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Sanguinetti no pone en riesgo su continuidad, pero necesita de un triunfo para levantar ánimos

Javier Sanguinetti está preocupado, pero sabe que el apoyo de la dirigencia a su gestión es total y no pone en riesgo su lugar en el partido de este miércoles. Pero el DT no piensa en su continuidad –la descarta-, su idea es apuntar a una recuperación rápida desde lo anímico y futbolístico

El momento de Newell’s es preocupante. Seis partidos sin ganar es una marca que habla por sí sola, aunque la buena posición en la tabla general y la proximidad de un partido por la Copa Argentina permite pensar en una recuperación, aunque la presión por ganarle a Aldosivi en San Nicolás es más grande de lo imaginado hace algunas semanas.

Javier Sanguinetti está preocupado, pero sabe que el apoyo de la dirigencia a su gestión es total y no pone en riesgo su lugar en el partido de este miércoles. Pero el DT no piensa en su continuidad –la descarta-, su idea es apuntar a una recuperación rápida desde lo anímico y futbolístico. Y el choque ante el Tiburón tiene pinta de ser un partido que puede ser un punto de partida para el relanzamiento del equipo.

No hay dudas que los efectos colaterales por la lesión de Ramiro Macagno fueron mayores a los imaginados por todos. Había preocupación por la falta de experiencia del juvenil Franco Herrera, pero ni Sanguinetti ni la dirigencia imaginaban que el equipo podía desestabilizarse tanto por el cambio de arquero. Y la realidad es que estaban equivocados, porque más allá de la responsabilidad del juvenil arquero en el gol de Central, que significó perder el Clásico; o un flojo desempeño frente a Defensa y Justicia, la mayor preocupación es que esta inseguridad desde el arco impactó directamente en la estabilidad de la última línea.

El cambio de esquema que pro-puso Sanguinetti luego del Clásico, en parte para ser más ofensivo y para sumar a Pablo Pérez sin sacar a Juan Sforza, desestabilizó aún más el sistema defensivo, que era uno de los pilares de la campaña de Newell’s. Todo indica que el DT mantendrá la idea de jugar con un 4-3-3, porque aún no pudo corregir la falencia ofensiva. Aunque el regreso de Leonel Vangioni le daría la excusa perfecta para volver al 3-4-3, algo que por ahora Sanguinetti no tiene en la cabeza para el cruce ante Aldosivi.

La situación en números respalda aún más las dificultades del equipo luego de la lesión de Macagno, que sucedió luego de jugar ante Platense. Hasta ese partido, la Lepra había disputado 7 partidos, con cuatro triunfos y tres empates. Estaba invicto, era líder del torneo y sólo había recibido cuatro goles. Con Herrera en el arco, el equipo jugó cuatro partidos, con un empate y tres derrotas. Recibió cinco goles y apenas anotó uno.

La situación no sólo pasa por el problema en el arco y la inestabilidad defensiva. En ataque la Lepra es inofensivo, y si bien mejoró la producción de opciones de gol, la eficacia es pobre. Juanchón García y Francisco González piden banco a gritos; Ramiro Sordo está muy solo y Pablo Pérez no tiene mucha compañía para armar juego. Para peor, los laterales no atacan con eficacia y la pelota parada perdió eficacia.

Parece un capricho de Sanguinetti no variar en ataque. Tal vez por falta de confianza a las opciones que tiene en el banco. Pero es inevitable pensar que ante Aldosivi podría jugar Genaro Rossi por Juanchón, o ingresar Juan Garro por Panchito. Reasco tiene menos banca del DT, no lo convence. Y el propio Sanguinetti sorprendió al decir que Fabián Ángel aún no está adaptado al fútbol argentino. Con Cristian Ferreira lesionado, no tiene mucho más.

Sanguinetti no se juega el puesto ante Aldosivi. La dirigencia está conforme con su trabajo, la tabla general lo respalda, y el equipo le juega de igual a cualquiera, aunque no pueda ganar. De todas formas, no será lo mismo si Newell’s avanza en la Copa Argentina que quedar eliminado. Una caída movería aún más la estabilidad del cuerpo técnico y el fixture inmediato pone en el camino a Colón y River, dos compromisos complejos.

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