Al menos dos centenares de barrabravas apretaron a los jugadores de Newell’s tras el partido del último sábado en el Coloso, dijeron fuentes cercanas al cuerpo técnico y a los propios futbolistas.
Según comenzó a trascender este lunes tras la renuncia del técnico Javier Sanguinetti, luego de la caída del primer equipo ante Godoy Cruz, los barras accedieron a la zona en que estaban los jugadores y el cuerpo técnico a punto de retirarse, y los hostigaron en reclamo por la nueva derrota, dijeron estos voceros.
Incluso familiares de los integrantes del plantel pasaron un momento tenso, y el propio referente Pablo Pérez fue increpado, minutos después de haber convertido un gol de gran factura, siempre según esta versión.
Más allá de la nueva caída de la Lepra que siembra preocupación por el promedio para la zona de descenso de cara a la nueva temporada, trascendió que este hecho de violencia como hace mucho tiempo no se veía en el club fue determinante para que Sanguinetti decidiera dar un paso al costado.
Hasta el mediodía de este lunes, no se había informado de que hubiera denuncia penal alguna, ni que algún fiscal hubiese comenzado a actuar de oficio.