La oficial de policía Raquel Murúa continúa prófuga de la justicia ya que no se presentó en la jornada de hoy en los Tribunales de la ciudad de San Lorenzo ni tampoco en sede policial para comenzar a cumplir la condena a tres años de prisión por atropellar y matar a Mario Secondino en noviembre de 2008, cuando transitaba en moto por el intercambiador que a esa altura se estaba construyendo y que iba a permitir unir las ciudades de San Lorenzo y Fray Luis Beltrán.
La mujer, que a fines de marzo pasó a estar en calidad de prófuga, había comparecido el viernes pasado, pero desde el Juzgado de Ejecución Penal de San Lorenzo le dijeron que volviera el martes o miércoles porque no tenían lugar para alojarla.
Según indicaron familiares de Secondino, el abogado de la mujer policía se hizo presente en sede judicial para intentar negociar las características que debería tener el lugar donde quedará alojada Murúa. Al parecer, manifestó que la agente tendría que ser alojada en un lugar donde su integridad no corra riesgo. Y tras esto descartó que cumpla condena en San Lorenzo o Rosario.
Además, presentó un amparo ante la Cámara de Apelaciones por «no entender dónde está la gravedad para que en este caso deba hacerse efectiva la condena», ya que para el letrado, la decisión de enviarla a prisión está fundamentada en su función como policía y no en el hecho por el cual fue juzgada.
Estos dichos fueron refutados por la familia Secondino a través de un comunicado en el que expresaron sentirse “indignados, desconformes, angustiados y con mucha impotencia”.
Además, respondiendo al pedido del abogado de la policía sobre el probable riesgo que podría correr su vida, los familiares de Mario sostuvieron que vivieron casi tres años frente a la vivida de Murúa “después de haber matado a Marito. Si queríamos hacerle daño, ya lo hubiéramos hecho”.
El caso
El 5 de noviembre de 2008, Mario Secondino transitaba en moto por el intercambiador que a esa altura se estaba construyendo y que iba a permitir unir las ciudades de San Lorenzo y Fray Luis Beltrán, cuando fue atropellado por la oficial de policía Raquel Murúa. Según dijo en su momento una hermana de la víctima, la mujer “circuló más de diez cuadras en contramano, a altísima velocidad e ignorando las advertencias de testigos que estaban en el lugar”. El impacto fue frontal y “Marito”, como le decían sus allegados, murió en el acto.
El juez sanlorencino Eduardo Filocco procesó en 2009 a la mujer policía por homicidio simple con dolo eventual, luego de que la lucha de sus familiares para lograr el cambio de carátula (que en principio era homicidio culposo) diera sus frutos. Tras el desarrollo de un juicio escrito, el juez de sentencia Carlos Carbone llegó al dictamen de cuatro años de prisión efectiva, que fue apelado por ambas partes y fue a la Cámara, que en octubre del año pasado resolvió condenar a la agente de policía a tres años de prisión efectiva por homicidio culposo en accidente de tránsito, y la inhabilitó para conducir por ocho años.