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Salud mental y maltrato infantil

Por Candela Burruchaga.- Un tema que fue tabú por años, negado y escondido: el maltrato infantil. Es un problema que no distingue clases sociales, regiones geográficas ni épocas específicas. Y no es sólo un problema de salud sino también de violación de derechos.


niño

La Organización Mundial de la Salud en 1999 definió el Maltrato Infantil como: “Cualquier acción u omisión de acción que viole los derechos de los niños y afecte su supervivencia, su desarrollo y la posibilidad de que disfruten de un grado óptimo de salud”. Tal como se desprende de esta postura, el maltrato hacia los niños y jóvenes no son sólo un problema de salud sino que queda enmarcado en el respeto de los derechos establecidos por la Convención de los Derechos del Niño.

Hay que destacar que el modo de abordaje de estas problemáticas debe ser realizado por profesionales capacitados  que se ocupen específicamente de esta temática, quienes determinarán los factores de riesgo y el tratamiento adecuado.  Generalmente, este tipo de situaciones tienen que ver con inconvenientes familiares que suelen transmitirse de generación en generación, lo que hace que este estado se naturalice y se sostenga en el tiempo. Podríamos decir que una intervención adecuada y un tratamiento completo evitarían lo anteriormente expresado, dado que  las víctimas de violencia suelen reproducirla y/o padecerla.

Es fundamental que las personas que trabajan con niños tanto en el ámbito educativo, de salud o de juegos se mantengan alertas. Es  importante debido al contacto cotidiano con los mismos, lo cual les permite recibir información, detectar situaciones de riesgo y vincularse con la familia a fin de abordar el tema con la misma y/o realizar la intervención pertinente ante los organismos especializados para tal fin.

Tipos de maltrato

Maltrato físico es aquel que causa un daño físico real o potencial dentro de una relación en donde el adulto tenga una posición de responsabilidad, confianza o poder. Ejemplos: golpes, empujones, tirones, rasguños, pellizcos, etc. aún cuando el adulto no tenga la intención de lastimar.

Maltrato emocional-psicológico: este tipo de maltrato encuentra más dificultosa la realización del diagnóstico, ya que los síntomas no son claramente visibles como en el caso anterior, sino que se detectan en oportunidades asociadas a otro tipo de patologías o a otros cuadros de maltrato. Algunos ejemplos son las amenazas, los insultos, la ridiculización, la humillación, la desvalorización y el rechazo, entre otros.

Negligencia: se produce cuando los adultos responsables del niño, sean padres o tutores, no les prestan debida atención y/o los cuidados necesarios para un desarrollo acorde a la edad del mismo. Ejemplos:

-Falta de supervisión apropiada que provoca daño físico o facilita abusos sexuales

-Negligencia física, educacional, emocional y/o médica.

-Consentimiento o inducción de conductas delictivas en los niños.

-Abandono parcial

-Exposición de los niños  a episodios de violencia conyugal

Abuso sexual infantil (ASI): consiste en “involucrar al niño en actividades sexuales que no llega a comprender totalmente a las cuales no está en condiciones de dar consentimiento informado, o para las cuales está evolutivamente inmaduro y tampoco puede dar consentimiento, o en actividades sexuales que trasgreden las leyes o las restricciones sociales”.

Vale aclarar en el ASI no es sinónimo de violación, de incesto ni de penetración genital, esto será determinado por el profesional interviniente, quien tomará en cuenta los indicadores físicos e inespecíficos.

Síndrome de Munchausen por poderes: “es una forma de maltrato infantil en la cual el adulto cuidador falsea el historial clínico del niño o altera los resultados de sus análisis, produce signos y/o síntomas físicos y/o psicológicos en el niño, de tal manera que se lo llega a considerar enfermo o disminuido”. Generalmente se habla de la madre, dado que es ésta la que en la mayoría de los casos lo produce, aunque no está exento de que lo produzca el padre, la familia extensa (abuelos, tíos, y demás) y/o padre sustituto. Frecuentemente recurren con sus hijos a distintos centros de salud, hospitales y clínicas donde no queden plasmados ni registrados en una historia clínica única todos los supuestos padecimientos del niño y su debido seguimiento,  como sostienen Irene Intebi y Norma Osnajanski en su trabajo “Maltrato de niños, niñas y adolescentes: detección e intervención”, publicado en 2003.

Cabe destacar que obviamente las consecuencias del maltrato a corto o a largo plazo varían de acuerdo al tipo de maltrato, al tiempo de exposición al mismo y a las secuelas (físicas o psíquicas). En algunos casos cuando el maltrato fue crónico los daños podrían ser irreversibles. Como decíamos al principio, puede haber una victimización violenta, pueden existir tendencias a actuar agresivamente, conductas auto agresivas y discapacidades. Hay algunos casos de bulimia y anorexia en los que pueden encontrarse antecedentes de alguno de los maltratos antes explicitados y también pueden presentarse trastornos severos de personalidad.

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