Las balaceras, los ataques sicarios, los asesinatos y los robos violentos son moneda corriente en las calles de Rosario y de Santa Fe. El fenómeno no es nuevo, pero su persistencia en el tiempo agota rápido la poca paciencia de vecinas y vecinos, que viven el día a día inmersos en un estado de angustia permanente. Ante cada episodio, todas las miradas se posan en la figura del ministro de Seguridad Marcelo Sain, centro indiscutido de la política provincial.
En la semana que termina, Sain volvió a quedar en el ojo de la tormenta. No tanto por los resultados concretos de su gestión, que están lejos de “la paz y el orden” prometidos en campaña, sino por la viralización de un viejo audio de Whatsapp en el cual se refiere de manera despectiva a la Policía provincial, con epítetos como “negros pueblerinos” que cayeron decididamente mal dentro y fuera del mundillo político.
Sain es un funcionario enfático y elude la corrección política como Messi elude rivales en el campo de juego. En la Casa Gris toleran sus exabruptos porque es temperamental, porque “habla así” –en palabras del ministro de Gestión Pública Marcos Corach–, pero sobre todo porque en el PJ no asoman otros cuadros políticos capaces de hacerse cargo de un área tan sensible. “El gobernador respalda absolutamente al ministro”, resumió Corach, mano derecha de Perotti, con el objetivo de ponerle fin al affaire de los audios de Whatsapp.
A pocos meses de las elecciones intermedias, está claro que Sain sigue siendo uno de los ministros inamovibles del gabinete provincial. No van a ser sus palabras lo que tenga en cuenta el gobernador al momento de evaluar su continuidad –si ese hipotético momento llega– sino los resultados concretos de su gestión. Por ahora, no son muchos.
Sain en el ojo de la tormenta: se viralizó un nuevo audio y debió salir a hacer aclaraciones
Los datos duros
Una de las innovaciones que aplicó Sain al llegar a Santa Fe fue la creación del Observatorio de Seguridad Pública, el organismo que tiene a su cargo la estadística oficial sobre homicidios, circulación de las armas de fuego y los heridos que producen, además de delitos violentos. También llevó adelante el Censo Policial, presentado en público en la última semana.
Mes a mes, el observatorio publica en la web de la provincia las estadísticas oficiales. El último informe disponible da cuenta que, en los primeros dos meses de 2021, se registraron en la provincia de Santa Fe 66 homicidios: una cifra que resulta superior a la contabilizada en 2017 y 2019, pero más baja que las registradas el resto de los años. Los períodos más críticos –señala el informe– fueron 2014 con 90 homicidios y 2020 –el primer año de Sain– con 86 homicidios registrados entre enero y febrero de cada año.
El mismo informe hace hincapié en la evolución interanual de los homicidios. “Un abordaje alternativo para el conteo de los homicidios consiste en tomar aquellos que tuvieron lugar en los últimos 12 meses, lo que permite una mirada diferente a la que brindan los años calendario. En este sentido, se observa que en el período marzo 2020-febrero 2021 la cantidad de víctimas registradas disminuyó respecto a los cortes anteriores. El número es el más bajo de los últimos 12 cortes de 12 meses”, señala el informe oficial.
De esas estadísticas se desprende que los episodios de violencia letal tienden a disminuir en la provincia, aunque de manera casi imperceptible. El ministro Sain se aferra a esas cifras con la meta de poder mostrar, en un futuro no muy lejano, resultados que ayuden a Perotti a refrendar aquella promesa de “paz y orden” que lo ayudó a llegar a la Casa Gris. De momento, no hay mucho para mostrar.
Hartazgo social
A diferencia de la fría estadística oficial, donde los cadáveres son números y el sufrimiento de las personas no encuentra manera de ser cuantificado, el humor social tiene otra dinámica. En los barrios de Rosario y de Santa Fe nadie va a poder convencer a los vecinos de que se están haciendo bien las cosas en materia de seguridad. El mismo hartazgo –que no es nuevo en las grandes ciudades de la provincia– se empieza a expresar también en otros centros urbanos que, no hace tanto, podían considerarse ajenos a los escabrosos hechos de violencia que se describen a diario en la crónica policial. Y que crece también a partir de la profundización del deterioro económico que produce la pandemia.
Sain puede seguir intentando suavizar la sensación de hartazgo a través de cifras oficiales. Es cierto que el primer bimestre de 2021 cerró con “mejores” números que el mismo período de 2020. El problema es que el punto de partida no podía ser peor: el año pasado, la provincia de Santa Fe duplicó la tasa de homicidios nivel nacional y hubo más muertos por asesinatos que por accidentes viales.
Las marchas contra la inseguridad en Rosario son moneda corriente. Los reclamos de los familiares de las víctimas no encuentran eco en las autoridades políticas y el descontento crece semana a semana, más allá de las cifras oficiales sobre homicidios. En la ciudad de Santa Fe la situación es similar. En la última semana, desde la Red Santafesina de Vecinales por la Seguridad –que reúne a 44 organizaciones de la capital provincial– le enviaron una carta al gobernador Perotti “solicitando se sirva revisar el cargo de ministro de Seguridad y designar en el mismo a un funcionario idóneo, competente y con la seriedad intrínseca para tan alta responsabilidad, tal como los ciudadanos de la provincia aspiramos y nos merecemos”.
La carta, fechada el 9 de marzo, expone una serie de motivos –el incremento de los episodios violentos, la irrupción del “sicariato”, la poca eficacia de las tareas de prevención y las carencias en el ámbito policial– para justificar el pedido de renuncia de Sain y su reemplazo por “un funcionario idóneo”. Está a la vista que a los vecinos de Santa Fe ciudad y a los del resto de la provincia les importan menos los exabruptos del ministro de Seguridad que los resultados concretos.
La política vs. Sain
En 15 meses de gestión, Sain todavía no consiguió un solo resultado para mostrar. Sin embargo, en la esfera política, lo que más escandaliza a la oposición no es la persistencia de los homicidios y otros delitos violentos sino los modos y las formas que emplea el ministro cuando habla por teléfono. Quedó a la vista esta semana cuando se difundieron los audios en los que trata de “pueblerinos” a los jefes policiales y, a la vez, intenta descalificar a la provincia al compararla con Uganda: una doble injuria que resulta intolerable por prejuiciosa y por racista.
En su defensa, el ministro de Seguridad afirmó que esos audios son viejos y “privados”, por lo tanto fuera de contexto, y que su publicación obedece a una “operación política” del Frente Progresista en respuesta al avance de las causas sobre narcotráfico en la que están involucrados ex jefes policiales que tuvieron cargos de poder bajo los gobiernos anteriores.
Tres meses atrás, por las derivaciones políticas de la causa del juego ilegal, Sain mantuvo un fuerte enfrentamiento con el poderoso senador peronista Armando Traferri. Ahora, con la caída en desgracia del ex jefe narcopolicial Alejandro Druetta como telón de fondo, el ministro volvió a subir al ring, aunque esta vez con contrincantes del Frente Progresista como el senador Lisandro Enrico y el diputado Maximiliano Pullaro. El propio Sain dio a entender en sus redes sociales que Pullaro y Enrico están detrás de la ventilación de sus audios para tratar de tapar las implicancias de la investigación y la condena contra Druetta.
La provincia de Santa Fe duplicó la tasa media de homicidios a nivel nacional
En paralelo, los diputados del Frente Progresista Juan Cruz Cándido, Clara García y Lionella Cattalini pidieron informes a la provincia para preguntar por qué “no se ha hecho uso alguno, ni hay proceso licitatorio en marcha” para disponer de los 3.000 millones de pesos previstos en el convenio de inversión en seguridad anunciados por el presidente Alberto Fernández en septiembre y formalizado por convenio el 16 de octubre de 2020.
Los diputados de la oposición sospechan que ese dinero –como otros fondos dispuestos en el marco de la emergencia por coronavirus– tuvo como destino engrosar la caja del gobierno en pleno año electoral; sobre el final de la semana, con Sain recluido para no agregarle más nafta al fuego, el secretario de Seguridad Germán Montenegro debió salir a aclarar que esos 3.000 millones de pesos van a destinarse exclusivamente a un Centro de Desarrollo Tecnológico en materia de seguridad pública.
Mientras los Tribunales avanzan lento sobre causas complejas que salpican a la política, desde un espacio marginal de Juntos por el Cambio le pidieron a Perotti que remueva de su cargo a Sain “no sólo por la ineficiencia y falta de resultados a la hora de cuidar la seguridad de todos, sino por los insultos y agravios hacia todos nuestros coprovincianos santafesinos”. El pedido fue formalizado por la diputada nacional de la Coalición Cívica Lucila Lehmann, quien apuntó además que “personajes de superioridad auto percibida, que por el simple hecho de ser porteños se consideran por encima del interior del país, es justamente lo que nos ha llevado al fracaso como Nación”.
El pedido de renuncia por parte de la Coalición Cívica fue remitido además a la Legislatura, que tiene la posibilidad de iniciar un proceso de juicio político contra Sain. Por el momento, no parece que estén alineadas las voluntades en la Legislatura, con mayorías opositoras al gobernador en ambas Cámaras, para que eso ocurra. Por el contrario, la salida o la continuidad del ministro de Seguridad sigue siendo una decisión ciento por ciento del gobernador Perotti.
Efectos de la pandemia: en 2020 Santa Fe tuvo más muertos por asesinatos que en siniestros viales