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Santa conexión al espacio exterior

Benedicto XVI mantuvo ayer una conversación con los tripulantes de la Estación Espacial Internacional (EEI), con motivo de la última misión del transbordador Endeavour, en la primera conexión vía satélite mantenida por un Papa con el espacio.

Benedicto XVI mantuvo ayer una conversación con los tripulantes de la Estación Espacial Internacional (EEI), con motivo de la última misión del transbordador Endeavour, en la primera conexión vía satélite mantenida por un Papa con el espacio.

“Bienvenido a bordo de la Estación Espacial, su Santidad”, dijeron al Papa los comandantes de la EEI y del Endeavour, al tiempo que el resto de tripulantes le hacían señas al Papa, que respondió con una sonrisa y saludando con la mano.

Benedicto XVI, hablando desde la biblioteca del Vaticano, destacó “la valentía, la disciplina y el compromiso” de los astronautas, antes de preguntarles por su vida en el espacio y su percepción del mundo.

“Cuando ustedes contemplan la Tierra desde ahí arriba, ¿se preguntan sobre la manera en que las naciones y los pueblos viven juntos o cómo la ciencia puede contribuir a la paz?”, preguntó el Pontífice.

“Desde aquí no se ven las fronteras”, le respondió el comandante Mark Kelly, en el comienzo de una charla que tuvo una duración de unos 20 minutos y versó sobre tópicos de ese estilo.

La nave espacial estadounidense Endeavour, con seis astronautas a bordo (uno de ellos italiano) se acopló a la EEI el pasado 18 de mayo.

La Agencia espacial estadounidense (Nasa) concluyó ayer que “una placa dañada del escudo térmico del transborador Endeavour no requiere reparación, y que la nave está en condiciones de reingresar a la atmósfera”, anunció un responsable de la misión.

“Con la recomendación de los ingenieros y responsables de la misión (MMT) hemos juzgado que se trata de un desperfecto sin consecuencias, por lo que en este momento el transbordador fue declarado listo para regresar a la atmósfera”, dijo LeRoy Cain, que dirige el equipo técnico, en rueda de prensa.

Los ingenieros llegaron a esta conclusión tras haber analizado las fotos e imágenes tridimensionales obtenidas durante una inspección realizada ayer temprano con la ayuda de una cámara y un láser adosados al brazo robótico del Endeavour, acoplado a la Estación Espacial Internacional.

Luego de que integrantes de la misión examinaran detenidamente anteayer siete placas astilladas en la parte inferior de la nave, decidieron que sólo una necesitaba una inspección más profunda, había explicado previamente Cain.

La placa probablemente fue dañada por desechos de espuma aislante o de hielo tras el lanzamiento del transbordador el lunes pasado.

La Nasa quiere asegurarse que el Endeavour pueda reingresar sin peligro a la atmósfera, donde la temperatura puede llegar a los 1.500 grados en algunas partes del escudo térmico de la nave, debido al rozamiento a gran velocidad con las densas capas de aire.

Después de la inspección los astronautas del Endeavour y la EEI tuvieron la oportunidad histórica hablar con Benedicto XVI, quien además de admirar su coraje y compromiso describió la misión en el espacio como “una aventura para descubrir los orígenes de la humanidad”.

El transbordador despegó el lunes pasado desde el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral (Florida, sureste) para una misión de 16 días destinada a llevar a la EEI un potente experimento de física para investigar el origen del Universo. Se trata del último vuelo para el transbordador Endeavour antes de su retiro.

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