María Esperanza Fernández tenía 43 años cuando el pasado 3 de mayo una de sus hijas la encontró asesinada a martillazos en su casa de San Lorenzo al 3000, en la ciudad bonaerense de San Pedro. La fiscal del caso, Viviana Ramos, de la Unidad Funcional de Instrucción 11, decidió desdoblar la investigación: la mayor de las hijas de la víctima denunció que su padrastro, el presunto femicida, abusaba de ella desde que era una niña. En este marco la funcionaria judicial dispuso la realización de peritajes psicológicos y psiquiátricos a la pareja de María, con quién ella convivía, y también para su hija. La Fiscalía sospecha que el motivo del crimen puede estar vinculado a una venganza, ya que estaba pautada una reunión familiar para hablar de la denuncia que iba a presentar la víctima de abuso sexual.
Para la fiscal todo está relacionado: el femicidio de Fernández y los abusos sexuales que la hoy joven de 23 años sufría desde pequeña. La teoría fiscal sostiene que Roberto Ramón Romero, de 46 años, mató a su pareja a martillazos, la envolvió en una frazada y la dejó en el interior de la vivienda junto a un martillo ensangrentado. María tenía cinco hijos, cuatro de ellos con Romero, y su deceso se produjo como consecuencia de ocho fuertes golpes que padeció en el cráneo y y le produjeron una hemorragia interna.
La fiscal estima que Romero abuso sexualmente de la mayor de las hijas de María desde pequeña, y mantuvo esas prácticas hasta no mucho tiempo antes del crimen, cuando la víctima pensaba denunciarlo. El sospechoso se mantuvo prófugo algunos días y desde su escondite envió un audio acusando a la hija de María por el crimen. Y sostuvo, también, que mantenía con la joven una relación sentimental consentida.
Romero cayó detenido cuando apareció el sábado pasado en la casa de un familiar, quien lo denunció al 911. Dos días después fue imputado por el femicidio, en una audiencia en la que se negó a declarar. Desde entonces permanece alojado en una comisaría de San Nicolás.
«Fue muy importante un informe victimológico realizado por psicólogas del Centro de Asistencia a la Victima de la Fiscalía en San Pedro, del que surge la historia de victimización sexual sistemática y reiterada de la hija de Esperanza desde sus 8 a 9 años», aseguró la fiscal.
Ramos pidió estudios psicológicos y psiquiátricos para Romero y la víctima de abuso sexual y espera el informe de los peritajes informáticos a los celulares secuestrados en la familia para avanzar en la investigación.