Y un día San Lorenzo rompió el maleficio. Un buen plantel, un técnico experimentado, los rezos del Papa Francisco, todo sumó para que el Ciclón levantara por primera vez la Copa Libertadores tras derrotar a Nacional de Paraguay 1-0. Sufriendo, con lo justo, con un penal de Ortigoza y no mucho más. Suficiente para festejar.
Nacional no esperó. Al minuto avisó que tenía intenciones serias y tras una serie de rebotes Orué remató y la pelota dio en el palo izquierdo de Torrico.Sin que San Lorenzo pudiera reaccionar, el equipo visitante intentó de nuevo y a los 17 minutos Torales sacó un derechazo desde fuera del área que se fue apenas desviado.Los nervios fueron el común denominador en los jugadores del Ciclón y el murmullo de los hinchas que colmaron el Nuevo Gasómetro empezó a jugar en contra.
Pero San Lorenzo encontró una ayuda de la visita y lo aprovechó. Tras un córner y varios rebotes, Cauteruccio intentó un centro corto y la pelota dio en la mano de Coronel. Penal que Ortigoza con maestría transformó en el 1-0. Alivio en Bajo Flores.
El gol no liberó tensiones en el equipo de Bauza. Por el contrario, antes del final de la primera etapa probó otra vez Torales desde lejos y la pelota pasó cerca del palo izquierdo de Torrico.
En el segundo tiempo el elenco paraguayo tuvo que salir aún más en busca del arco rival. Y San Lorenzo se sintió más cómodo de contra, aunque ni Villalba ni Romagnoli pudieron darle claridad.
La pelota parada empezó a ser una preocupación para el local y a los 15 minutos Nacional casi empata tras un cabezazo de Cáceres, que terminó en las manos de Torrico. El Ciclón sufrió al final. A los 32 minutos un cierre providencial de Gentiletti le ahogó el grito a Bareiro. Pero San Lorenzo se bancó el temporal y festejó.
