Un hombre comenzará este jueves a ser juzgado como acusado de haber asesinado de ocho mazazos en la cabeza a su pareja cuando dormía, un femicidio ocurrido en mayo de 2020 en la ciudad bonaerense de San Pedro y en el que el imputado también fue denunciado por abusar sexualmente durante 13 años de
la hija mayor de la víctima, informaron fuentes judiciales.
Se trata de Roberto Ramón Romero (46), acusado de matar de ocho martillazos a su pareja, María Esperanza Fernández (43), con quien convivió 15 años en una casa de la localidad bonaerense de San Pedro.
El juicio oral se desarrollará en audiencias programadas para este jueves y viernes por el Tribunal en los Criminal (TOC) 2 de San Nicolás, que estará presidido por la jueza María Elena Baquedano e integrado por sus colegas Alejandro Gabriel López y María Belén Ocariz.
La acusación, en tanto, estará en manos de la fiscal Viviana Ramos, quien imputará a Romero por «homicidio triplemente agravado por el vínculo, alevosía y por mediar violencia de género», delito con una pena única de prisión perpetua.
Los informantes agregaron además que el debate será de manera presencial. También se informó que Romero tendrá que afrontar más adelante otro juicio por la denuncia de una de las hijas de la víctima por abuso sexual.
El femicidio de Fernández fue descubierto por una de sus hijas, de 18 años, la mañana del domingo 3 de mayo del 2020 en la casa situada en la calle San Lorenzo al 3000 de San Pedro, donde la víctima y Romero convivían desde hacía 15 años.
La joven tuvo que ingresar a la vivienda por una ventana y halló el cadáver de su madre con la cara tapada con almohadas, envuelto en una frazada. La víctima presentaba visibles golpes en la cabeza aplicados con un elemento contundente compatible con una maza de albañil ensangrentada que fue hallada en la escena.
La autopsia determinó que la víctima fue asesinada mientras dormía y presentaba ocho golpes en el cráneo, con politraumatismos y hemorragia interna, como causa de la muerte.
El principal sospechoso, Romero, había escapado y cerca del cuerpo se encontró una nota aparentemente escrita por él, que daba cuenta de un supuesto vínculo que mantenía con la mayor de las hijas de su pareja,
entonces de 23 años.
Inicialmente los pesquisas pensaron que esa joven podía estar vinculada al ataque de su madre, ya que además el acusado envió un audio a familiares en el que le atribuía el crimen y además aseguraba tener una relación sentimental consentida con ella, pero esa circunstancia quedó descartada cuando se profundizaron algunas líneas de investigación.
Durante la búsqueda de Romero, se rastrillaron distintas zonas de San Pedro con perros adiestrados en detectar rastros odoríferos para localizar al prófugo y a pedido de la Justicia, el Ministerio de Seguridad bonaerense difundió fotografías del acusado y pidió colaboración de la ciudadanía para encontrarlo.
Romero fue detenido por la Policía seis días después del femicidio, en la casa de un tío suyo quien lo delató y llamó al 911 cuando su sobrino se presentó en el lugar luego de haber permanecido escondido en una zona de matorrales durante los días que los buscaron por el femicidio de su pareja.
Mientras el acusado estuvo prófugo, la hija mayor de la víctima –una joven de 23 años que no vivía con ella-, lo denunció por abuso sexual, por lo que se inició una causa penal paralela que también deberá afrontar en otro juicio oral.
A partir de esa denuncia, la investigación por el femicidio se orientó hacia una venganza cometida por el atacante contra la hija mayor de su pareja, de quien se sospecha que abusaba sexualmente desde que era una niña de 10 años y que esa situación continuó durante 13 años hasta el momento del femicidio como un hecho conocido por la familia y nunca denunciado por nadie.
La fiscalía cree que el detonante del femicidio fue una reunión familiar que estaba prevista para desarrollarse en esos días, en la que se iba a definir la denuncia que la joven iba a hacer contra Romero.