La polémica por la supuesta manipulación de datos científicos por parte de investigadores británicos ha acaparado buena parte de la atención de la primera jornada de la cumbre del clima de Copenhague, que ha concluído sin incidentes y en un clima de optimismo tras las buenas intenciones expresadas por los líderes políticos.
El responsable de la ONU sobre cambio climático, Yvo de Boer, ha señalado en la ceremonia de apertura que solo se podrá hablar de éxito si se acuerdan «acciones significativas e inmediatas que entren en vigor al día siguiente de su clausura».
De Boer recordó que la cuenta atrás ha empezado y que es hora de dar respuestas por lo que pidió a los delegados de 192 países reunidos hasta el día 18, un «pastel de navidad» formado por tres capas.
En primer lugar habrá que consensuar la implementación de acciones inmediatas de mitigación, adaptación, financiación y tecnología; luego asegurar la financiación a largo plazo y por último una visión compartida sobre un futuro bajo en emisiones de CO2 para todos.
El acuerdo debe ser construído «ladrillo a ladrillo» y de «abajo a arriba», afirmó De Boer, ya que ésa es la única manera de garantizar el éxito en Copenhague. «Se acabó el tiempo de reiterar posiciones y de declaraciones, hace falta acción real», dijo.