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Salió bajo fianza el policía acusado de hacer de chofer a tres sicarios en el crimen de Coto Medrano

El juez Nicolás Foppiani le otorgó la liberad al agente Gabriel Godoy, imputado como partícipe necesario del homicidio del reconocido barra leproso. El uniformado había sido señalado por la pareja de la víctima quien presenció la ejecución a balazos

El policía que estaba en prisión acusado de conducir la camioneta de la que bajaron tres sicarios y asesinaron a balazos a Marcelo “Coto” Medrano en Granadero Baigorria recuperó la libertad esta semana pese a haber sido señalado por la esposa de la víctima, quien observó cómo ejecutaron a su pareja de 15 tiros frente al hijo pequeño de ambos. Por esta causa, le secuestraron un celular a uno de sus hermanos, también policía, y buscan a otro apodado Dany, quien aún continúa prófugo.

La libertad bajo fianza del policía Gabriel Godoy, un agente de 44 años que ya había estado señalado en la desaparición seguida de muerte de Paula Perassi en San Lorenzo, fue dispuesta por el juez Nicolás Fopiani durante una audiencia de medida cautelar celebrada el lunes pasado.

Coto Medrano fue acribillado la noche del jueves 10 de septiembre pasado en lo que se presume fue un ajuste narco tras ser emboscado en una estación de servicio de Eva Perón y avenida San Martín de la vecina localidad de Granadero Baigorria donde vivía junto a su pareja y su hijo más pequeño.

Las cámaras de vigilancia de esa YPF capturaron la imagen de una camioneta Ecosport estacionada, a las 23.15, junto al Ford Fiesta en el que había llegado Medrano junto a su familia. De la camioneta bajaron tres hombres armados, apuntaron a la mujer y le dispararon con la finalidad de ejecutarlo ya que su cuerpo tenía 15 impactos de bala. Fue su pareja quien declaró que el conductor de la camioneta era el policía Gabriel Godoy.

De hecho, según la investigación de los fiscales Matías Edery, Luis Schiappa Pietra y Aquiles Balbis, su muerte estuvo precedida por varias amenazas entre las familias Godoy y Medrano cuyo telón de fondo era la disputa territorial por la venta de estupefacientes en la zona del Cordón Industrial.

La pericia de un teléfono a Diego Godoy, hermano del policía Gabriel y también agente de las fuerza de seguridad provincial, dejó al descubierto una amenaza recibida horas antes del homicidio de Coto.

Chofer de sicarios

El agente policial Gabriel Godoy ya había tenido una anotación penal en el caso Paula Perassi pero salió absuelto como partícipe de la desaparición y muerte de la joven sanlorencina. La Justicia volvió a ordenar su detención tras el crimen de Coto por el que fue imputado el 18 de septiembre pasado como partícipe necesario, ya que lo acusaron de ser el chofer del auto que transportó a los sicarios por lo que se le dictó prisión preventiva por 60 días tras algunos detalles sobre el vínculo del uniformado y su familia con el mercado ilegal de drogas.

Este lunes, en una audiencia de revisión de medida cautelar, el juez Foppiani lo dejó en libertad bajo fianza. En tanto, su hermano Daniel «Dany» Godoy continúa prófugo de la Justicia.

Para la Fiscalía, Gabriel Godoy participó en el crimen de Coto Medrano la noche del 10 de septiembre pasado. Según la imputación, cerca de las 23.15 llegó al mando de una Ford Ecosport blanca junto con otras personas y estacionó paralelo a un Fiat Fiesta que conducía la víctima, que ya había bajado para entrar al minishop del surtidor y estaba estacionado.

Los atacantes esperaron que Coto regresara y cuando lo vieron salir del local tres de ellos bajaron de la Ecosport. Uno apuntó a la pareja de Medrano, que estaba esperando en el Fiesta, mientras que los otros dos le dispararon con una pistola calibre 40.

Coto intentó correr y llegó hasta la playa de carga de gas, mientras uno de los tiradores lo siguió y volvió a balearlo hasta matarlo.

La secuencia quedó registrada en las cámaras de seguridad de la estación, mientras que la camioneta utilizada en el hecho apareció poco después incendiada en Ricardone.

De la evidencia que se presentó en la audiencia surgió un testimonio que cuenta que la bronca empezó entre Dany Godoy –uno de los hermanos del policía que continúa prófugo– y un hermano de Coto. Luego se involucró el propio Coto en el asunto y la disputa se transformó en un asunto entre clanes.

En otra declaración contaron que en un procedimiento policial un uniformado “embagayó” a la pareja de Medrano en una causa y que Gabriel Godoy hizo lo mismo con Coto. Los fiscales agregaron que siempre estuvieron en el negocio de los puertos secos (lugar donde se comercializa cereal y oleaginosa en negro).

Los fiscales dijeron que el celular de Gabriel Godoy fue captado por la antena de la ciudad de Fray Luis Beltrán hasta las 19.30, luego por otra de Capitán Bermúdez y finalmente una en Granadero Baigorria, entre las 22.39 y las 23.20, cuando volvió a Fray Luis Beltrán.

Su línea dejó de tener actividad dos horas después de la ejecución. En el allanamiento a su casa se secuestró un teléfono con otro número que fue activado el 12 de septiembre.

Mientras que del secuestro del celular de otro hermano de Gabriel, que se llama Diego y también es policía en la comisaría 5ª de Puerto General San Martín, hasta donde llegó la Agencia de Control Policial para diligenciar la medida, se obtuvieron mensajes de los que surge la disputa entre ambas familias y otro donde hablaron de descartar todos los teléfonos.

Gabriel Godoy había sido detenido el 15 de septiembre en su casa de Fray Luis Beltrán. En esa oportunidad hubo 13 procedimientos, entre ellos unos lotes en Ricardone donde se buscaba al uniformado y a su hermano Daniel.

En el lugar, propiedad del comisario retirado Carlos Ávalos, encontraron cereal sin respaldo documental, 70 mil litros de gasoil, 5 mil de nafta y fertilizante lo que los investigadores identificaron como un puerto seco y un puerto húmedo. En esa localidad encontraron la EcoSport utilizada en el crimen, estaba incinerada.

Según trascendió, la coartada del policía Gabriel Godoy para conseguir que el juez Foppiani lo liberara fue que a la hora del crimen de Medrano se encontraba en una fiesta de cumpleaños para lo cual aportó la pericia de su teléfono celular y cámaras de video.

Un peso pesado

El Coto Medrano, quien supo trepar alto en la barra brava de Newell’s Old Boys, tenía antecedentes tanto por narcotráfico y hechos de violencia, en particular en la zona norte de Rosario y en la ciudad donde lo asesinaron.

En 2010, lo habían condenado a seis años de prisión y en octubre de 2018, a dos años de cárcel efectiva mediante un juicio abreviado por abuso de arma de fuego, portación y tenencia ilegítima de arma de fuego de uso civil, encubrimiento y amenazas coactivas. Esa última pena la cumplió en parte y había sido liberado.

Su nombre había vuelto a resonar en los últimos meses cuando Agustina Thomson, una joven ya conocida en las crónicas policiales, fue asesinada en la casa donde Medrano vivió casi toda su vida, en Maestro Massa al 400 de barrio La Florida, en el marco de una disputa entre bandos por el narcomenudeo.

Más atrás en el tiempo, en agosto de 2006, Coto había sido acusado de meterle un escopetazo a un vecino de 18 años en Suárez y Paunero. Dos años más tarde, en de noviembre de 2008, cayó con tres kilos de cannabis en la localidad de Oliveros tras una investigación de un semestre de la Dirección de Prevención y Control de Adicciones, luego de que se incautaran de 30 kilos de marihuana en Génova al 700, frente a la cancha de Central.

Sin embargo, su apodo sonó el año pasado como uno de los líderes de las facciones que se disputaban el liderazgo de la hinchada luego de los asesinatos de Matías “Cuatrerito” Franchetti y Maximiliano “Cabezón” La Rocca. Conocedores de la interna de la barra leprosa afirmaron que Coto rehusó integrar esa especie de confederación que terminó aglutinándose bajo la denominación La Gloriosa y, en ese intento, quedó fuera de la barra.

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