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Sabrina Olmedo, la hija del Negro que vive en Miami y sigue los pasos de su padre

La mujer de 53 años es la única de sus hermanos que decidió seguir el legado de su papá, es actriz, publicista y se destaca en el stand-up

Si se piensa en figuras que dejaron su impronta en el humor argentino, el nombre del rosarino Alberto Olmedo es uno de los primeros en aparecer en la lista. Entre sus herederos está Sabrina, la hija de Alberto que cuenta con la particularidad de ser la única de sus descendientes en seguirle los pasos: tiene 53 años, es actriz, y se destaca en el stand-up.

La segunda hija del capocómico trabaja junto a la actriz Tita Russ haciendo reír a las personas, sin dudas el legado de una niñez junto al mundo del espectáculo en que se movía su padre. Aunque desde pequeña fue cercana al trabajo de su padre, Sabrina comenzó su propia carrera en este rubro pasados sus 20 años. Es que tras un paso por la carrera de Publicidad, de la cual se graduó, la hija de Olmedo tuvo su inicio artístico en Stress, un programa humorístico emitido por El Trece.

Pero un gran cambio se daría en su vida tras el fallecimiento del icónico humorista. En ese punto, Sabrina decidía viajar a Miami de vacaciones. Pero la breve escapada a Estados Unidos tendría poco de temporal y, rápidamente, marcó el inicio de una nueva etapa de su vida: Sabrina decidió quedarse.

Con el tiempo, la heredera del capocómico comenzó a asentarse en su nuevo hogar, la reconocida costa estadounidense, sueño de muchos. En su nuevo hogar, Sabrina probó su suerte en distintos trabajos, finalmente inclinándose por su amor al espectáculo. En el camino, conoció a un arquitecto colombiano llamado Felipe Alvarado, hoy su esposo y padre de Thiago, su único hijo.

Además de haber formado familia y haber probado su suerte en un nuevo destino fuera de casa, Sabrina se destaca como productora creativa. Se mantiene también cerca del mundo de las risas, aportando su cuota de humor al canal Stand-Up Latino. Además, su veta de actriz la canaliza como profesora de teatro, mostrando que el legado de papá ha encontrado en ella su heredera.

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