“Estoy reinventándome, aprendiendo de qué se trata esto; el hecho artístico y esa ceremonia que entablamos en el teatro con el otro va estar pero de otro modo, porque igualmente va a estar el riesgo: vamos a empezar pero hasta que no termine la función no sabremos qué pasará, y por eso yo me expongo, me subo a un escenario o hago estas funciones por streaming, precisamente porque no sé qué pasará”.
De este modo, dispuesto a enfrentar el riesgo de un lenguaje que es prueba y error y es, al mismo tiempo, el emergente de una época en la que una pandemia cerró los teatros y alejó a los artistas del público, el actor, clown, luthier y músico Salvador Trapani salta al vacío como el funambulista que pierde el equilibrio y no tiene más remedio que lanzarse, a partir del estreno de En la red sin red. Se trata de un espectáculo que vía streaming ofrecerá este jueves y el próximo desde su casa, esa misma que comparte desde hace años con la ahora también cineasta Elena Guillén, con la que vuelve a trabajar en idea, producción y guión como pasaba a comienzos de los años 90 cuando juntos creaban el grupo de teatro Los Estrellados, que de algún modo se volvió la matriz del trabajo de Trapani como se lo conoce en el presente, en la fusión del clown con la música y la creación de instrumentos excéntricos.
Mirar alrededor
“Lo nuevo para mí es el modo, la instancia de no tener al público presente. Por lo demás, fue mirar a mí alrededor, poner el foco en el taller, rodeado de todas mis creaciones, mis instrumentos, mis juguetes mecánicos, mis cosas inconclusas y sentir muy fuerte que todo eso soy yo, que eso es lo que vengo haciendo hace más de 35 años en esta carrera de humor, de buscar en lo excéntrico, en los fuera de eje”, dijo Trapani a El Ciudadano. Y reconoció: “Este encierro me puso en la instancia de revisar todo lo hecho y comprobar que fueron muchos años de hacer sin parar: construyendo y probando los objetos, las funciones, las giras, los festivales. Pero la vida nos hizo esta jugada que implica estar encerrados con una amenaza muy potente; la señora se nos pasea, vemos que La Parca anda por ahí, aparece en todas las escenas, y es algo doloroso y triste, pasamos por distintos estadíos, pero al mismo tiempo, en lo personal, me potenció para poder hacer esto que es la única posibilidad de expresión que tenemos y me enfrentó a una serie de dificultades que tengo frente a lo tecnológico. Son códigos nuevos, palabras nuevas y tiempos nuevos: todo es más rápido y más breve. Y la de este jueves será mi primera clase frente a todo ese público que me quiere y me conoce, pero también abre una instancia para otro sector enorme de público que quizás no me conoce”.
“Frente a esto que nos pasa a todos, frente la imposibilidad de transitar la presencia del actor con el público, con Salvador nos preguntamos cómo seguimos: el streaming es como la moda, los youtubers estuvieron a la vanguardia porque lo vienen haciendo hace años, y nosotros no somos una generación que produce contenidos artísticos a partir de la web, pero nos vimos enfrentados al desafío. La adversidad y el impedimento de realizar una función nos abrió opciones y allí tratamos de crear; el defecto hizo la virtud, la falencia hizo la potencia y la ausencia se transforma en presencia. Por eso En la red sin red, porque es a lo que nos enfrentamos. Llegamos a la conclusión que lo que no podemos dar de baja es el deseo y hay que seguir adelante con las herramientas que tenemos y con los modos que se pueden poner a funcionar”, explicó a su tiempo la actriz, clown y realizadora audiovisual Elena Guillén quien comparte con Trapani los rubros creativos de esta propuesta que suma a Nico Tomé y Leandro Piombo en transmisión en vivo y ambos juntos con Ariel Gauna en edición y gráfica, teniendo presente el protocolo para grabaciones y transmisiones en vivo dispuesto e instrumentado por el gobierno de la provincia.
Instalarse en lo lúdico
En estos jueves, muy distintos entre sí en relación con los contenidos porque serán propuestas diferentes, habrá humor y música con instrumentos excéntricos, objetos extraños, “algunos autómatas de creación mía y otros de otros artistas; voy a ir transitando entre esos dos mundos y como centro de mi presentación voy a tratar de instalarme en lo lúdico, en el juego, un tiempo para pasarla bien y ganarle entre todos una hora a esta realidad tan cruel y tan monstruosa. No sólo por el virus que contagia sino por lo político y social que se generó y que se volvió una gran amenaza para el futuro”, dijo Trapani.
La producción contará, además del vivo, con material de archivo. El artista compartirá parte del mundo de sus autómatas: juguetes mecánicos construidos por él a los que da vida y movimiento a través de ejes, levas, poleas, correas y manivelas. Además, como los excéntricos musicales del circo, presentará como ya es tradición en su trabajo instrumentos originales e insólitos como el Piano de Copas, El Charanguí, las Llaves Combinadas, el infaltable Serrucho Musical o el también familiar Sikus Pronto Shake, a lo largo de un viaje que compartirá con otros músicos, cantantes y clowns invitados que se irán sumando a través de la web.
“En la red sin red intenta rescatar el deseo de seguir estando con la gente transmitiendo nuestro imaginario, la necesidad del encuentro y la necesidad de un arte que nos constituye y que para nosotros es la forma que tenemos de estar en este mundo. Armamos un lindo equipo que además será el sostén; los técnicos harán el malabar para unir el vivo con el material editado que será distinto en cada una de las presentaciones para ver y descubrir. Serán estas dos en principio, pero si el público está, seguiremos estando con nuevos programas. Es una producción casera y artesanal pero hecha con mucha delicadeza y cuidado estético, buscando potenciar el perfil artístico de Salvador y su mundo”, dijo Guillén.
“En medio de este enrarecimiento que nos atraviesa a todos, esta propuesta implica volver un poco a la esencia de mi trabajo; la esencia de los artistas de circo es ésta, es enfrentar lo que venga, es levantarse a la madrugada en medio de la tormenta para ajustar los tiros de la carpa porque se vuela; pero además, en este momento, si no es ésto me retiro, porque extraño mucho estar en escena, tener al público ahí y yo poder jugar mi partido”, expresó Trapani. Sin embargo reconoció: “Este es un desafío enorme y precioso, en principio por el hecho de poder producir este trabajo junto con Elena que por cuestiones de familia e hijos y de la vida misma que compartimos no estamos produciendo espectáculos juntos. Ella, en un pausa del cierre del guión para su próxima película se puso a trabajar conmigo, y Nico Tomé y Leandro Piombo en la parte técnica para la transmisión en vivo, que implica aliarse con compañeros de otra generación que manejan redes sociales e internet”.
Resignificar el ritual
“Estamos de acuerdo que el teatro es una ceremonia que se desarrolla en vivo, con el público presente; es una comunión, es un ritual y lo tecnológico no puede competir con el vivo. Y entre todos generamos otro mundo que no es el real, el cotidiano”, se apresuró a destacar Trapani a la hora de resignificar el ritual del teatro que implica el streaming. Y reconoció: “Esto es otra cosa; voy a transmitir, me voy a comunicar con la gente, voy a tratar de reírme mucho, de improvisar sobre lo ensayado, pero sobre todo voy a tratar de aprender y pasarla bien”.
Respecto de la vuelta a los escenarios tal como lo indica la tradición, y de la sociedad enfrentada a las reglas de la post pandemia, el artista reflexionó: “Fluctúo entre dos sensaciones; por un lado siento que es una gigantesca oferta a la reflexión y al revisar y tratar de ser mejores en este paso por el mundo, y por otro lado siento que va a salir lo peor que tenemos cada uno de nosotros y que eso va a ganar la batalla. Son sensaciones que aparecen en mi dial cotidiano y me genera mucha duda esto de quedarnos y trabajar desde casa en el futuro: no hay que perder de vista la velocidad del poder económico y si bien esta enfermedad y este miedo son reales, los poderosos encontraron una forma de esclavizarnos más fácilmente. De todos modos, el teatro va a volver, porque la gente lo va a necesitar, no hay reemplazo para eso, es como salir a caminar, como respirar, es encontrarse con el otro, es la expectativa que genera esa previa a la función, todas esas preguntas que nos hacemos frente al vacío de la escena y de lo que va a venir”.
“Yo estoy convencida de que este es un intervalo, un impasse, un momento en el cual las funciones en vivo están suspendidas, pero no es el fin del teatro, muy lejos está de eso, porque la instancia del vivo es algo intransferible”, dijo a su tiempo Guillén. Y profundizó: “Tengo la impresión de que pasado este momento va a tomar mucha potencia el teatro en las plazas y en las calles. Siento que primero volveremos a las plazas para hacer un gran corro, porque quizás no sea rentable en el comienzo abrir las salas para diez o doce personas. Y tengo muy presente que en una cuarentena de Peste Bubónica, Shakespeare escribió Rey Lear, y después el teatro volvió, por eso volveremos”.
“De todos modos hacemos estas funciones streaming, como nos pasa siempre a los artistas, porque deseamos estar ahí, más allá de que cuando estamos, queremos salir corriendo o desaparecer. Y aquí hay otro factor que es el de la pandemia, que si nos dejamos absorber por las noticias no salimos más de la cama. Pero acá estamos, por internet, que es algo revolucionario y movilizador, y si miro para atrás me parece que ayer mis abuelos vinieron de Italia. Siento que hay que adaptarse a esa velocidad, frente a esto que es tan inquietante hay que acomodar las velas del barco y seguir navegando”, concluyó Trapani.
Para agendar
En la red sin red, “un instante al diminuto mundo de movimientos y sonidos” de Salvador Trapani se presentará este jueves y el próximo, a partir de las 22, en vivo de forma libre y gratuita, en el canal de YouTube del artista, con la posibilidad de colaborar a través de una “gorra virtual”.