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Salud: todo lo que es necesario saber sobre el chupete y su uso

Un adminículo que calma ansiedades y da seguridad al bebé, pero que debe ser bien elegido y mejor cuidado.


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El uso del chupete siempre estuvo acompañado de opiniones a favor y en contra. Muchos padres optan por restringir su uso pero otros lo adoptan como un elemento más de la crianza.

Hay algunos aspectos a tener en cuenta, como la edad límite para su uso o algunos cuidados en la higiene diaria del chupete, es la primera indicación por parte de la doctora Ana Ghea, médica pediatra de la Fundación Hospitalaria del Hospital privado de Niños de Buenos Aires.

¿Por qué logra calmar a los bebés? El hábito de succión es una de las primeras actividades coordinadas en el neonato. La succión no nutritiva provoca sensación de calidez y seguridad y por eso el chupete se transforma en un gran pacificador.

Muchas de las dudas con respecto al uso del chupete se vinculan con posibles consecuencias en la dentición de los bebés.

El uso del chupete no llega a producir malformaciones de la articulación temporomandibular (zona donde se unen el cráneo y la mandíbula), ni deformaciones óseas significativas que modifiquen la arcada dental definitiva. Pocos estudios han evaluado si la mala oclusión (mordida imperfecta) que se produce en la dentición temporal persiste en la dentición permanente.

Los efectos perjudiciales que ejerce sobre la correcta alineación de los dientes suelen desaparecer si el chupete deja de utilizarse antes de los 3 años.

El riesgo de mala oclusión aumenta directamente con la frecuencia de duración e intensidad de la succión.

En el caso de que el bebé use chupete, hay algunas recomendaciones respecto a éste que hay que tener en cuenta, señala la doctora Ghea.

Los chupetes no deben tener elementos desmontables pequeños que el bebé se pueda tragar.

Sus piezas deben estar unidas con suficiente resistencia como para que no puedan romperse o separarse entre sí.

Los bordes deben ser redondeados para evitar cortes o heridas.

El disco del chupete debe tener al menos 2 orificios de ventilación de un diámetro mínimo de 4 milímetros, para evitar que el niño se sofoque.

La tetina, cualquiera sea su forma, debe ser de material flexible y una longitud máxima de 30 milímetros.

Deben venderse en envase cerrado, con la información para su uso correcto.

No se deben atar alrededor del cuello y hay que adecuarlos a la edad del bebé.

¿Cuándo cambiarlos?

Los chupetes pueden ser de látex. Éstos son más blandos pero se gastan y se deforman con más facilidad que los de silicona. Es recomendable cambiarlos por uno nuevo cada tres meses, dependiendo de la frecuencia con que se lo utilice.

Deben ser sustituidos en cuanto se aprecien marcas de mordeduras.

Cuándo dejarlo

No se aconseja el uso regular del chupete después de los 2 años. A esa edad, sería bueno que comenzaran a usarlo sólo para dormir o en los momentos de llanto que resulte difícil calmar de otra manera.

—¿Por qué esta edad como límite?

—El uso regular del chupete después de los 2 años se asocia con un mayor riesgo de otitis media recurrente, y con varios tipos de mala oclusión, como mordida abierta, mordida cruzada posterior, infecciones por hongos en la mucosa yugal.

Estos efectos son más pronunciados cuando su uso se prolonga más allá de los 4 años del niño.

Mitos sin sustento y verdades probadas

Desde la medicina se han realizado múltiples investigaciones acerca de si es beneficioso o no el uso del chupete.

Se observó una asociación entre el uso del chupete durante el sueño y una disminución del riesgo de muerte súbita del lactante. 

Aunque la relación causa efecto no se ha establecido, la Academia Americana de Pediatría recomienda ofrecer el chupete para dormir la siesta y a la hora de acostarse. No se aconseja sacárselo mientras duerme. De todas maneras, una vez que el niño se duerme es probable que escupa el chupete.

En el hacer diario, se observa que al bebé se le puede caer el chupete o que lo escupe.

En esta circunstancia hay muchas mamás que optan por limpiar el chupete metiéndoselo en la boca para luego devolverlo a la boca del bebé.

Cuanto más pequeño es el bebé con más cuidado hay que higienizarlo. En general, alcanza con enjuagarlo con agua potable.

Hay algunos padres que se hacen eco de “mitos” para ayudar al niño a dejar el chupete. Por ejemplo, “pinchar el chupete para que –al no tener aire– al bebé no le guste” o “darle a la tetina un par de puntadas. El hilo es áspero y el bebé rechazará el chupete”.

No es recomendable pinchar el chupete, ya que el niño puede quedarse con la tetina suelta en la boca, con el consiguiente riesgo de atoramiento.

Aparte de que pueden quedar restos de saliva en la tetina, como posible foco de infección. Otro mito difundido es que hay que “sumergir el chupete en vinagre por varias horas, lavarlo y luego dárselo cuando el niño lo pida su sabor va a ser tan feo que no lo querrá más”.

Puede utilizarse este método, pero siempre es mejor implementar una estrategia que prevea el consentimiento del niño.

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