Vecinos del barrio Saladillo se pronunciaron en contra del proyecto provincial de convertir en una pendiente la cascada del arroyo Saladillo, entre Rosario y Villa Gobernador Gálvez. A un mes de que se abran los sobres de la licitación para que comiencen las obras, desde el barrio reclaman participación en las decisiones y protección del accidente geográfico mediante obras de saneamiento para que el arroyo vuelva a ser lugar de esparcimiento. Es por eso que se reunirán este miércoles para evaluar las acciones a tomar con el objetivo de defender la cascada.
Tras el llamado a licitación del gobierno de la provincia de Santa Fe para realizar durante el año próximo las obras y detener el proceso erosivo en el tramo del arroyo colindante al Parque Regional Sur, los vecinos del barrio se mostraron descontentos con la decisión del Ministerio de Obras Públicas provincial. La obra, que cuenta con un presupuesto oficial de 48 millones de pesos, tiene como objetivo evitar la destrucción de importantes obras de infraestructura situadas aguas arriba, en principal, el puente Molino Blanco, que se encuentra ubicado a sólo 600 metros de la cascada y vincula a Rosario con la ruta nacional Nº 9 a Buenos Aires y con el acceso a Villa Gobernador Gálvez y contiene, además, cañerías de gas, teléfono y agua.
En diálogo con El Ciudadano, Armando Durá, director de la Casa de la Cultura Arijón y vecino del barrio Saladillo, consideró a la obra como “la destrucción del patrimonio paisajístico, histórico y cultural del sur de Santa Fe”. De acuerdo con Durá, estas obras requieren audiencias públicas y consensos con los vecinos. “Nosotros nos enteramos por los medios de comunicación que hay una licitación para el 29 de diciembre. La provincia siempre actúa sobre el hecho consumado. No es que estemos llanamente en contra del proyecto de frenar la erosión de la cascada, pero entendemos que hay otras posibilidades”, aclaró y agregó que desconoce si existen estudios de impacto ambiental realizados para el proyecto provincial. “La razón que se postula es que la erosión de la cascada avanza sobre el puente del Molino Blanco. Este fenómeno no es un capricho de la cascada sino resultado de anteriores malas acciones del hombre sobre el arroyo. Ya se han hecho muchos desastres sobre este segmento de la cuenca”, apuntó Durá enfatizando su miedo por las repercusiones de las obras.
Defender el ícono
“La cascada es un ícono del barrio Saladillo. La zona tiene una importancia arqueológica que no ha sido respetada. Han entrado con excavadoras y no les importó nada”, argumentó el director de la Casa de la Cultura de Arijón. “Está comprobado que Manuel Belgrano estuvo por esa zona y hay que recordar que una de las primeras películas argentinas se realizó sobre las quebradas del Saladillo”, indicó Durá acerca del film “El último Centauro. La epopeya del gaucho Juan Moreira” de 1923. Según el hombre existen obras prioritarias, tal como las de saneamiento que lograrían restituir el perfil de espacio de esparcimiento de antaño.
“Desde que se contaminaron las aguas ese espacio de recreación y turismo se ha perdido. Ese arroyo se llama Saladillo porque tenía sales e iodo. Impulsado por Manuel Arijón durante los finales del siglo XIX, que construyó su casa y dos miradores, el lugar era referencia mundial. Hay una anécdota que cuenta que el propio Arijón tenía artrosis y viajó a Suiza a visitar a un prestigioso médico. El médico le indicó que debía bañarse en las aguas de un arroyo de Argentina, el Saladillo”, concluyó Durá, quien invitó a todos los interesados a reunirse en la Casa de la Cultura Arijón –Arijón 84 bis– este miércoles desde las 19 para discutir la temática.
Desde el gobierno provincial indicaron que la obra contempla la realización de un revestimiento de 150 metros del lecho y las márgenes del arroyo, que serán construidos, en gran parte, con hormigón. Sin embargo, informaron también que como obra complementaria se incluirán elementos para mejorar el paisaje y así revalorizar el carácter recreativo y el embellecimiento de la zona a través de iluminación y construcción de veredas, escaleras laterales y barandas en las márgenes y su parquización.