El Concejo Municipal de Santa Fe aprobó este jueves una ordenanza por la cual se endurecen las multas a las personas que organicen fiestas clandestinas mientras continúen vigentes las restricciones por la pandemia del coronavirus. Con la nueva normativa, el valor de las multas será de entre 686.700 y 1.144.500 pesos. El dinero recaudado será destinado a políticas sanitarias relacionadas a la emergencia sanitaria.
Las sanciones votadas por el Concejo alcanzan tanto a los propietarios del inmueble donde se realice una eventual fiesta clandestina como a los organizadores del evento. Las multas podrán variar entre las 15 mil y las 25 mil Unidades Fijas (UF). Actualmente, el valor de la UF es de 45,78 pesos, por lo cual las multas más leves serán de casi 700 mil pesos y las más severas superarán el millón de pesos.
De acuerdo a la nueva ordenanza, serán consideradas como “fiestas clandestinas” todas aquellas reuniones de personas que se realicen tanto al aire libre como en espacios cerrados y sean contrarias a las disposiciones sanitarias vigentes en el marco de la pandemia del Covid-19.
Además de la sanción económica dirigida a propietarios y organizadores, la ordenanza también dispone que se decomisarán los elementos necesarios para la realización del evento, como luces y equipos de sonido. En caso de que se trate de un inmueble, las piezas o infraestructuras pertenecientes a un comercio habilitado, se lo inhabilitará por un plazo de hasta 180 días.
Se establece, también, la posibilidad de que el juez de faltas aplique, como penas accesorias, la realización de 50 a 100 horas de trabajos no remunerados de solidaridad con la comunidad.
El concejal de la UCR-Cambiemos, Carlos Suárez, autor de la iniciativa, explicó que “el espíritu de esta ordenanza no es castigar, sino antes que nada desalentar. Queremos apelar a la responsabilidad individual, ojalá las multas no tengan que aplicarse. De este modo esperamos ayudar al Estado Municipal evitando la generación de este tipo de eventos”.
Su compañera de bancada, Luciana Ceresola, afirmó que “en los últimos meses hubo una gran proliferación de fiestas clandestinas, vemos que muchas personas no se hacen eco de la emergencia sanitaria. Si bien estas sanciones fuertes no resuelven el problema de raíz, sí van a desalentar este tipo de acciones. Una fiesta clandestina no es una picardía: es un delito contra la salud de todos”.
Por su parte, el presidente del Concejo, Leandro González (UCR-Frente Progresista), afirmó que “debemos dar señales claras y contundentes respecto al rol del Estado y llamar a los vecinos y vecinas a ser solidarios. Sabemos que la concientización es central y que hoy más que nunca debemos hacer cumplir las medidas sanitarias y las recomendaciones. Hoy incumplir con las normas no es solo poner en jaque al sistema sino también al personal esencial. Que se hagan fiestas clandestinas es contraproducente para el personal de salud, pero también ataca la posibilidad que escuelas y clubes sigan abiertos con presencialidad”.
En tanto, el concejal del PJ Federico Fulini resaltó que “hay diversas situaciones que uno tiene que penalizar. En este caso, entendiendo el compromiso epidemiológico que genera que muchas personas estén encerradas sin ningún tipo de medida sanitaria y que eso se transforme posteriormente en una serie de contagios, es que me parece sumamente necesario el incremento de las sanciones”.