundizó cuando se metió en la Libertadores 2024 y terminó cuando levantó el trofeo de la Copa de la Liga hace apenas una semana.
La idea se repitió – y continúa aún hoy- entre los hinchas. Ninguno, o para no generalizar, casi ninguno, imaginaba a principios de año cuando “Miguelo” regresaba al club de Arroyito, que iba a tener este fin de año.
El 19 de diciembre del año pasado, Russo era presentado como entrenador del elenco auriazul. Un día antes, Gonzalo Belloso había ganado las elecciones. Esos cinco puntos que separaban a Central del descenso fueron los que terminaron motivando al entrenador que, atento en la conferencia de prensa en la que lo presentaron, destacó: “Siempre me tocaron momentos difíciles en Central. Pero bueno, esto es lo que uno busca y quiere. Viene muy duro todo, pero este club tiene fuerza y vitalidad”.
Russo volvió siempre. Y lo ha hecho, como dice, en momentos difíciles en los que al club de Arroyito le tocaba pelear por no descender o dejar atrás una agonía de años en la segunda división.
Esta vez, la historia se repitió y el final feliz fue aún mayor.
Los problemas institucionales comenzaron a arreglarse y a medida que eso sucedía, el equipo de Miguelo se iba transformando. Candidato en la previa no era. Eso terminó forjándose sobre el final de la fase regular de la Copa de la Liga. Llegó como un “premio sorpresa”.
Cuando el objetivo de alejarse de la zona roja se cumplió, apareció la chance de clasificar a torneos internacionales. Cuando la Sudamericana parecía ser la Copa a jugarse, apareció la posibilidad de meterse en Libertadores, y en fase de grupos directamente. Cuando parecía que eso era todo, que el objetivo estaba por demás de cumplido, se metió en los playoffs. Dejó a Racing y River en el camino y se consagró ante Platense. Una semana pasó de ese momento. El Trofeo de Campeones se le negó, y aunque el propio entrenador afirmó que no le gusta perder, el año deportivo fue por demás de consagratorio: tiene una estrella más bordada en el escudo.
Además, terminó en la tercera posición de la tabla anual (detrás de River y Talleres de Córdoba). En la primera etapa del torneo, se lució Alejo Véliz como goleador del equipo con 11 tantos e Ignacio Malcorra como el gran asistidor, el mejor, con 8 asistencias. En la segunda parte, en la que gritó campeón, fue el colombiano Jaminton Campaz el goleador (6) y el mejor en asistencias (3). En el torneo en el que campeonó, además, salió mejor jugador Fatura Broun, clave para que el Canalla levantara el trofeo.
Y, con los números que respaldan, Miguel Ángel Russo fue elegido el mejor entrenador. Para los hinchas de Central ya lo era. Hacía tiempo que había entrado en el corazón de Arroyito y ahora le tocó coronarlo con un título.