Tenía 33 años, le decían Juanca y era el ex marido de una tal Pato Schneider. Sus hijos vivían con él por seguridad tras el crimen de Isabel Petrona “Chabela” Cantero, hermana de Ariel Cantero, referente de la banda los Monos. Ese asesinato ocurrió en junio de 2017. Desde entonces la bronca entre las familias Cantero y Schneider, por el negocio de los caballos, se transformó en una guerra, conflicto que ya se cobró varias víctimas de uno y otro lado. Juanca es el último de esa lista.
El miércoles pasado Juan Carlos “Juanca” Fernández iba en un carro con un amigo cuando desde una moto le metieron 10 balazos. Llegó al hospital pero murió en el quirófano. Su acompañante, Jorge A., resultó herido. Por ese homicidio, este lunes imputaron a Leandro C., alias Willy quien, según la teoría fiscal, pertenece al grupo de la familia de Chabela.
A Willy lo sindicaron como uno de los atacantes. También de amenazar, una hora después, a familiares de Fernández para que dejaran su casa. A pesar de los intentos de la defensa, Willy quedó tras las rejas. El juez fijó 88 días para permitir el avance de la investigación.
Odios cruzados en un arrabal del sur
Desde hace tiempo el barrio Las Flores es escenario del enfrentamiento entre estas dos familias. Ambas se dedican a la cría de caballos y tienen denuncias cruzadas por robos, amenazas y tiroteos. Según se ventiló en la audiencia, todo empeoró cuando la hermana de Ariel Cantero –alias Viejo, condenado como miembro de la banda los Monos–, cayó fulminada bajo el fuego de las balas.
Cerca de las 22.30 del 23 de enero, Fernández se trasladaba en un carro tirado a caballo junto a Jorge A. En España y pasaje 5 de Agosto apareció una moto Honda Tornado negra con dos ocupantes. El conductor iba con una campera blanca que le tapaba la cara y el acompañante con una gorra. Ambos se acercaron hasta los carreros y abrieron fuego. Fernández recibió al menos 10 balazos que le produjeron una hemorragia masiva endocavitaria que lo llevó a la muerte durante una operación. Jorge resultó herido en un brazo y una pierna y logró zafar.
Un testigo ocular describió la mecánica del ataque y una cámara de un domo municipal captó la imagen de la moto con los atacantes. La familia de la víctima miró la filmación y por las características físicas logró identificar a Leandro C. como el conductor de la motocicleta. También buscan a un tal Pope, al que aún no lograron identificar.
A Willy lo detuvieron en la puerta de su casa y del allanamiento surgió evidencia sobre una moto tornado: un certificado de extravío de documentación y una pieza de la parte trasera de la moto con una calcomonía que se observa en la filmación, dijo la fiscal.
La funcionaria relató que en uno de los dos teléfonos que se les secuestró encontraron de fondo de pantalla una foto de Willy montado sobre una Honda Tornado negra.
Pairola lo imputó por homicidio agravado por el uso de arma de fuego, tentativa de homicidio y amenazas coactivas.
Amenazas
Según una denuncia de una familiar de Juan Carlos, una hora después del crimen Leandro C. apareció en la casa de Fernández, en pasaje Malvón al 1700. La testigo afirmó que Willy llegó en una moto negra, acompañado, y amenazó: les dijo que tenían que irse de la casa porque si no “los iba a cagar a tiros”.
El móvil
Una de las hermanas de Fernández contó que su hermano era marido de una de una mujer de apellido Schneider. Estaban separados hace un año y medio, y por seguridad los hijos de la pareja vivían con Juan Carlos. El conflicto nació a partir de la muerte de Chabela Cantero, explicó la fiscal. Desde entonces se produjeron varias muertes más, cuyas víctimas son parte de la familia Schneider, cercanos a la Pato, quien tiene pedido de captura por el crimen de Chabela. El hijo de Pato también cuenta con un pedido de captura por las lesiones gravísimas que sufrió Luisiana, una nieta de Chabela que iba junto a su abuela cuando la mataron.
La fiscal Pairola describió que este conflicto se agravó porque ambas familias se dedican a la cría de caballos y permanentemente se acusan de robarse los equinos, carnearlos, matarlos o venderlos para provecho personal.
Uno de los hermanos de Fernández también fue herido con un arma un mes y medio antes del hecho y señaló a Willy como el atacante. Incluso Leandro C., es decir Willy, resultó herido con un puntazo por uno de los hermanos Fernández, agresión que recrudeció el conflicto, explicó la fiscal.
Pairola pidió prisión preventiva sin plazo para Willy. El abogado defensor José Guirado cuestionó la evidencia y dijo que no hay elementos que señalen puntualmente a su cliente. Lo acusan por ser parte de una de las familias en conflicto, aseguró.
“Si yo hubiera tenido algo que ver no me voy a quedar esperando en mi casa”, aseguró el letrado que le dijo su defendido. Y contó que la moto que tenía su cliente la vendió en septiembre de 2018.
Pese al esfuerzo del defensor, el juez Héctor Núñez Cartelle dictó la prisión preventiva a Leandro C., aunque limitó el plazo hasta el 26 de abril.
El crimen de Chabela
Petrona Isabel Cantero caminaba el 16 de julio de 2017 por España junto a su nieta Luisana, de 16 años, y su hija Juliana, de 22 años. Las mujeres estaban por llegar a la esquina con Lirio cuando desde el almacén de la Pato salieron varios hombres armados. A su vez, una camioneta verde se les puso a la par y las atacaron a tiros. Chabela, conocida militante social del barrio y organizadora de la cooperativa de carreros murió en el hospital mientras que su nieta fue gravemente herida.
A este crimen le siguieron otros, todos del lado de María de los Ángeles “Pato” Schneider, la presunta homicida que cuenta con pedido de captura. En el camino murieron su pareja, Sergio David “Nango” Díaz. Y Gustavo, hermano de Nango. Dos familiares por parte de Pato, Juan Carlos y José Luis, perecieron en 2018. En 2019 a esa lista se sumó el crimen de Juan Carlos Fernández.