Sólo seis de las 24 jurisdicciones argentinas, entre las que se encuentra Santa Fe, tienen poca dependencia financiera del gobierno nacional en relación con la deuda pública. Sin embargo, 2012 no será un año liviano en términos de deuda para la provincia gobernada por Antonio Bonfatti, donde se espera un aumento del 39 por ciento del gasto corriente, por debajo del 22,75 por ciento de ingresos que, se prevé, llegarán desde la Nación.
El stock de deuda de las sub-regiones es de unos 120.000 millones de pesos, 57 por ciento en manos del gobierno central y 27 por ciento con acreedores que tomaron títulos emitidos en el mercado de capitales. Más de 47 por ciento de esa deuda total corresponde a la provincia más rica del país, la de Buenos Aires, una de las pocas con acceso a los mercados voluntarios de deuda. Precisamente, 45 por ciento de la deuda de la provincia gobernada por Daniel Scioli es en euros y en dólares. Por el contrario, las administraciones más pequeñas, sin posibilidad de tomar deuda en el mercado de capitales, son más dependientes de la administración federal.
Santa Fe, es una de las jurisdicciones con mayor independencia del gobierno central, si se tiene en cuenta la nula deuda provincial con la administración central, según datos difundidos por la consultora Finsoport sobre la base de información de la Dirección Nacional de Coordinación Fiscal con las Provincias.
En sentido contrario, 18 jurisdicciones presentan una dependencia moderada o alta del gobierno nacional. La provincia de Formosa es la más comprometida, porque 94,3 por ciento de su deuda pública es con la Nación, una situación que replican Jujuy, Corrientes, Tierra del Fuego, Catamarca, Río Negro y Misiones, entre otras. Con “mediana dependencia” aparecen las provincias de Buenos Aires, Córdoba, La Rioja y San Juan. En la lista de baja dependencia del gobierno central, Finsoport ubicó a Santa Fe, San Luis, La Pampa, Santiago del Estero, Chubut y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). En promedio, más de la mitad de las provincias le debe al gobierno central por encima del 50 por ciento de su deuda total.
Entre 2008 y 2010, los aportes de fondos desde el gobierno de Cristina Fernández al sistema de coparticipación de impuestos dieron oxígeno a las finanzas provinciales. “Sin esos recursos, el déficit financiero global hubiera ascendido en esos tres años a algo más de 90.000 millones de pesos”, estimó Finsoport en su último informe.
Además, a fines de 2011 el gobierno nacional prorrogó por dos años los vencimientos de deuda de 17 provincias, lo que recortó los pagos que estas deberán honrar en 2012 y 2013, dos años difíciles para las finanzas de las sub-regiones. Según el documento económico, el déficit del consolidado provincial que se desprende de los presupuestos de 2012 será de 12.000 millones de pesos, una cifra que podría ascender a unos 30.000 millones, “a la luz de la historia fiscal reciente de las provincias”.
“El federalismo fiscal es, en estas condiciones, casi inexistente”, concluyó Finsoport en su informe y agregó que “la gobernabilidad de muchos ejecutivos provinciales depende de sus vínculos con el PEN y de la consecuente voluntad de auxilio financiero.