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Sain describió el «caldo de cultivo» del desmadre policial y los grupos que lo fogonean en Santa Fe

El ministro de Seguridad recordó que los problemas de vieja data detrás de la asonada con gravedad institucional fueron planteados hace seis años. Apuntó a autodenominados sindicatos y abogados como los que azuzan sobre justos reclamos salariales: "A mí no me van a apretar estos cachivaches"

La Policía de Santa Fe trabaja con normalidad pese a las protestas que el ejemplo bonaerense contagió, también, en la provincia de la bota. Así lo aseguró este jueves el ministro de Seguridad local, Marcelo Sain, a la par de identificar a dos grupos que motorizan reclamos salariales imposibles de cumplir en el distrito montados, admitió, en justas protestas. El funcionario habló del «caldo de cultivo» que alimentó el desmadre uniformado en el distrito más poblado del país, recordó debates legislativos olvidados sobre la municipalización de las policías y abundó en torno a sus anuncios de la víspera sobre mejoras en las condiciones económicas de los uniformados santafesinos. Críticas a su par Sergio Berni.

«Ayer (por este miércoles), la Policía de Santa Fe trabajó normalmente, hicieron los relevos de guardia en la calle para evitar problemas mayores», afirmó Sain sobre el escenario de las protestas en la provincia. Explicó que el acampe de uniformados que replicaron, como sus colegas bonaerenses, reclamos de mejoras salariales se concentró en la sede de la URII de Rosario, donde estaba la jefa de la fuerza, Emilce Chimenti. Pese a que insistió en que la situación local está alejada de la gravedad institucional y los problemas operativos de la provincia de Buenos Aires, deslizó que hay en curso una investigación penal sobre el intento de impedir la salida de patrulleros por parte de algunos manifestantes que se identificaron como miembros de la fuerza, retirados de la misma o familiares de agentes. Está a cargo, agregó, de la Justicia santafesina con asiento en Rosario.

Los dos grupos en Santa Fe

Sain identificó, a nivel local, dos grupos que pretenden capitalizar las protestas. Son los que acercaron a su Ministerio, informó, sendos petitorios. «A mí no me van a apretar estos cachivaches», disparó. Uno de los bandos, señaló, lo integran los autodenominados «sindicatos policiales»: Apropol y Ultrapol. Son los liderados por Alberto Martínez y Miguel Zalazar, respectivamente. Exigió un piso salarial de poco más de 66 mil pesos para los agentes. El otro sector, completó, lo encabezan la abogada Evelyn Andreozzi y un colega al que definió como uno de los históricos letrados de la banda Los Monos, en referencia de Jorge Bedouret. A este espacio le adjudicó las demandas más exorbitantes: 88 mil pesos como mínimo en el bolsillo para los uniformados.

Sobre el segundo «grupete», al que vinculó con personal retirado de la fuerza, abundó que la abogada es hija del comisario retirado Ernesto Andreozzi, ex jefe en la Unidad Regional de San Lorenzo a quien relacionó con el senador provincial de ese departamento en una extensa entrevista con Radio2.

«Santa Fe no puede pagar eso, tienen que entender que hay empleados estatales, médicos, enfermeros, docentes, y una política salarial que se planteó con (los gremios de empleados públicos) ATE y UPCN la semana pasada. Desde el Ministerio, logramos que la Policía se incorporara a ese acuerdo», clausuró Sain la posibilidad de contemplar los montos escritos en los petitorios. En particular, el del segundo sector, el de los abogados que asoció con la defensa de «policías gatilleros» y en conflicto con la ley.

Los anuncios locales, el comedor y las tarjetas

El titular de la cartera de Seguridad santafesina defendió los anuncios de mejoras económicas para la Policía de la provincia. insistió en que se habían adelantado las fechas, pese a lo cual las protestas se activaron. Y respondió a las críticas sobre las diferencias establecidas entre integrantes de la fuerza. «Me cuestionan que diferencie el policía de calle del administrativo. El 46 por ciento de la Policía de Santa Fe es administrativa. No quiero eso. Es una deformación institucional. Si fuera una fábrica, se funde. No lo hace porque es el Estado. Le quiero poner la plata en el bolsillo a los que están en la calle», argumentó el funcionario.

Sain destacó que vieron venir el conflicto en Buenos Aires con posibles réplicas en la provincia y que «adelantaron» las medidas ya definidas. Además, tras el discurso de este miércoles del presidente Alberto Fernández, reclamó profundizar la mirada federal que enfatizó el jefe del Estado. «Ya que el gobierno nacional tanto menciona a la provincia de Santa Fe, y hay plata para la de Buenos Aires, queremos que colaboren de verdad», lanzó el ministro.

Lomo y caracú

El funcionario destacó una de las decisiones locales: la Tarjeta Alimentaria para los agentes de calle con una carga de 4 mil pesos mensuales y la paralela eliminación del sistema de comedores en las unidades regionales. Esas dependencias, recordó, estaban destinadas al personal operativo, pero se desvirtuaron. Incluso en los costos y los destinatarios del servicio: «Compraban lomo y terminaban comiendo caracú», cuestionó con metáfora.

Marcelo Sain anunció mejoras salariales y un plus para el personal policial que hace tareas de calle

Millenials, pitufos y el caldo de cultivo de la rebelión bonaerense

Sain repasó lo que, a su criterio, es el fermento de las asonadas policiales en Buenos Aires: incorporación masiva, insustentable económicamente, de agentes con baja capacitación y edad, a lo que siguieron promesas de campaña incumplibles que alimentaron expectativas de los agentes.

Mencionó la incorporación de más de 40 mil policías a la Bonaerense durante los tres últimos años de la gestión Cambiemos que encabezó María Eugenia Vidal . «Abrieron la gatera. Ingresaron muchos millenials, chicos de smartphones que no entienden muy bien ni a la Policía ni al rol de la institución, con entrenamientos de apenas seis meses», describió. Una dotación policial de 90 mil hombres que calificó como la génesis de un «desmadre financiero» pese a una escala salarial baja que, «en algunos aspectos, es mucho más baja que la de Santa Fe».

A esto se agregó, dijo, las promesas de Juntos para el Cambio sobre aumentos en plena campaña para la reelección de Vidal, que rindió frutos en término de votos al interior de la fuerza de seguridad pero no alcanzó para sellar la continuidad política. Ese «gancho» era la equiparación salarial con la entonces Policía Metropolitana de la ciudad de Buenos Aires. Saín aprovechó para resaltar las dispares posibilidades financieras de cada jurisdicción, y el alejamiento de la media que luce la «Suiza argentina», por el territorio que gobierna, en su caso sí reelecto, Horacio Rodríguez Larreta.

La composición etaria de la Bonaerense, trastocada por los ingresos masivos, hizo el resto, interpretó Sain. «Era esperable que bardearan al jefe de la fuerza, más allá de la legitimidad de los reclamos salariales. No tenían ni idea de que estaban frente al jefe de la Policía. Se mueven como si estuvieran en la plaza de su barrio», como otros jóvenes, dijo sobre muchos de los integrantes de las movidas. Como ilustración de esa característica, mencionó la gran circulación de imágenes y videos que postean los policías jóvenes en redes sociales, que desnudan situaciones íntimas o privadas incluso dentro de las dependencias oficiales. «Como otros chicos de su edad, pero con armas y uniforme», completó sobre la gravedad. Y coincidió con el mote puesto a la asonada por el periodista Carlos Pagni en su artículo del diario La Nación: «La rebelión de los Pitufos».

Palos a Berni

«Soy partidario de que los ministros o ministras de Seguridad no sean candidatos a nada, porque cuando te convertís en postulante a algo, instrumentalizás la gestión en función de la campaña», esgrimió Sain en obvia referencia a su para bonaerense, Sergio Berni, enfrascado en una temprana campaña por la gobernación del distrito. «Los mandos superiores lo dejaron correr al principio, y ahora se les fue de las manos porque estos pibitos no respetan nada», refirió el funcionario santafesino como otro condimento de la crisis en el territorio conducido por Axel Kicillof.

Drama anunciado

Sain volvió sobre el debate en torno a la municipalización de las policías en la Legislatura bonaerense, que se extendió entre 2013 y 2014 y en el que se anunciaron –enfatizó– los riesgos de mantener fuerzas de seguridad con abrumadores planteles, del mismo volumen que sus cajas de recaudación ilegales. Fue cuando era diputado provincial por el espacio Nuevo Encuentro. Lanzó también aquí sus críticas. «Aprobamos la ley para ciudades de más de 100 mil habitantes, en Diputados, en una negociación con el sciolismo. Y (el líder renovador, actual presidente de la Cámara baja nacional) Sergio Massa la tumbó en el Senado a través de (el entonces legislador) Rodolfo Donofrio porque, hay que decirlo, no querían romper la caja de la Bonaerense, que es multimillonaria». Resumió: «La disputa de la cúpula bonaerense no es por los modelos de seguridad o prevención, es por el billete».

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