En el «Día de los Enamorados» se casó hoy la joven de 23 años con el hombre que cumple una condena a 13 años de prisión por el asesinato de su hermana gemela, en una ceremonia celebrada en la localidad santacruceña de Pico Truncado que comenzó y culminó con incidentes.
Se trata de Edith Casas, quien contrajo matrimonio con el convicto Víctor Cingolani, de 28 años y expareja de Johana Casas, hallada muerta de dos balazos el 16 de julio de 2010.
La ceremonia se realizó en Registro Civil de Pico Truncado, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad montado por la Policía local. El polémico casamiento generó incidentes en las puertas del establecimiento donde se casó la pareja.
Antes de la ceremonia, algunas personas aguardaron la llegada del novio para recibirlo con una lluvia de piedras y huevos, al grito de «asesino».
Edith Casas había llegado varios minutos antes, junto a la hermana de Cingolani, sin efectuar declaraciones a la prensa congregada en el lugar y cubriéndose el rostro con una campera.
«Fue una celebración íntima. No participaron familiares de Edith», indicó Martín, cuñado de Cingolani, y uno de los testigos de la boda. Además, el hombre contó que la pareja se sintió «molesta por los piedrazos».
En tanto, Claudia Cingolani, hermana de Víctor, dijo que después de la ceremonia se decidió concurrir un grupo de allegados al penal a realizar «un brindis».
Luego del casamiento, los vecinos volvieron a tirar piedras y huevos contra el flamante marido, en vez del tradicional arroz. Cingolani tuvo que salir corriendo del lugar protegido por efectivos de la Policía.
En medio de los incidentes, los uniformados detuvieron a una persona por haber arrojado piedras contra la sede.
La boda tuvo lugar luego de haberse suspendido en diciembre pasado, cuando la madre de las gemelas interpuso un recurso judicial para establecer si Edith gozaba de buena salud mental y si podía tomar la decisión de casarse con quien la Justicia consideró como asesino de su hermana. Una vez que la joven pasó con éxito el examen, la pareja puso nueva fecha al enlace.
«No queremos fiesta porque no quiero festejar con mi mujer en la cárcel», dijo Congolani a un canal de cable porteño antes del casamiento, al tiempo que se mostró algo sorprendido por la repercusión del hecho al que calificó de «lo más natural».