Un adolescente de 14 años se recupera en un hospital de San Juan luego de haberse intoxicado con una tira completa de pastillas que tomó cuando jugaba a la Ballena Azul, según anunció en un mensaje de Whatsapp en el que escribió como despedida: «adios a todos. Los amo», informó hoy la familia del menor.
El joven que está internado en terapia intermedia tras superar un estado crítico, vive con sus padres y tres hermanos en Rawson, localidad cercana a la ciudad de San Juan, y fue auxiliado por su mamá Mónica a las 7 de la mañana de ayer, cuando se preparaba para ir a la escuela y se desmayó en el baño de la casa.
La familia contó hoy que el adolescente publicó en su whatsapp dos minutos antes de la 1 del martes, un texto que decía «Jugando al juego de la ballena azul» y que 4 minutos después escribió «Adios a todos. Los amo».
El adolescente, cuyo caso es el primero que se conoce en Argentina vinculado al macabro juego virtual en el que los participantes deben cumplir una serie de retos cada vez más peligrosos para terminar con el suicidio, fue atendido ayer por la mañana en el Servicio de Urgencias del Hospital Rawson, donde le realizaron «análisis, lavaje de estómago y una tomografía», contó un hermano mayor que reside en Mendoza.
El centro médico aseguró que tras los primeros auxilios, a las 11 de la mañana ingresó a la terapia intensiva del Hospital de Niños dentro del mismo nosocomio, y a las 14 abrió por primera vez los ojos.
Por la tarde y debido a su buena evolución, fue trasladado a terapia intermedia, donde continúa hoy con su recuperación.
En la sala de espera del hospital el padre del menor dijo que la familia se sorprendió con el caso y que «después que se descompuso, vi un paquete de pastillas arriba de la mesa» indicado para controlar la presión arterial.
Mónica, la madre del adolescente, señaló a la prensa en el ingreso al centro médico que sabía que existía el juego «pero no me imaginé nunca que él sería capaz de hacer una cosa así», relató.
«Cuando nos enteramos de eso, le dijimos que tuviera cuidado con ese juego porque era muy peligroso. Él dijo que jamás lo jugaría porque es satánico», recordó Mónica, cuya familia asiste a una Iglesia Evangélica.
«Yo hablé con él. Nuestra familia es muy unida y siempre estuvo muy contenido», agregó.
Mónica informó que su hijo «ya está fuera de peligro», mientras que uno de sus hermanos contó a través de las redes sociales que el menor había publicado que se encontraba jugando a la Ballena Azul pero que no le había dado importancia hasta ahora.
«¿Cómo no me di cuenta de tus estados, hermanito? Si me hubiera dado cuenta no estarías así hoy. Me siento culpable», publicó el hermano del adolescente.