El último sábado, en Bahía Blanca ante Olimpo, Miguel Ángel Russo cumplió el partido número 100 de este ciclo dirigiendo a Rosario Central. Este cuarto capítulo comenzó a mediados de 2012, cuando el DT asumió la conducción con el equipo encaminado a jugar la tercera temporada en la B Nacional. Y hoy, después de dos años y medio de tarea, parece estar llegando a su fin.
Esta sensación, que flota en el ambiente desde hace algo más de un mes, estaría ligada a varios factores. El más importante de ellos, sería el cambio de gobierno del club. Pero ninguno de los motivos restantes tendría punto de contacto con alguna propuesta que haya recibido Russo en este último tiempo para cambiar de aire.
Es más, en el entorno del entrenador, el rumor sobre el alejamiento de Russo en el corto plazo, suena cada vez más fuerte. Y tampoco tendría vinculación con la determinación que tome el DT, con el resultado de la final de Copa Argentina, que se disputará el próximo miércoles ante Huracán en San Juan. Aunque, en caso de que Central se corone campeón de la Copa, sería un gran corolario para esta etapa de Russo. El primer título del técnico dirigiendo al Canalla.
El “efecto” elecciones
Desde que el oficialismo perdió las elecciones, en octubre pasado, se instaló la impresión de que no había compatibilidad entre los nuevos dirigentes y Russo. Es que aunque Miguel no jugó a pleno en los comicios a favor del gobierno de Norberto Speciale, su compromiso era claro. Un ejemplo basta para dejar a la vista esa situación: el convenio con Tiro Federal. Russo es el Director Deportivo de ese acuerdo, que en su momento rubricó junto a Speciale y a Carlos Dávola, el titular tirolense.
Además, desde la salida del club de Gonzalo Belloso, ex mánager y uno de los motorizadores del arribo de Russo a Central, el técnico asumió el manejo del fútbol auriazul. Es decir que, además de dirigir el primer equipo, Russo se hizo cargo de las decisiones futbolísticas del club. Y esto, no sólo en lo vinculado al armado del plantel profesional; sus atribuciones también abarcaron cuestiones inherentes a las divisiones inferiores.
Ya en la campaña electoral previa a los comicios, la oposición definió su postura respecto de Russo. Y el más tajante fue el candidato a presidente, Raúl Broglia. “Quiero el Russo técnico, no el dirigente del club”, dijo el actual mandamás Canalla al ser consultado por entonces sobre qué pensaba respecto de la continuidad del técnico en caso de que se impusiera en las elecciones, algo que finalmente sucedió.
Hoy, la actual dirigencia discute la continuidad del convenio con Tiro Federal. Y existe mayor consenso entre los directivos por interrumpirlo que por continuarlo.
Hábil declarante, en este último tiempo, Russo no manifestó estar incómodo en su cargo. Evitó el conflicto. Gesto inteligente del DT; en particular, sabiendo que en el Mundo Central, los problemas institucionales bajan al campo de juego. Y hoy su equipo está a un paso de cortar con una sequía de títulos que ronda los 20 años (NdR. la Copa Conmebol de 1995), y de casi 30 en el ámbito local (NdR. campeonato de 1986). Pero, lógicamente, las cosas ya no son como antes de las elecciones para Russo.
¿Un 2015 sin Russo?
Hoy, a dos fechas del final del torneo, parece difícil imaginar al DT en la continuidad de este proyecto. Y, más allá de gustos sobre estilos y formas de juego, no puede discutirse que Russo cumplió con cada objetivo que se propuso. Y lo hizo partiendo desde una profunda crisis futbolística e institucional auriazul, tomando el compromiso de dirigir un club que llevaba dos años sin encontrarle la vuelta al camino de vuelta a primera división.
A punto de jugar una final después de mucho tiempo, Russo parece alejarse lentamente de Central. Y esto se da más allá de que lo pretendan como técnico de la selección de Costa Rica; o de que Raúl Gámez, recientemente electo como presidente de Vélez, haya manifestado públicamente su deseo de sumarlo como técnico del primer equipo de Liniers.
Russo tendría decidido su futuro. Y este no lo encontraría en Central para el 2015. De confirmarse esta situación, la nueva directiva Canalla tendrá su primer gran desafío, encontrar el reemplazante idóneo para un técnico que dejó una profunda huella durante este, su cuarto ciclo en Arroyito.
Con el Trencito arriba
No habría sorpresas. Al menos, eso es lo que se desprende del ensayo de fútbol que realizó ayer el plantel Canalla en el predio de Arroyo Seco. Allí, Miguel Russo plantó un equipo pensando en la final de Copa Argentina que se jugará el miércoles en San Juan ante Huracán. Ese once, sólo tuvo una variante respecto de los que jugaron desde el inicio la semifinal ante Argentinos Juniors. La variante es obligada, y marcar el ingreso de José Valencia en lugar del lesionado Sebastián Abreu.
Con este panorama, los titulares para enfrentar a los Quemeros en la final serían: Mauricio Caranta; Paulo Ferrari, Yeimar Pastor Gómez, Alejandro Donatti y Rafael Delgado; Hernán Encina, Damián Musto, Fernando Barrientos y Pablo Becker; Franco Niell y Valencia.
Estos once participaron en el equipo principal durante la sesión de fútbol que se desarrolló ayer en la cancha principal del country, a puerta cerrada.
Si bien Miguel Ángel Russo todavía no confirmó la formación para disputar el partido final de la Copa, las dudas estarían en la conformación del banco. Es que el técnico dispondrá para colocar entre los suplentes a Tomás Berra y Nery Domínguez, ambos recuperados de problemas físicos. Y habrá que esperar por la evolución de Abreu, que sufrió una lesión muscular el miércoles pasado.
Venden entradas hoy
Hoy se pondrán a la venta en las boleterías del Gigante 4.500 generales. El horario será de 12 a 18. Y continuará mañana, en el mismo horario y lugar, siempre y cuando las entradas no se agoten hoy. Además, en la sede de calle Mitre, se venderán vouchers de viaje en 870 pesos. Ese valor incluye el pasaje en micro, la entrada general, comida y bebida. Del resto de las entradas, los hinchas de Central podrán adquirirlas por el sistema ticketek, o en San Juan, en las boleterías del estadio del Bicentenario.