“Vamos a respetar los procesos evolutivos de todos los jugadores. Ellos son el patrimonio del club”. La frase pertenece al entrenador Miguel Ángel Russo. La primera vez que la dijo fue la semana pasada y la reiteró en la conferencia de prensa post triunfo frente a Nueva Chicago (2-0).
El técnico de Rosario Central realizó una apuesta muy fuerte a la hora de armar el once titular para jugar el sábado en el Gigante, ya que incluyó desde el arranque a Pablo Becker, Nery Domínguez y Ramiro Costa. Estos juveniles de las divisiones inferiores del club jugaron en lugar de dos de los refuerzos que llegaron (Freitas y Gagliardi) y del ya experimentado Medina.
El resultado fue positivo y lo más destacable, más allá de que Central se quedó con la victoria, fue que a ninguno de los tres les pesó la responsabilidad que el DT depositó sobre ellos en un momento tan delicado como el que vivía el Canalla antes de salir a jugar frente al Torito de Mataderos en un Gigante de Arroyito colmando de gente.
Domínguez fue la principal figura de la cancha y demostró con capacidad y criterio que hoy es el cinco titular de este equipo por encima del uruguayo Freitas.
Becker tuvo su tarde soñada: debutó como titular y encima convirtió un golazo en un momento clave para definir el partido.
Su rendimiento fue muy superior a lo hecho hasta acápor Gagliardi, quien arrancó me mayor a menor y terminó perdiendo su lugar dentro del once inicial.
Costa luchó como nadie, tuvo oportunidad para marcar y fundamentó su juego desde la parte física. El delantero demostró sus credenciales para que el DT lo siga considerando como opción de recambio.
Los tres juveniles del club no le fallaron al entrenador y demostraron más aptitudes que muchos de los que llegaron con mejores pergaminos.
Claro que como dice Miguel Ángel Russo, “hay que llevarlos de a poco”, pero sin dudas los rendimientos que tuvieron los pibes, incluyendo a Fernando Coniglio, quien ingresó a poco del final, le dan la razón al técnico y un poco de sustento al trabajo de inferiores.